Epulón rico, Lázaro pobre. Lectura social: Epulonia - Lazaronia (Lc 16, 19-31)

Ayer conté la parábola de un modo “piadoso”: Epulón, el rico del pueblo, tiene poder absoluto, con sus cinco hermanos, devoradores como él, para manejar el mundo entero, manteniendo a los lázaros p obres, fuera de la puerta del muro de  su reino universal.”… Largo me lo fiais, decía en Sevilla Don Juan Tenorio.

Los ricos de la iglesia y del mundo se han empeñado en contar esta parábola como si fuera sólo piadosa y la situación del rico y el pobre sin remedio, a no ser después de la muerte, en el “infierno

Vea los detalles de la imagen relacionada. Beato de Liébana, códice de Fernando I y doña Sancha Biblioteca ...

A modo de introducían

La parábola puede interpretarse y se ha interpretado también de forma social, política y económica. No se trata de dejar que el infierno resuelve las cosas, sino de planear una “rebelión en la granja”, como imaginó G. Orwell, para afirmar que un día los “lázaros” (cerdos de matadero) se rebelaron contra los epulones, para liberar la granja, terminar descubriendo que con los cerdos al mando de la granja terminaban tan malos como los epulones de manera que los lázaros fuera del mundo se morían de hambre.

En su nueva   novela más genial que la anterior, titulada 1984 G. Orwell imaginó que los lázaros/cerdos se alzaron y tomaron  parte del poder  creando un Estado, para terminar pactando con epulones, de manera que hubo en la granja dos estados, uno los Epulones (=Epulonia) y otro de  s Lázaros (=Lazaronia… o  Lazaretonia, siempre luchando entre sí, cada uno peor que el otros.

   Sobre lo que tenía que haber pasado en esos dos estados el año 1984  trata esa genial y fatídica novela, para terminar afirmando que esos dos estados, en guerra permanente, terminan siendo casi iguales, en eterna lucha de males   como en en ideograma del Tao de China (con Yin y Yang).

 Un amigo de Argentina me ha llamado y me ha dicho: Mirá, Xabier: Lo de la Granja de Animales, convertida el lucha sin fin de dos estados de 1984 es lo que pasa en Palestina con Hamás e Israel.

   Estoy convencido de que no es así, de que hay muchas variantes al tema. Pero me he puesto a pensar y he escrito lo que sigue. Buen día a todos….El que quiera entender de raíz las cosas vuelva a la parábola de Jesús, en Lc 16, 19-31 y saque las consecuencias.

Libro La Granja de los Animales De George Orwell - Buscalibre

De Jesús a los pensadores modernos de occidente.

 Jesús contó el tema como parábola, para hacernos pensar: Habia en el mundo  dos seres humanos, como Caín y Abel al principio (Gen 4)  

 Uno el  el rico (Epulon no es nombre propio, es mote  significa el  el rico, epulón, plousios/plutos, el plutarca ) tiene todo el poder (come toda la comida, de manera que termina matando a Lázaro).

El otro, el pobre, tiene un nombre (Lázaro, el protegido de Dios, pero se muere de hambre). No hay guerra, sino pura opresión. Nada se resuelve en la tierra, pero queda el cielo e infierno.

Pero la historia ha convertido la parábola en guerra mundial de poderes, contada en un sentido por Pablo (Gal 3, 28: libres y siervos), después por Hegel (Fenomenología del espíritu 4,   amo y  siervo) y en especial por  Marx (epulón capitalista y Lázaro proletario;   Nietzsche, en fin, cuenta la historia desde los  superhombres y los  parias, pura gangaA…).

De Jesús a Orwell.

1984

 En nuestra parábola tenemos al epulón que se ha hecho Epulonia, sistema mundial de la riqueza armada y a  Lázaro se ha convertido en Lazaronia, estado militarizado de “pobres” que en vez de comer las migajas de los ricos se alzaron en armas contra ellos, bajando el problema del cielo a la tierra (=así en la tierra como en cielo).

El problema no es la lucha entre cielo e infierno, sino entre Epulonia y Lazaronia, como dijo G. Orwell (Granja de Animales, 1984)…. pero de tal manera que el fin los dos proyectos, el de lo epulones (plutocracia) y el de los de lázaro se vuelven casi iguales. Seguimos estando en el año 1984. Esta guerra entre Epulonia y Lazaronia no es toda la historia humana, pero es muy importante. Quiero seguir pensando sobre ella.

Ésta es quizá la parábola más “escandalosa”  y verdadera del evangelio. Estoy convencido de que el 80 por ciento de la clase acomodada de la actualidad piensa que es una parábola inmoral y falsa; Epulon con sus cinco hermanitos no es malo, ha trabajado, tiene derecho  a disfrutar su comida, y cualquier día va a mandar a la Gurdia Nacional para alejar al Lázaro de su puerta, a  mil leguas de distancia….Además, lázaro es lázaro por tonto, deficiente o vago…. Y además otro color y tierra, y es siempre peligroso, no te fías de fíes de los lázaros…

Algo parecido piensa, a mi entender, un 50 por ciento de la iglesia (aunque no se atreva a decirlo en alto… También la iglesia de Jesús, el inventor de esta parábola ha tendido a pactar con los epulones)…. Habla de pobreza, parece protectora de lázaros, pero después distingue entre lázaros trabajadores (en griego penes) y lázaros vagos y pordioseros de solemnidad (en griego ptojos)

Ciertamente, el contenido de esta parábola de Lucas 16 es fuerte, pues va en contra del orden establecido... y muchos no lo  aceptan.

