León pide a los jóvenes "ser portavoces de la verdad y constructores de paz" El Papa, a la 'generación plus': "En lugar de ser turistas de la red, ¡sean profetas en el mundo digital!"
"La educación es una de las herramientas más hermosas y poderosas para cambiar el mundo"
"Como ellos, ustedes también tienen estrellas que les guían: sus padres, maestros, sacerdotes, amigos, son como brújulas para no perderse en los acontecimientos felices y tristes de la vida. Como ellos, ustedes están llamados a convertirse a su vez en testigos luminosos para quienes les rodean"
"Qué bonito sería que algún día su generación fuera reconocida como la 'generación plus', recordada por el impulso adicional que sabrán dar a la Iglesia y al mundo". Miles de jóvenes (muchos de ellos se quedaron fuera del Aula Pablo VI) acompañaron a León XIV en su encuentro por el Jubileo Educativo, que esta semana está copando todos los titulares -y el interés- del pontífice. Prevost quiso acercarse antes a los chicos y chicas que no pudieron entrar en la sala ("El Evangelio dice que los últimos serán los primeros, así que eso les toca a ustedes hoy", bromeó en un improvisado saludo), y posteriormente entró en el aula por la puerta principal, no por el escenario, como es habitual.
Así, pudo darse un primer baño de masas, antes de reconocer su "gran emoción" ante el encuentro de esta mañana. De hecho, Prevost evocó "los años en los que enseñaba matemáticas a jóvenes tan animados como ustedes", y recordando, entre aplausos, a Pier Giorgio Frassati, un estudiante italiano canonizado durante este Año jubilar, y sus palabras: "Vivir sin fe no es vivir, sino ir tirando", y "Ir hacia lo alto".
"También a ustedes les digo: tengan la audacia de vivir en plenitud. No se conformen con las apariencias o las modas, una existencia que se queda sólo en lo pasajero nunca nos satisface", profundizó el Papa, instando a los jóvenes a hablar a su corazón, y pedirle: "Sueño más, Señor, quiero más, ¡inspírame tú!". Al tiempo, les animó a "ir hacia lo alto, encendiendo el faro de la esperanza en las horas oscuras de la historia".
Cómo podemos lograrlo? "La respuesta es esencial: a través de la educación, una de las herramientas más hermosas y poderosas para cambiar el mundo", señaló Prevost, quien también recordó al "querido Papa Francisco" y su "gran proyecto del Pacto Educativo Global", una "alianza de todos aquellos que, en diversos ámbitos, trabajan en el campo de la educación y la cultura, para involucrar a las generaciones jóvenes en una fraternidad universal".
"De hecho, ustedes no son sólo destinatarios de la educación, sino sus protagonistas", recalcó el Papa, instándoles a que "se alíen para abrir una nueva etapa educativa, en la que todos —jóvenes y adultos— nos convirtamos en testigos creíbles de la verdad y la paz".
"Están llamados a ser portavoces de la verdad y constructores de paz", les pidió, recordando a Henry Newman, futuro doctor de la Iglesia, quien apuntaba que "el conocimiento se multiplica cuando se comparte y que es en la conversación de las mentes donde se enciende la llama de la verdad". "Juntos podemos formar constelaciones educativas que orienten el camino futuro", añadió.
El ex profesor de matemáticas y física puso un 'examen' a los chicos y chicas. "¿Saben cuántas estrellas hay en el universo observable? Un número impresionante y maravilloso: un sextillón de estrellas ―¡un 1 seguido de 24 ceros!―. Si las dividiéramos entre los 8 mil millones de habitantes de la Tierra, cada persona tendría para sí cientos de miles de millones de estrellas", evocó. "A simple vista, en las noches despejadas, podemos ver unas cinco mil. Aunque hay miles de millones de estrellas, sólo vemos las constelaciones más cercanas; sin embargo, éstas nos indican una dirección, como cuando navegamos por el mar", apuntó.
Como los viajeros, que seguían la Estrella Polar, o como los campesinos de los Andes peruanos, "el cielo es un libro abierto que marca las estaciones de la siembra, la esquila y los ciclos de la vida". Incluso los Reyes Magos siguieron una estrella para llegar a Belén y adorar al Niño Jesús, recordó. "Como ellos, ustedes también tienen estrellas que les guían: sus padres, maestros, sacerdotes, amigos, son como brújulas para no perderse en los acontecimientos felices y tristes de la vida. Como ellos, ustedes están llamados a convertirse a su vez en testigos luminosos para quienes les rodean".
