Éxito de acogida en la peregrinación espiritual y pedagógica organizada por la Fundación Edelvives para unos 40 docentes de la pública y la concertada

Testimonio de María Soledad: "Este viaje me ha aportado más saber, al estar en sitios que los evangelios nombran"

Testimonio de Pilar: "Me pongo en silencio y pienso en lo vivido. He sido una gran afortunada"

“Maravilloso”. “Agradecidos”. “Una experiencia única”. “Debería ser obligatorio”. Son algunas de las expresiones más repetidas por los 40 profesores de Religión de toda España que, a principios de julio, han participado en el primer viaje a Tierra Santa organizado por la Fundación Edelvives, bajo el título ‘En Tierra Santa con Jesús Maestro. Una experiencia +H29’.

Durante una semana, docentes de la escuela pública y de colegios concertados han compartido esta peregrinación espiritual y pedagógica en la que han podido conocer los lugares donde Jesús creció y vivió y, más importante, donde enseñó.

Esa perspectiva única del “Jesús Maestro” es lo que ha dado un plus de originalidad y valor a esta experiencia de la que los profesores vuelve emocionados y cuya segunda edición tendrá lugar el próximo mes de diciembre. (Más información: www.encaminoconfundacionedelvives.org)

"Lo que me movió a realizar este viaje fue la fe. Tenía muchas ganas de conocer la tierra de Jesús y actualizar pasajes evangélicos, tantas veces leídos y escuchados", señala una profesora de Zaragoza.

“Lo que me movió a realizar este viaje fue la fe. Tenía muchas ganas de conocer la tierra de Jesús. Lo vi como un regalo y, en cierta medida, también como una recompensa a los 27 años que llevo como profesora de Religión”, explica María Soledad Laborda Perún, docente en varios colegios de Zaragoza.

Unos días después de regresar, asegura sentir “una alegría inmensa y también un gran agradecimiento por haber realizado esta peregrinación”.

Como profesora de Religión, lo que más valora es “haber estado físicamente en sitios que los evangelios nombran. He podido actualizar pasajes evangélicos, tantas veces leídos y escuchados, en los lugares en los que Jesús enseñó a sus discípulos. Será una alegría, al regresar a las aulas, poder transmitir lo vivido y lo que hemos aprendido”.

"Lo que más ilusión me hace es poder traer material a mis alumnos, desde fotos hasta cualquier piedra, pasando por las experiencias personales", relata otra docente

Lo mismo opina Pilar Valle Llorens: “Todo el mundo dice que es un viaje a nivel personal, pero lo que más ilusión me hace es poder traer material a mis alumnos, desde fotos de todos los lugares visitados hasta cualquier piedra o ramita”, pasando por “experiencias personales, vividas y tocadas con mis propias manos”.

“Para que se pueda entender, tanto a nivel personal como espiritual: hay que vivirlo. Para ser sincera –sigue Pilar–, me parece que nunca había rezado tanto, o incluso meditado o intentado encontrar mi yo interior tantas veces como lo he hecho en este viaje. Encontrarme a nivel espiritual, reflexionar. Contestarme a ciertas preguntas pero a la vez hacerme nuevas… La satisfacción es inmensa, insuperable, inexplicable”.

Pilar termina con una invitación “a todas aquellas personas que quieran disfrutar, viajar, emocionarse y ser felices” y con un enérgico: “¡Adelante a Tierra Santa!”.

Los interesados en participar en la segunda edición del viaje a Tierra Santa ‘En Camino con Fundación Edelvives’, pueden registrarse aquí: www.encaminoconfundacionedelvives.org

A continuación, por su interés, reproducimos los testimonios íntegros de dos profesoras.

María Soledad: “Será una alegría transmitir en las aulas lo que hemos aprendido”

Soy María Soledad Laborda Perún y trabajo en los CRA Orba de Muel y L'Albardin de Azuara y en el CEIP Belia de Belchite, todos en Zaragoza. Como profesora de Religión, lo que me movió a peregrinar a Tierra Santa fue la fe. Tenía muchas ganas de conocer la tierra de Jesús. Lo vi como un regalo y, en cierta medida, también como una recompensa a los 27 años que llevo como docente.

Con el Padre Pedro González, franciscano
Con el Padre Pedro González, franciscano

Siento una alegría inmensa y a la vez estoy muy agradecida de poder haber hecho esta peregrinación, que me ha aportado más saber, al haber estado físicamente en sitios que los evangelios nombran. He podido actualizar pasajes evangélicos, tantas veces leídos y escuchados, en los lugares en los que Jesús enseñó a sus discípulos. Será una alegría, al regresar a las aulas, poder transmitir lo vivido y lo que hemos aprendido.