El orden establecido está hecho para que los ricos puedan comer en sus casas, disfrutando de aquello que han ganado, sin abrir su puerta  (en USA o España, GB o Italia…) a los pobres lázaros del mundo  (poniendo empalizadas o muros para que no entren en Epulonia…)

El argentino de la llamada anterior me ha dicho además que Epulonia era  Israel honrados trabajadores, que algo comen, pero producen  mucho…Y me ha dicho después que Lazaria es Gaza, llena de gente que come lo ajeno sin trabajar y que encima amenaza…

hEl argentino me ha seguido diciendo que Hay incluso partidos políticos y gobiernos que van directamente en contra de esta parábola... porque a su juicio destruye el buen orden de la tierra, es decir, del orden establecido. Le he contestado que los "epulones" se comen toda la fruta del árbol del paraíso (Gen 2-3) y destruyen a sí mismo, y destruyen el mundo, mientras los  Lázaros tienen asegurado un camino de vida y de futuro, en el “seno de Abraham”, que no es el cielo sin más (en el ultramundo), sino esta tierra..

El Rico y Lázaro el Mendigo EP219 - YouTube

 Pero volvamos al tema. El rico no tiene nombre personal, ni identidad propia. El evangelio le llama simplemente “el plousios, es decir, el rico (adjetivo sustantivado, no nombre). La tradición latina posterior le llamará epulón (de epulare,  que significa “banquetear”), esto es, aquel que no hace más que consumir. En la antigua Roma había un “colegio sacerdotal” de “epulones” (los comedores, es decir, los que comen mucho y dirigen los banquetes de los ricos).

El pobre tiene en cambio un nombre, le llama Lázaro (del hebreo Eleazar, aquel que ha sido compadecido por Dios). Es, por tanto, una persona ante Dios y debe serlo ante los hombres, a quienes pide ayuda con su necesidad (hambre, heridas…). Este evangelio nos sitúa ante la ruina de “epulonia” (tierra o colegio sacerdotal de  ricos epulones, que consumen todos los recursos de la tierra), dejando morir a los Lazaros de hambre, a la puerta de su casa o tierra. 

Epulonia y Lazaria

Los epulones y Lázaros  forman según eso dos tipos de seres humanos, libres y siervos, trabajadores y vagos, Una es la “clase” de los parásitos epulones (que todo lo consumen banqueteando) y otra la clase de lázaros humanidad de los “”, compadecidos de Dios.

Sería hermoso trazar un mapa de las dos tierras, como se hace en la historia del Señor de los anillos (¿epulón o lázaro?). Podríamos pensar que Epulonia es el Estado real   que todo lo consumen, hasta morir sin remedio y matar la misma tierra. Por su parte,  Lazaria, termina siendo gran “lazareto” de la humanidad enferma, expulsada, dominada.

 Antiguamente, Lazaria o tierra de los “lazaretos” solía ser una ermita‒hospital (o un tipo de cárcel) donde se expulsaba a los enfermos‒pobres, porque “contaminaban” la ciudad…, una “capilla” donde tenían que pasar “cuarenta días” (cuarentena de vigilancia), en capilla cuando venían de viajes de tierras de peste, hasta mostrar que no tenían enfermedades.

La parábola del Santo de los Lazaretos

 Conozco bien la “capela” do Lázaro de Verín (Ourense), a las afueras de la villa, donde en otro tiempo se expulsaba o tenía en cuarentena a los peligrosos , antes de cruzar el río y pasar a la ciudad. Si mal no recuerdo, celebré el año 1986 el solemne triduo del San Lázaro.

Como se sabe, hay dos Lázaros en el Nuevo Testamento, uno más histórico (el hermano de Marta y María, el resucitado, cf. Jn 11‒12) y este más alegórico, de la parábola de Lc 16. Prediqué tres días sobre estos Lázaros, uno de alegoría otro de pobreza, creo que con provecho del pueblo; algunos se acordarán,.

 Con esto podemos volver nuevamente a la parábola‒alegoría, una de las más fuertes del evangelio, una parábola absolutamente actual, cuyos rasgos están tomados del judaísmo anterior (los personajes son judíos, el “cielo” se identifica con la “casa” o morada de Abraham…), que divide la humanidad en dos “clases”: La clase de los epulones‒parásitos que lo consumen todo y que se condenan a sí mismos a la muerte… Y la “comunidad” de los Lázaros (preferidos de Dios), expulsados de la tierra, a la puerta de la Casa‒Epulonia (la casa del rico y sus hermanos‒mafia destructora), sin más riqueza que su necesidad.

