El prelado tiene raíces salmantinas y es miembro de las comunidades de Adsis Monseñor Chordi, el obispo auxiliar de Santiago de Chile que inició su vocación en Santa Marta de Tormes

Monseñor Álvaro Chordi
Monseñor Álvaro Chordi

Aunque nacido en Pamplona, Monseñor Álvaro Chordi tiene un vínculo muy especial con la parroquia de este municipio del alfoz, donde viven sus padres y donde se inició en las comunidades cristianas Adsis

Una vez finalizados sus estudios teológicos, Álvaro Chordi fue destinado por su comunidad a Vitoria, “donde fui ordenado en el año 1999, y allí permanecí hasta 2015”

Su siguiente destino fue América Latina. “Había necesidades de presbíteros y me ofrecí”. Y así llegó a su ciudad actual, Chile, donde ahora es obispo auxiliar

Acompañado de sus feligreses, Álvaro Chordi acudió a la ceremonia de su consagración episcopal en la catedral metropolitana de Santiago de Chile, caminando desde su barrio de Yungay

En relación a la Fase Continental del Sínodo, este obispo auxiliar considera que nos ha introducido “en este camino sinodal, que realmente proyecta la Iglesia hacia una Iglesia más de bautizados

(Diócesis de Salamanca).- El obispo auxiliar de Santiago de Chile, el español, Álvaro Chordi, tiene raíces salmantinas. Aunque nacido en Pamplona, sus padres son de Salamanca y conoció a las comunidades cristianas Adsis, en Santa Marta de Tormes, en el año 1984, de las que es miembro. Junto a ellos inició su proceso vocacional, como relata durante una visita a Salamanca.

“También participé en la parroquia como catequista, y representé a la zona del trastormes en el Sínodo diocesano del 89, con el obispo don Mauro Rubio”, recuerda. Y en la Universidad de Salamanca estudió Derecho, y Teología en la Universidad Pontificia, que terminó en la Universidad de Deusto de Bilbao, “donde Adsis abrió una casa formativa y me trasladé”.

Una vez finalizados sus estudios teológicos, Álvaro Chordi fue destinado por su comunidad a Vitoria, “donde fui ordenado en el año 1999, y allí permanecí hasta 2015”. Entre  sus cargos pastorales, fue vicario parroquial y estuvo al frente de la Pastoral Juvenil, además de dirigir escuelas diocesanas de Formación Profesional.

En la Pastoral Universitaria

Su siguiente destino fue América Latina, “había necesidades de presbíteros y me ofrecí”. Y así llegó a su ciudad actual, Chile, donde ahora es obispo auxiliar. “Inicialmente fui a la ciudad de Valdivia, y después, a Santiago, y llevo allí desde entonces”, relata el prelado. Una de sus tareas ha sido como asesor de la Pastoral Universitaria en Santiago de Chile durante tres años.

Después, su comunidad Adsis le pidió el servicio de consejero de las comunidades del Cono Sur, “sirviendo durante dos años y medio, y viajando mucho por América Latina”. Al terminar ese servicio, se ofreció para servir en una parroquia, y su destino fue la de San Saturnino, “de administrador parroquial inicialmente, y luego ya de párroco, en la cual he estado más de tres años”.

Después, le llegó el nombramiento del papa Francisco como obispo auxiliar de Santiago, “el cual acepté tras un discernimiento oportuno”, y desde julio, que fue nombrado, y en octubre, ordenado, “el arzobispo me ha pedido que sea vicario de la zona centro de la capital”. Asimismo, también es el responsable de la casa del clero, “y seguiré en la parroquia de San Saturnino y la de San Pablo junto a otro sacerdote, en el barrio de Yungay”.

Un aprendizaje

Acompañado de sus feligreses, Álvaro Chordi acudió a la ceremonia de su consagración episcopal en la catedral metropolitana de Santiago de Chile, caminando desde su barrio de Yungay.

En relación a la vida en Santiago de Chile reconoce que, “es bien distinta a Europa, y en la Iglesia, la fe se vive de otra manera”. Para Álvaro Chordi, en cada lugar uno realiza muchos aprendizajes, “que todos sirven”. En Santiago de Chile está muy contento, “para mí es un don, un regalo, vivir allí la fe con la comunidad en la que estoy, y ahora, se amplía esa comunidad a la Arquidiócesis, y también a la Iglesia de Chile”. Pero también tiene claro que hay que tener en cuenta las raíces, “uno necesita saber de dónde viene para saber a dónde va”.

En relación a la Fase Continental del Sínodo, este obispo auxiliar considera que nos ha introducido “en este camino sinodal, que realmente proyecta la Iglesia hacia una Iglesia más de bautizados, una Iglesia más sinodal, más esperanzadora, más profética y también más fraterna”.

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