Me quedo también con el buen ambiente que se ha respirado durante los días que hemos estado en Tierra Santa. Éramos un grupo heterogéneo, pues veníamos profesores de diferentes partes de España, algunos con sus parejas, y la experiencia con las aportaciones personales ha sido muy enriquecedora. Lo más bonito ha sido compartir y celebrar la fe en las eucaristías, y el tiempo para la oración personal y comunitaria.

La renovación de los votos matrimoniales en Caná me pareció una ceremonia muy bonita. Yo no estaba acompañada por mi marido, pero participé como si estuviera, y he compartido la celebración con él cuando he llegado a casa.

Una de las charlas explicativas
Una de las charlas explicativas

Quisiera agradecer la compañía de Juan José Echeverría y Rafael Garcerán en todo nuestro itinerario como responsables de la Fundación Edelvives. El guía franciscano, Padre Pedro González, nos ha ilustrado sabiamente en cada visita a los numerosos lugares en los que hemos estado. Ha sido una suerte conocerle y participar de su sentido del humor.

Pilar: “Me pongo en silencio y pienso en lo vivido. He sido una gran afortunada”

Todo empezó este año. El 22 es mi número favorito, así que siempre he pensado que este sería mi mejor año. Pero todo lo contrario.

Varios sucesos personales, en unos cuatro meses, han hecho que mi vida dé un cambio, casi de 200 grados (los 160 grados restantes son el trabajo como docente de Religión, que menos mal que se mantiene). Y todo siguió en el mes de mayo, más sucesos indeseables.

Pero, según me ha inculcado siempre mi familia, hay que tener una luz encendida y nunca perder la esperanza, la fe. Y así fue.

Auténtica peregrinación espiritual y pedagógica
Auténtica peregrinación espiritual y pedagógica

A mediados de mayo más o menos, lo recuerdo perfectamente, estaba en clase y recibí un email de la Fundación Edelvives: ‘Proyecto En Camino Con FE. Viaje a Tierra Santa’. Lo cierto es que no le hice caso. Pasaron los días y de vez en cuando me venía a la cabeza la idea del viaje a Tierra Santa: viajar y poder aprender, disfrutar, ponerle imagen a lugares que estaba intentando explicar de alguna manera a mis alumnos…

Así que empecé a planteármelo y a pensar, preguntarme, qué podía aportarme el viaje si se llevaba a cabo. Después de todo lo que hemos vivido en los últimos años, el querer viajar y por unas circunstancias u otras no poder hacerlo… Lo vi como una gran oportunidad, en medio de este desastroso año.

Como docente, miré mi programación y busqué el itinerario del viaje, qué se supone que iba a visitar y saber qué y cómo podía aplicarlo a mi práctica docente. Porque, al fin y al cabo, cierto es que todo el mundo dice que es un viaje muy bonito a nivel personal, pero lo que más ilusión me hacía era poder traerles material a mis alumnos, desde fotos de todos y cada uno de los lugares visitados, a cualquier tipo de piedra o ramita, pasando por experiencias personales, vividas y tocadas con mis propias manos.

Así que, de este modo, las primeras preguntas referidas a si seguía adelante la idea del viaje o no estaban respondidas.

Además de la visita turística, el viaje está certificado por el ISCREB
Además de la visita turística, el viaje está certificado por el ISCREB

He tenido que superar ciertas barreras, como conseguir el permiso de la directora del centro, a quien le doy las gracias de todo corazón porque sin ella ahora no me encontraría escribiendo estas palabras; o recopilar toda la documentación requerida. En este aspecto y otros referidos a la comunicación, dudas y preguntas, tengo que hacer una mención especial a la Fundación Edelvives, en concreto y más especialmente a Pablo y Juanjo, quienes han estado en contacto conmigo en todo momento y sin su atención no hubiera sido lo mismo. Muchas gracias.

Por último, antes de empezar con el viaje, falta mencionar a la familia. Apoyo no me faltaba por ningún lado. Incluso he llegado a sentirme un poco mal por ir al viaje antes que mis padres. Pero al fin y al cabo, las oportunidades llegan así.

Llegados a este punto, la pregunta principal era con quién hacer el viaje. Se lo pregunté a una compañera y no podía. Entonces pensé que tal vez era un buen momento para hacer un viaje sola. En realidad, al tratarse de un viaje organizado, con un grupo de 48 personas, sabía que existía una gran probabilidad de conocer a alguien y no sentirme tan “sola”. La Fundación Edelvives me puso en contacto con otra persona que también salía de la misma zona, así que con él empezó esta gran experiencia vivida, pues ha sido en todo momento mi compañero de viaje. Gracias, Rafa.

