Arbitrariedad de los fracasos

El labriego que fue a conocer a su nieto nos dijo: A los tres días de estar en Barcelona ya estaba deseando volver aunque me quedé tres días más, mis hijos me llevaron a muchos lugares que aún no había visto nunca, vi y aprendí muchas cosas, pero he sufrido mucho porque tenía una orriña insufrible. Es una lástima no tener más conocimientos porque permiten gozar más de las cosas y de más cosas. También entiendo a aquellos que van a una ciudad y se aburren porque no les gusta ver cosas y aquello que los divierte en su pueblo no lo hay en la ciudad o en la aldea si son de ciudades. Muchos fracasos se deben a que la gente emprende proyectos arbitrarios sin contar para nada sobre sus posibilidades. En esto, los campesinos somos más realistas que los urbanitas
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