La memoria, azanca de dolor y de gozo, trata de rehacer el pasado con los rescoldos del fuego del tiempo. Hay acontecimientos que se enquistan en los recovecos de la memoria de la comunidad y, durante generaciones y generaciones, se trasmiten en tabernas, en el atrio de la iglesia, en las ferias, en las comidas familiares, en los encuentros de amigos. Y hay acontecimientos que los recordará solo él, ella, tu, yo, los dos. El Triduo Pascual es la conmemora, de la pasión, muerte y resurrección de Cristo, personaje que ha marcado la historia de la humanidad. Ayer, Jueves Santo, se conmemoraba la institución de la Eucaristía, hoy Viernes Santo, la muerte de Cristo y mañana, Sábado Santo, la resurrección. Los no creyentes ven en las procesiones y actos de estos días representaciones teatrales de acontecimientos históricos, los creyentes celebran  la memoria de hechos históricos que prueban la ternura, misericordia y compasión infinitas de Dios. El tiempo pasado es la espalda del tiempo presente.