Domingo de Resurrección en la catedral vieja de Salamanca La Pascua del obispo con tres catedrales

Primera homilía de Retana
Primera homilía de Retana

En la llamada 'Puerta de Ramos' de la Catedral Nueva, como un turista bobo, miré al astronauta, genialidad de los restauradores últimos, los de 1993

El excepcional retablo lo preside la escultura de la Virgen con el Niño, talla de madera, conocida como Nuestra Señora de la Vega, Patrona y que el poeta llamó “la bella Madre de Dios”

Alumbrar a esas catedrales y dinamizarlas litúrgicamente, es reto importante para don José Luis Retana, que es titular –caso único en la Iglesia católica- de dos diócesis, que suman tres catedrales: las dos de Salamanca y la de Ciudad Rodrigo

I.- De las Esclavas a las Siervas, camino de la Catedral Vieja: 

Los domingos de Ramos y de Resurrección, soleados y de agradables temperaturas, siempre fueron días de mucha alegría y bullicio en la ciudad de Salamanca, antes clerical y hoy muy secular, con la Historia Sagrada en crisis. En esos domingos, su Plaza Mayor se llena de nativos y de turistas, distinguibles con facilidad, pues los nativos, castellanos viejos, endomingados y enjutos, se pasean de lado a lado de la Plaza, con el ABC bajo el brazo, dejando ver calcetines grises, y llevando, unos, capas negras, abotonadas a lo charro, y, otros, trajes de varones sastres, nada de modistos o de modistas, siendo las franelas como las de Béjar antaño. 

    Como es mi costumbre, contemplo, antes de llegar a la plateresca Plaza Mayor, enfrente de la extinta y mítica Librería Cervantes (Calle Azafranal) que fue de un Ruipérez, el edificio de imponente piedra, cerrado a cal y canto, en el que, al parecer, en su interior viven mujeres o monjas, que se denominen “esclavas”, “Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús”. En mi Oviedo natal, mientras jugaba en el Campo de San Francisco, siempre escuché la campana, con su agudo tilín, tilín, a rezar, en la iglesia conventual de Las Esclavas en la calle de Toreno, cerca de Uría, monjas, que por ser de clausura, me parecieron siempre misteriosas. 

Catedrales de Salamanca
Catedrales de Salamanca

Atravesada la Plaza, a la que mira el Borbón Felipe V, ya en la Rúa Mayor, leí en la fachada de otro edificio, adornado estos días con un terciopelo rojo, lo siguiente:  “Siervas de María, Ministras de los enfermos”, anunciando en una ventana el dial de Radio María. Y así, entre los confusos pensamientos olorosos por los churros y porras de Las Torres (cafetería en la Plaza Mayor), y los pensamientos de escándalo a causa de los feminismos de “esclavas” y “siervas”, dudé del tiempo presente en el que estaba, o en el del viejo Matusalem, de antes del Concilio, o en el de Pedrito Sánchez y sus compañeras de Gobernanza, las “góticas”. Así, paso a paso, me fui acercando a las catedrales de la capital charra, una verdaderamente gótica y otra más o menos románica. 

II.- En la Plaza de Anaya y Procesión catedralicia:

 Llegué a la Plaza de Anaya, la de la música de pájaros, viendo cerca, esquinada, la que hoy es Facultad de Documentación y Traducción, y que antes fue Facultad de Derecho por la que tanto entraba y salía el canonista don Lamberto, que quiso siempre ser obispo, no consiguiéndolo, a diferencia de su amigo (¿?), el de “La Ponti”, que nunca quiso serlo (obispo) y que no lo fue, no obstante ser de Ávila, importante para ser obispo, y que fue hasta amigo de Papa. 

En la llamada “Puerta de Ramos” de la Catedral Nueva, como un turista bobo, miré al astronauta, genialidad de los restauradores últimos, los de 1993; en ese preciso momento, atravesaba la Plaza el señor Obispo en dirección a la Sacristía catedralicia en la Catedral Nueva para el esperado Oficio matinal Domingo de Resurrección, y procedente de abajo, del Calatraveño, cerca de San Esteban, y sin bufanda, complemento imprescindible de su antecesor, monseñor Carlos López.  

Astronauta de Salamanca
Astronauta de Salamanca

    A las once horas, con puntualidad eclesiástica, sonó la campanilla colocada a la entrada o salida de la Sacristía impresionante, incluso por la cajonería abundante, llamando a Misa y Procesión, e iniciándose el cortejo procesional, presidido por el Obispo acompañado de canónigos y demás personal. Recorrieron la nave lateral (en dirección a la salida) y casi al fondo, a la izquierda, giraron en ángulo recto, llegando a la Catedral vieja, bajando la docena de escaleras, y más a la izquierda, por el espacio central entre los bancos, la procesión llegó al presbiterio, dejando a la derecha el enterramiento discreto de Monseñor Mauro Rubio y a la izquierda el sepulcro ampuloso de Monseñor Francisco Barbado, que los del Coro tapan cuando en él se apoyan.

