Mil asistentes y doscientos sacerdotes acompañaron al nuevo pastor de la diócesis Ángel Román es ya el séptimo obispo de Albacete: "Cada uno tiene un sitio que llenar. Dios sigue llamando"

Mil fieles sentados, más de una veintena de obispos, doscientos sacerdotes y numerosos diáconos, junto con autoridades civiles y militares, se congregaron para esta histórica celebración tras la cual, Ángel Román presidió su primera Eucaristía como obispo residencial
Tras la comunión, el obispo bendijo a todos recorriendo el templo: "Somos peregrinos de la esperanza viviendo la fe en lo cotidiano, en las fiestas, tradiciones y momentos de encuentro, pero también estando presentes allí donde hay dolor, pobreza o soledad", manifestó
El acto estuvo repleto de personalidades de diferentes ámbitos como es el caso del presidente de la región, Emiliano García Page, o el alcalde de Albacete, Manuel serrano
El acto estuvo repleto de personalidades de diferentes ámbitos como es el caso del presidente de la región, Emiliano García Page, o el alcalde de Albacete, Manuel serrano
| Onda Cero
Una repleta Catedral ha sido el escenario elegido para el acto de ordenación de Ángel Román como nuevo obispo de Albacete. Mil fieles sentados, más de una veintena de obispos, doscientos sacerdotes y numerosos diáconos, junto con autoridades civiles y militares, se congregaron para esta histórica celebración. Con la catedral abarrotada, los fieles que no pudieron acceder participaron de la fiesta siguiendo la celebración a través de una pantalla gigante instalada en la plaza de la Virgen de los Llanos y en el Auditorio Municipal.
La celebración comenzaba con las palabras del Nuncio, Mons. Bernardito Cleopas Auza, quien, ante la sede vacante del sucesor de Pedro, recordaba al Papa Francisco como “el pontífice de la alegría” que coincide con el lema episcopal elegido por D. Ángel Román “Gaudete in Domino (“Alegraos en el Señor”). También ha dado las gracias al anterior obispo diocesano, D. Ángel Fernández, por su cuidado de la Diócesis desde noviembre de 2018 hasta abril de 2024. Por último, invitaba al nuevo obispo a cuidar de la Diócesis y de las vocaciones.

A continuación, tomaba la palabra el administrador diocesano, D. Julián Ros, quien, en nombre de todos los presentes, agradecía “a Dios por el don de recibirle como nuestro obispo y pastor”. Se incorpora, decía, “a esta porción del Pueblo de Dios que en Albacete busca con intensidad discernir cómo cumplir hoy la voluntad del Señor Jesús y llevar a todos la alegría del Evangelio”. D. Julián presentaba la Diócesis de Albacete como “tierra de María” y enumeraba las diversas advocaciones con las que es invocada la Madre de Dios en la provincia.
Finalizada la homilía, el ordenante principal preguntó al obispo electo acerca de su disposición para ejercer el ministerio en comunión con el Colegio Episcopal. Escuchada su disponibilidad y entrega, se invocaba la intercesión de los santos mediante las letanías.
A continuación, se llevó a cabo la ordenación episcopal mediante la imposición de manos sobre la cabeza del elegido, la imposición del Libro de los Evangelios abierto, la plegaria de ordenación, la unción con el santo crisma en la cabeza, la entrega de los Evangelios y de las insignias episcopales: el anillo, la mitra y el báculo, este último regalo de la Diócesis.
Finalizada la ordenación, llegó el momento más esperado por todos. D. Ángel Román fue invitado a sentarse en la sede de la Catedral de Albacete, convirtiéndose desde ese instante en el nuevo obispo de la Diócesis.
Recibía, en primer lugar, el abrazo de todos sus hermanos en el episcopado como signo de acogida en el Colegio Episcopal. Después, una familia, jóvenes, religiosas y seminaristas subieron al presbiterio para mostrar su adhesión y afecto al nuevo pastor. Desde ese momento, D. Ángel Román presidió su primera Eucaristía como obispo residencial.

Primeras palabras del Obispo de Albacete
No faltó en la celebración una mirada a los inmigrantes, aquellos que comparten con nosotros la fe y han crecido en otros lugares. El momento fue visual y plástico. La danza africana del ofertorio lleno de color, baile y música la preparación de la liturgia eucarística. Tras la comunión, el nuevo obispo bendijo a todos recorriendo el templo y dirigió sus primeras palabras a los diocesanos. Comenzó con un emotivo “gracias a Dios por cada uno de vosotros, especialmente por quienes, a pesar de sus limitaciones, habéis hecho el esfuerzo de acudir a la Catedral”.
"Tiene 56 años. Proviene de la Diócesis de Alcalá de Henares, donde ha sido sacerdote durante 31 años. Quienes lo conocen lo definen como una persona con una alta capacidad de trabajo, atenta a todos y anunciador del Evangelio con creatividad"
En sus palabras, D. Ángel, compartía su gratitud a las autoridades civiles y militares y a D. Julián Ros, “que se ha desvivido por llegar y servir a todos durante el período de sede vacante, a los obispos, sacerdotes, diáconos, religiosos y a todos los que prepararon y engrandecieron la celebración con su servicio”. También agradeció a quienes siguieron la ceremonia desde la distancia a través de la televisión, la radio o desde centros penitenciarios.
En sus palabras, el nuevo obispo, incidía en tres hechos relevantes: el 75º aniversario de la Diócesis, el Año Jubilar de la Esperanza y la sede vacante, tanto en Roma como en Albacete. Estos tres acontecimientos, decía, “pueden marcarnos la dirección en este momento”, también invitaba a vivir el Año Jubilar como una llamada a la comunión, la alegría y la misión. “Somos peregrinos de la esperanza viviendo la fe en lo cotidiano, en las fiestas, tradiciones y momentos de encuentro, pero también estando presentes allí donde hay dolor, pobreza o soledad”, manifestó.
Haciendo referencia a la peculiaridad de no haber podido nombrar al papa ni al obispo durante la Eucaristía, animó a todos a reflexionar sobre la propia vocación: “Cada uno tiene un sitio que llenar. Faltan sacerdotes, matrimonios sólidos, hijos, cristianos comprometidos en la política… Dios sigue llamando. La cuestión es escucharlo y decirle sí: ¡Aquí estoy, mándame!”.
El nuevo obispo de Albacete tiene 56 años. Proviene de la Diócesis de Alcalá de Henares, donde ha sido sacerdote durante 31 años, desarrollando su ministerio en diferentes parroquias y desempeñando diversos cargos diocesanos. El pasado 6 de marzo, la Santa Sede hizo público su nombramiento como obispo de Albacete. Quienes lo conocen lo definen como una persona con una alta capacidad de trabajo, atenta a todos y anunciador del Evangelio con creatividad.
El acto estuvo repleto de personalidades de diferentes ámbitos como es el caso del presidente de la región, Emiliano García Page, o el alcalde de Albacete, Manuel serrano, quien le dio la bienvenida a la ciudad.
