Especialista en historia e interpretación de los dogmas Bernard Sesboüe SJ (1929-2021). Teólogo dogmático

Bernard Sesboüe SJ
Bernard Sesboüe SJ

Maestro de una generación de pensadores y teólogos franceses

Hombre de gran sabiduría, cercano, atento, respetuoso. Vino un par de veces a los simposios de teología trinitaria que organizaba el Prof. Nereo Silanes. Tuve ocasión de compartir algunos temas sobre Dios y, en especial, sobre la Iglesia

SESBOÜE, BERNARD (1929-2021). Diccionario Pensadores
Teólogo católico francés, de la Compañía de Jesús. Especialista en historia e interpretación de los dogmas; maestro de una generación de pensadores y teólogos francese.
   Hombre de gran sabiduría, cercano, atento, respetuoso. Vino un par de veces a los simposios de teología trinitaria que organizaba el Prof. Nereo Silanes. Tuve ocasión de compartir algunos temas sobre Dios y, en especial, sobre la Iglesia. 
Ha sido profesor de la facultad de teología del Centro Sèvres, de Paris, Consultor del Secretariado católico para la Unidad de las Iglesia, miembro de la Comisión Teológica Internacional,  y ha escrito numerosas obras dedicadas a diversos temas de eclesiología y dogmática, entre ellas varias traducidas al castellano:
Por una teología ecuménica (Salamanca 2000);
Fuera de la Iglesia no hay salvación (Bilbao 2006);
El magisterio a examen (Bilbao 2006);
No tengáis miedo (Santander 2006);
El Código da Vinci explicado a sus lectores (Santander 2006). Sus dos obras más significativas son: Jesucristo, el único Mediador I-II (Sec. Trinitario, Salamanca 1992) e Historia de los dogmasI-IV (Sec. Trinitario, Salamanca 1995/1997) (escrita en colaboración con J Wolinski, Theobald y otros).
La primera es una soteriología, de tipo histórico y dogmático, la más completa que hoy existe, desde una perspectiva católica. La segunda constituye una de las mejores historias del pensamiento cristiano en los últimos decenios y está formada por cuatro volúmenes.
El primero expone el tema de El Dios de la salvación. Dios, la Trinidad, Cristo y la economía de la salvación (siglos I—VIII);
el segundo se ocupa de El hombre y su salvación. Antropología cristiana (siglos V—XVII);
el tercero desarrolla el tema de Los signos de la salvación. Sacramentos e Iglesia. Virgen María (siglos XII—XX);
el cuarto está dedicado a La Palabra de la salvación. Revelación, Fe, Escritura, Tradición y Magisterio (siglos XIII—XX). Se trata de una obra ejemplar y pedagógica, que servirá de referencia para el estudio de la teología en los próximos decenios.

Historias de los Dogmas – Secretariado Trinitario

Un recuerdo trinitario
    Sesgoüe ha sido un gran historiador del dogma, un agudo analista de la Iglesia y de sus ministerio. Pero le recuerdo, sobre todo, como teólogo trinitario.

A su juicio, el judaísmo rabínico no pudo aceptar la formulación trinitaria universal de los cristianos. Por eso, el bautismo,  entendido y vivido en clave trinitaria, constituye uno de los puntos de enfrentamiento y separación más fuerte entre judíos y cristianos. En el bautismo trinitario culmina no sólo la confesión “divina” de Jesús, Cristo muerto y resucitado, que es el Hijo a quien los creyentes adoran (cf. 28, 5.9.16), sino la experiencia trinitaria de la Iglesia, impulsada por el Espíritu. Esa confesión distinguirá de ahora en adelante a los cristianos, como grupo distinto del judaísmo “normativo” de los sacerdotes y escribas.

Esta afirmación del fondo histórico (evangélico) de la Trinidad (despliegue personal divino), tal como se expresa y ratifica en el bautismo, nos sitúa ante la identidad de Dios y sentido de la historia.  A juicio de Sesboüe, la Trinidad no empieza siendo dogma teológico, sino expresión privilegiada de la confesión bautismal.

Dios no ofrece a los hombres el resultado de un amor ya realizado (externo a ellos), sino que ha querido realizare como amor (encuentro del Padre con el Hijo en el Espíritu) en la misma historia humana, desplegando su Vida en la vida-muerte de su Hijo Jesucristo. Ciertamente, Dios podría haber realizado su comunión (Trinidad) de otra manera; pero de hecho él ha decidido vincular ese amor eterno al despliegue histórico de la humanidad, centrada en Cristo, de forma que el mismo y único surgimiento intradivino (inmanente) del Hijo se identifica con el despliegue intrahistórico del Mesías Jesucristo.

              De esa manera, la inmanencia de Dios (comunión de Padre e Hijo en el Espíritu), siendo en principio separable de la historia humana (economía salvadora), se despliega y “existe” en esa historia, como puso de relieve H. Mühlen, Der Heilige Geist al Person, Aschafendorff, Münster 1966, 5-11, 170-179, y El Espíritu Santo en la Iglesia, S. Trinitario, Salamanca 1988, 223 ss. Este planteamiento, reformulado en otra clave por los concilios (Nicea-Calcedonia),  quiere ser respetuoso con la experiencia bíblica de Jesús, culminada en nuestro caso en Mt 28, 16-20.

Historia de los dogmas. Vol.3: Los signos de la salvación de Bourgeois,  Henri;Sesboüé, Bernard; Tihon, Paul: Used - Good Paperback (2011) | V Books

He desarrollad el tema en La Trinidad, Sígueme, Salamanca 2015. Pero mi visión de conjunto del rema es deudora de dos obras  teológicas francesas de gran envergadura:  J. Moingt, El Hombre que venía de Dios I-II, Desclée de Brouwer, Bilbao 1995, y B. Sesboüe, Jesucristo, el único mediador I-II, Sec. Trinitario, Salamanca 1994.

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