El excepcional retablo lo preside la escultura de la Virgen con el Niño, talla de madera, conocida como Nuestra Señora de la Vega, Patrona y que el poeta llamó “la bella Madre de Dios”. Justo debajo está la Sede del Obispo, en la que monseñor Retana, abulense, tomó asiento, rodeado de canónigos y, por supuesto, de don Florentino, Vicario General. 

    Y en ese preciso momento tres pensamientos, como a lo loco, me abordaron como en asedio naval: 

a).- Abierta la puerta de la Catedral Vieja (la que da a la Plaza de Juan XXIII), contemplé el Palacio episcopal, que el entonces Obispo de Salamanca, Plá y Deniel, permitió, en tiempos bélicos, que Franco lo usare a sus fines, y que desde que don Mauro rechazó vivir en él, tuvo una turbulenta historia, aunque menor a la bélica anterior. Parece que finalmente será destinado a museo diocesano, asunto complicado según los economistas de la Diócesis. Uno de ellos –dijo- que era “una patata caliente” para el nuevo Excelentísimo y Reverendísimo.  

Palacio episcopal de Salamanca

b).- Recuerdo en los primeros años noventa ver en la sede episcopal, debajo de la Virgen, de hecho casi ciego, a monseñor don Mario Rubio, gordo y engordado con la clásica casulla, en forma de guitarra, muy floreada, rodeado del entonces Vicario y canónigos, como el muy bajito penitenciario de ropajes colorados, el portador del Evangelio que andaba de puntillas; también estaba, como hoy y siempre ahí, don Jesús Terradillos García, canciller y Secretario General del Obispado.

c).- Nunca entendí cómo tanta decadencia pudo llegar a esa Iglesia-Madre, asistiendo a las ceremonias litúrgicas, durante muchos años, años de obispados de don Mauro, luego don Braulio, y finalmente de don Carlos, tan pocas personas, entre ellas un par de monjas “Siervas”. Alumbrar a esas catedrales y dinamizarlas litúrgicamente, es reto importante para don José Luis Retana, que es titular –caso único en la Iglesia católica- de dos diócesis, que suman tres catedrales: las dos de Salamanca y la de Ciudad Rodrigo

III.- La Predicación de la Resurrección: 

El 9 de enero de 2022 se publicó aquí en Religión Digital la crónica titulada José Luis Retana, un solo obispo para dos diócesis, en la que contamos cómo fue la toma de posesión de la Diócesis de Salamanca e hicimos breves referencias personales del nuevo Obispo, antes de Plasencia. En estas últimas nos ratificamos hoy, pues seguimos viendo en él al campesino de Ávila, caminante con pantalones de pana por campos amarillos y caminos aldeanos de esa tierra de místicos en la que nació, lo cual, por cierto, es muy cristiano, pues lo cristiano, por ser asunto de pastores, cabritos y ovejas, es más agrario que urbano. 

Retana
Retana

Terminamos la crónica de 9 de enero indicando la fatiga que ha de suponer atender dos diócesis –ese continuo viaje o trajín de una a otra- , y que pronto demandaría un obispo auxiliar. El cansancio es normal, incluso llevando el lema tan imperativo y hacendoso de Fiat et Fecit, y tanto por haber sido ex futbolista con lesiones graves de ligamentos cruzados, como por haber padecido enfermedad de cuidado, afortunadamente, hoy dormida. 

En su video/mensaje con ocasión de la Semana Santa a la comunidad diocesana, señaló el Obispo  que “si bien Cristo ha resucitado, nosotros no, o al menos, no del todo”. Y añadió con alegría: “Celebramos la Resurrección de Cristo, Jesús ha resucitado y está siempre con nosotros”. Y una celebración en la que hay renovación del Bautismo. El Bautismo –dijo-es importantísimo, es como si Cristo te abrazara y te dijera; eres mío para siempre. Alegría, pues de la Resurrección.

Esa fue la clave y el resumen de la predicación del Domingo Pascual. Y es verdad, sin Resurrección, Jesús hubiese sido un hombre bueno, y no sería el Cristo Dios. Sin Resurrección, el cristianismo hubiese sido una anécdota en la Historia. 

Dos advertencias formuló el Papa, también con dolor en pierna, en la Vigilia Pascual de anoche, en la Basílica vaticana y que no puedo omitir : 

--No podemos celebrar la Pascua, si nos quedamos en la muerte.

--Un cristianismo sin Pascua es el que se encierra en el sepulcro de la costumbre y en el pasado.  

Resurrección
Resurrección

Y la Fiesta de hoy, como la de días pasados, continuará mañana, lunes de Pascua, en la Diócesis de la Virgen de la Vega, canto final a la Virgen que fue la conclusión de la Ceremonia Pascual en la Catedral Vieja de Salamanca, pasando como en serventía, al principio y al final, por la Catedral Nueva. 

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