Los orígenes de Daniel Palau, obispo electo de Lleida: “En Vimbodí y Poblet ha construido su refugio personal”

El día que se conoció el nombramiento de Daniel Palau como obispo electo de Lleida, el pasado 21 de mayo, Ramon Maria acudió como cada día a la farmacia de su mujer, Ester, pero dirigiéndose a ella de manera diferente: “¿Ya sabes que eres familia de un obispo?”, le preguntó, ante su estupefacción

El hijo de Pere Palau y Pepita Valero, quien “en Lleida será un hombre que ayudará a todo el mundo que lo necesite”, como pronostican estos vimbodinenses, acostumbra a “dejarse ver” por la farmacia cada vez que se encuentra en el municipio, al que viaja “buscando el sosiego que no encuentra en la ciudad”

Daniel Palau, con Francisco y el cardenal Omella Flama

(Flama).- El día que se conoció el nombramiento de Daniel Palau como obispo electo de Lleida, el pasado 21 de mayo, Ramon Maria acudió como cada día a la farmacia de su mujer, Ester, pero dirigiéndose a ella de manera diferente: “¿Ya sabes que eres familia de un obispo?”, le preguntó, ante su estupefacción.

Unos días después, recuerda la escena desde detrás del mostrador de este establecimiento de Vimbodí y Poblet, en la Conca de Barberà, relacionada con alguien que vieron “crecer entre libros” y que convirtió la casa de sus padres, Can Xon, en más que una segunda residencia: “Aquí tiene su refugio”, sentencia el matrimonio, que fue casado por Daniel Palau.

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Pero la noticia de su elección por parte del papa León XIV no llegaba precisamente por boca del nuevo obispo, sino desde Ohio, a más de siete mil kilómetros de esta población de casi 900 habitantes y considerada territorio monástico al acoger el Real Monasterio de Santa María de Poblet: “Fue su hermano pequeño, Albert, casado y padre de familia en aquella parte del mundo, quien nos lo comunicó por el grupo de Whatsapp de la familia al leerlo en las noticias”, como destaca la madre de Ester, Mercè Requena, prima del padre de Palau, notario de profesión, pintor en su tiempo libre y “un gran vimbodinense hasta la muerte”, tal como es recordado.

Ester Duch y Maria Mercè Requena, delante de la farmacia de Vimbodí Flama

El hijo de Pere Palau y Pepita Valero, quien “en Lleida será un hombre que ayudará a todo el mundo que lo necesite”, como pronostican estos vimbodinenses, acostumbra a “dejarse ver” por la farmacia cada vez que se encuentra en el municipio, al que viaja “buscando el sosiego que no encuentra en la ciudad”. A sus familiares los visita antes o después de pisar uno de los puntos del territorio que más conoce al frecuentarlo encima de su bicicleta, el monasterio cisterciense, “donde tiene una amistad con los monjes y donde, hasta hace poco, vivía un abad que pronto compartirá episcopado con él”, afirman refiriéndose al obispo de Girona, Octavi Vilà, quien fue alumno de Daniel Palau en su etapa formativa.

"Haz los sermones cortos"

El presbítero, que maduró su entrega a Dios mientras “yo le cosía la estola para su ordenación y mi madre le aconsejaba que hiciera los sermones cortos“, como rememora Requena, manifestaba en su juventud una actitud de paz que, incluso, se reflejaba en los torneos de verano celebrados en Vimbodí y Poblet: “Llegó un momento en que prefirió dejar de jugar porque la actitud de rabia contenida que hay sobre un terreno de juego no se adecuaba a su manera de ser”, sostiene Ramon Maria Ibarz.

“No obstante, Daniel no desaprovecha ninguna ocasión para ir a ver un buen partido de fútbol”, continúa. Uno de los últimos, en el campo del Barça y junto a Albert Palau, quien podrá presumir entre sus círculos más íntimos de tener un hermano nombrado por el americano más importante del momento.

Etiquetas: Daniel palau, Diócesis de Lleida