Maletas hechas, ideas claras para recoger material para los alumnos, cámara preparada y empieza El Gran Viaje, la Gran Peregrinación a Tierra Santa.

Los profesores y peregrinos han vivido momentos inolvidables
Los profesores y peregrinos han vivido momentos inolvidables

No hay palabras suficientes para describir este viaje. Para que se pueda entender, tanto a nivel personal como espiritual: hay que vivirlo. Para ser sincera, me parece que nunca había rezado tanto, o incluso meditado o intentado encontrar mi yo interior tantas veces como lo he hecho en este viaje. Encontrarme a nivel espiritual, reflexionar. Pensar en todas y cada una de las personas que forman parte de mi vida, tanto las que están como las que no, y poder pedir por todos. Contestarme a ciertas preguntas pero a la vez hacerme nuevas… Lo dicho: hay que vivirlo, pues la satisfacción es inmensa, insuperable, inexplicable.

“Dile al Espíritu Santo que te diga lo que debes decir y verás que desde el corazón queda todo mejor”. Una persona en concreto me ha escrito estas palabras y me ha animado a escribir este texto que intenta describir más o menos cómo ha sido mi experiencia. Pero hay tanto que contar que es muy difícil explicar todo lo que una persona quiere con pocas palabras. De hecho, me dejo mucho por expresar y le pido disculpas al lector/ra.

Me pongo en silencio y pienso en lo vivido. Observo las fotos y repaso todos y cada uno de los lugares que he visitado. He sido una gran afortunada.

El lugar donde nació Jesús
El lugar donde nació Jesús

Todavía me queda por ordenar todo el material que quiero poner ya en marcha con mis alumnos y poder explicarles lo que he aprendido. Tal vez sea ahora el trabajo más duro, ir asimilando lo vivido y expresar lo aprendido.

Llevo un tatuaje, ‘Docere, delectare et movere’, que significa ‘Aprende, disfruta lo aprendido y enséñalo’. El siguiente tatuaje que tengo en proyecto es la Cruz Cósmica de los Franciscanos, la de Jerusalén.

Este viaje lo empecé sola y he vuelto con mucha gente. Me he dado cuenta de cómo gente que no me conocía, con apenas de un par de días de convivencia en un grupo de viaje (peregrinación y autobús) se ha preocupado por mí como si de la familia se tratase. Me he dado cuenta de que yo iba haciendo fotos por ahí, tanto para recoger material para los alumnos, como para que los compañeros/as tengan el día de mañana recuerdos en forma de fotografías, y ellos también me han hecho fotos a mí sin darme cuenta.

Me he sentido querida. Necesito dar las gracias porque, a pesar de “viajar sola”, he sentido el indescriptible calor de un abrazo que te dan sin esperarlo pero cuando más se necesita.

Y cientos de anécdotas que podría contar. A día de hoy, solo puedo dar GRACIAS. Gracias al proyecto En Camino con Fundación Edelvives por poder hacer posible este sueño y poder viajar a Tierra Santa. Gracias por conocer gente, a todos y cada una de las personas que hemos formado el grupo. He intentado contagiarles la alegría que personalmente tenía de poder vivir el día a día, momento a momento, lo que hemos vivido y podido convivir. Y gracias en especial, cómo no, a Don Pedro, persona indispensable en este viaje. Gracias de nuevo a Fundación Edelvives por poner a este buen hombre en mi vida.

En Camino con Fundación Edelvives
En Camino con Fundación Edelvives

Gracias porque he reído, he llorado, me he puesto triste y también contenta. He sido feliz. Gracias por poder vivir lo que he vivido, porque sin esta oportunidad no habría sido posible aprender a ver ciertas cosas de otra manera. Ser más humilde, más humana.

Tenemos que aprovechar el tiempo que vivimos y ser felices, no dejar para mañana las cosas que podemos hacer hoy. Vivir el hoy, el ahora, el presente. Porque ahora, y mañana y en un futuro, puedo y podré decir que he ido a Tierra Santa, que he pisado lugares que Jesús pisó en su momento, puedo contarlo, ¡¡lo he vivido!! Y no sé si volveré a tener otra oportunidad, al menos sé que igual no.

Así que animo a todas aquellas personas que quieran disfrutar, viajar, emocionarse y ser felices. ¡Adelante a Tierra Santa!

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