Con cuidado, porque "una estrella sola sigue siendo un punto aislado". "Cuando se une a otras, en cambio, forma una constelación, como la Cruz del Sur", proclamó. "Así son ustedes: cada uno es una estrella y juntos están llamados a orientar el futuro".
"La educación, de hecho, nos enseña a mirar hacia lo alto, cada vez más alto", subrayó, reivindicando a Galileo, quien "apuntó su telescopio hacia el cielo, descubrió nuevos mundos: las lunas de Júpiter, las montañas de la luna". "Así es la educación: un telescopio que les permite mirar más allá, descubrir lo que por sí solos no verían. No se detengan, pues, a mirar el teléfono y sus rápidos fragmentos de imágenes: miren al cielo, hacia lo alto", aunque haya problemas, como tuvo el propio científico italiano.
"Sin silencio, sin escucha, sin oración, incluso las estrellas se apagan. Podemos saber mucho del mundo e ignorar nuestro corazón"
Tres retos en la educación
“Ayúdennos en la educación de la vida interior”, han pedido los jóvenes del Pacto Educativo, en su primer reto. "Me ha impresionado esta petición. No basta con tener un gran conocimiento científico, si luego no sabemos quiénes somos y cuál es el sentido de la vida", reflexionó. "Sin silencio, sin escucha, sin oración, incluso las estrellas se apagan. Podemos saber mucho del mundo e ignorar nuestro corazón".
En los casos más graves, abundó el Papa, "asistimos a episodios de malestar, violencia, acoso, opresión, incluso a jóvenes que se aíslan y ya no quieren relacionarse con los demás". "Creo que detrás de estos sufrimientos también hay un vacío excavado por una sociedad incapaz de educar la dimensión espiritual, por estar centrada solamente en el ámbito técnico, social o moral de la persona humana", añadió.
El segundo de los nuevos retos educativos es "un compromiso que nos afecta cada día y en el que ustedes son maestros: la educación digital". En este punto, Prevost pidió a los jóvenes que "no dejen que sea el algoritmo el que escriba su historia". "Sean ustedes los autores: utilicen la tecnología con sabiduría, pero no dejen que la tecnología los utilice a ustedes", añadió, en referencia a la inteligencia artificial. "No basta con ser “inteligentes” en la realidad virtual, sino que hay que ser humanos con los demás, cultivando una inteligencia emocional, espiritual, social y ecológica. Por eso les digo: edúquense para humanizar lo digital".
"En lugar de ser turistas de la red, ¡sean profetas en el mundo digital!", recalcó, ejemplificando en san Carlo Acutis, un joven "que no se convirtió en esclavo de la red, sino que la utilizó con habilidad para el bien". Su iniciativa "nos enseña que lo digital es educativo cuando no nos encierra en nosotros mismos, sino que nos abre a los demás; cuando no te pone en el centro, sino que te centra en Dios y en los demás".
"No basta con silenciar las armas, es necesario desarmar los corazones, renunciando a toda violencia y vulgaridad. De este modo, una educación desarmante y desarmada crea igualdad y crecimiento para todos, reconociendo la misma dignidad de cada chico y chica, sin dividir nunca a los jóvenes entre unos pocos privilegiados que tienen acceso a escuelas muy costosas y muchos que no tienen acceso a la educación"
Una educación desarmada y desarmante
Finalmente, el tercer reto: "la educación para la paz". En este punto, el Papa, claramente, señaló "cómo nuestro futuro se ve amenazado por la guerra y el odio que dividen a los pueblos". "¿Se puede cambiar este futuro? ¡Por supuesto! ¿Cómo? Con una educación para la paz desarmada y desarmante", recalcó.
"No basta con silenciar las armas, es necesario desarmar los corazones, renunciando a toda violencia y vulgaridad. De este modo, una educación desarmante y desarmada crea igualdad y crecimiento para todos, reconociendo la misma dignidad de cada chico y chica, sin dividir nunca a los jóvenes entre unos pocos privilegiados que tienen acceso a escuelas muy costosas y muchos que no tienen acceso a la educación", finalizó, animando a los jóvenes a ser "agentes de paz".