Tu voz

“Me gusta la música del silencio, el canto de los pájaros y del gallo, el graznido del cuervo, el cacareo de la gallina, el rebuzno del burro, el mugido de la vaca, el aullido del lobo, el ladrido del perro, la canción del río, el rumor del sol, el susurro de la luna y todas las músicas. Todo lo puedo conseguir con dinero, recorriendo despacio las calles del pueblo, perdiéndome en el bosque al amanecer, al atardecer. Pero hay una música que por escucharla andaría todo el día y regresaría a casa por la noche, y al día siguiente volvería a hacer lo mismo, que solo tu puedes regalarme. Llámame, para oirte”. Me lo envió con el teléfono de ella para que se lo haga llegar. Me comprometí a ello y le pedí permiso para publicarlo. “Puedes hacerlo guardando el nombre de ella y el mío en completo anonimato”.

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