Entrevista al nuevo arzobispo castrense y capellán de la Casa Real española Juan Antonio Aznárez: "Que mi nombramiento sea a propuesta de la Casa Real y del Gobierno, no significa necesariamente que sea negativo"

Aznárez Cobo.
Aznárez Cobo. CEE

"Mis objetivos, de momento, son conocer a mis diocesanos, los distintos ámbitos en los que trabajan sus gozos y sus tribulaciones contando con la preciosa ayuda de los Vicarios los Capellanes y cuantos prestan algún servicio a la Archidiócesis"

"Un Arzobispado Castrense en la actualidad tiene sentido por el carácter particular de sus diocesanos, tanto en lo que se refiere a su trabajo profesional como a su dispersión a lo largo y ancho de toda la geografía nacional y más allá de nuestras fronteras"

"Estoy muy agradecido a la archidiócesis de Navarra, en la que fui ordenado y en la que he ejercido el ministerio tantos años. Todo lo he recibido de ella y en ella dejo muchos amigos entrañables y muchos hermanos en la fe"

Juan Antonio Aznárez Cobo (Éibar, 14 de enero de 1961) fue nombrado arzobispo castrense de España el pasado 15 de noviembre por el papa Francisco y tomará posesión de su nueva diócesis este domingo. En esta entrevista exclusiva, nos comenta que, de momento, su objetivo fundamental es conocer el terreno, las personas, sus trabajos y tribulaciones. Considera que su diócesis es particular y que, dado este carácter, parece conveniente que su nombramiento sea más complejo de lo habitual. Asegura que espera poder hacer "todo el bien que pueda", a su estilo.

Atrás queda queda la archidiócesis de Navarra, donde fue ordenado, ha ejercido tantos años y donde deja "muchos amigos entrañables y muchos hermanos en la fe".

-¿Impone mucho suceder al fallecido Juan del Río en el Arzobispado Castrense al que marcó con su personalidad?

-Doy gracias a Dios por el mucho bien que ha hecho Don Juan durante sus años de servicio al Arzobispado Castrense y confío como él en la ayuda de lo alto y en la oración de muchos para hacer también yo todo el bien que pueda cada uno con su estilo y su particular bagaje de experiencias.

-Su Arzobispo Monseñor Francisco Pérez también fue Castrense. ¿Qué consejos le dio para afrontar su nuevo cargo?

-Más que darme consejos me ha hablado muy bien de su experiencia como Arzobispo Castrense y de la bondad de sus fieles y de sus capellanes. ¿Qué mejor ayuda puedo esperar a la hora de empezar este nuevo servicio?

-¿Impone todavía más el saber que será así mismo capellán de la Casa Real?

-Con la ayuda del Señor confío en poder prestar también un buen servicio a la Casa Real en todo lo que necesiten y esté en mi mano ofrecerles.

-¿Qué objetivos fundamentales se marca en su nuevo cargo?

-De momento conocer a mis diocesanos, los distintos ámbitos en los que trabajan sus gozos y sus tribulaciones contando con la preciosa ayuda de los Vicarios los Capellanes y cuantos prestan algún servicio a la Archidiócesis.

-¿No es una reminiscencia del pasado el que su nombramiento sea a propuesta de la Casa Real y del Gobierno?

-Hasta donde sé, el proceso es más complejo e intervienen en él, tanto la Nunciatura como el Gobierno y la Casa Real. Además, que este modo de proceder venga del pasado no significa necesariamente que sea negativo. De hecho, dada la peculiaridad de esta Diócesis, parece que es lo más conveniente.

-¿Por qué sigue teniendo sentido un Arzobispado Castrense en la actualidad?

-Por el carácter particular de sus diocesanos, tanto en lo que se refiere a su trabajo profesional como a su dispersión a lo largo y ancho de toda la geografía nacional y más allá de nuestras fronteras.

-¿Qué se lleva y qué deja después de estos años de servicio en la Archidiócesis de Navarra?

-Estoy muy agradecido a la Diócesis en la que fui ordenado y en la que he ejercido el ministerio tantos años como presbítero y, de nueve años a esta parte, como Obispo Auxiliar. Todo lo he recibido de ella y en ella dejo muchos amigos entrañables y muchos hermanos en la fe.

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