La parábola es “escandalosa” y muchas quisieran arrancarla del evangelio (empezando por partidos políticos con nombres de revolución, pues la parábola condena a los epulones, simplemente por ser ricos‒tragones (que todo lo consumen); no se dice si son buenos o malos, ni se añade cómo han conseguido las riquezas, sin son del Banco Central o de bancos colaterales.

Su capital es un gran “vientre”, y con el vientre se consumen ello, los de Epulonia, destruyendo el mundo, y destruyéndose a sí mismo; sin dejar que pasen o lleguen a su puerta los “Lázaros” (de quienes tampoco se dice que tengan virtudes especiales, sino sólo que son pobres, que no comen, que necesitan cuidados médicos…).

El tema es que a los epulones le gusta la fruta, como a Eva… que empezó comiendo la fruta del árbol… del que Dios le dijo ¡no comas que te irá mal…

Pero a Eva la gustaba la fruta y comió y dio de come a su marico, que parecía u pobre Lázaro. Epulones son los que comen toda la fruta del paraíso del mundo (Gen 2-3); Dios les dijo que no la comieran,  que no lo devoraran todo, pero ellos lo empezaron a devorar empezando por Eva a la que le tentó la serpiente y comió, pues le gustaba la fruta y vio que era buena, apetitosa y  sabrosa como dice Gen 3, 6 (a mujer Eva se dio cuenta de que el árbol era bueno de comer, atrayente a los ojos y deseable para lograr inteligencia; así que tomó de su fruto y comió. Luego se lo dio a su marido

Mujer Negra Comiendo Manzana

Nuevamente Epulón y Lázaro

Les ha tocado mala suerte a los epulones, que son los que viven para organizar su fiesta y comer/consumir las riquezas (minerales, energía, buenas comidas…) del mundo. Ellos mueren y pasan sin más, sin que Abraham, el Padre, pueda hacer algo por ellos.

Por el contrario, los los lázaros   tienen la suerte de Dios que es la Vida, que les ha prometido la Vida (como dice en forma teológica Pablo en Rom 13, 8-9).Ciertamente, en un sentido, morirán al fin igual lázaros y epulones que , pero su vida ha merecido la vida de los lázaros ha tenido nombre y tiene futuro de nueva humanidad (, y los ángeles de Abraham les reciben su en casa, la casa donde todo se comparte) 

 ̶ En su forma actual, esta es una parábola para toda la humanidadPor un lado dice que hay remedio para un tipo de hombre rico, que se está deslizando de manera inexorable hacia la muerte, hacia la sed final, el gran incendio, cuando ya no puedan cumplirse sus deseos de seguir “banqueteando”, arruinando la vida de la tierra! El remedio está en que cambio; el remedio está en que este mundo de “epulones” que todo lo consumen dejen de consumir de esta manera, y se hagan solidarios de los Lázaros.

   De esa forma, esta parábola eleva su advertencia, antes de que sea demasiado tarde, pues no quiere ratificar y mantener la separación entre el rico y el pobre, sino superarla en este mundo, a través de la conversión/curación del rico, en la línea del mensaje de Jesús, pues mientras seguimos en el mundo estamos en una situación en que las puertas pueden abrirse y los ricos convertirse.

  ̶ Ésta es, al mismo tiempo, una parábola de Iglesia, pues, en contra de la división actual (una puerta que separa…), ella propone una visión de Iglesia donde Epulón y Lázaro se den la mano dentro de la historia, en esta misma tierra: Que Epulón abra la puerta y ofrezca su banquete a Lázaro, que Lázaro acepte a Epulón como compañero, que se cuenten sus historias y se enriquezcan mutuamente, compartiendo el pan de Jesús y su camino (eucaristía) aquí en esta misma tierra. Imaginemos la historia: Jesús que se sienta con Lázaro a la puerta de Epulón y le llama, hablándole del Dios que es generosidad más alta. ¿Vendrá Epulón, se sentará con Lázaro? Eso es nueva humanidad, eso es iglesia.

Epílogo. La suerte infausta de Epulonia

Se llama Epulonia, la casa-tierra del hombre rico y de sus cinco hermanos, que viven para su apariencia (¡visten de púrpura!) y para su comida.

Han blindado su casa, se llama Epulonia, y se encierran allí para comer y contar su dinero (el dinero de toda la tierra), con su gente de clan, sus maridos y mujeres, y sus niños marcados ya (si no cambian) para el fuego.

 -- Son el cinco por ciento de la tierra y consumen el 95% de sus bienes...; están ya maduros/podridos para el fuego, ellos mismos se consumen y mueren. -- Mientras tanto, Lázaro, el pobre (95% de la gente), no tiene más remedio que sentarse con los animales callejeros, perros vira-latas, sin otra salida (así parece) que la muerte.

En otro tiempo se hablaba de la "re-volución" y se creía posible. Muchos dicen ahora que ya no hay, Epulonia será para siempre. Pero Jesús supo que no así y contó esta parábola, tomada de la sabiduría hebrea (su tercer protagonista es Abrahán), para mostrar a los epulones su riesgo y para mantener en esperanza a los “lázaros del mundo”.

-- ¡Estamos (están) construyendo Epulonias, casas-cajas fuerte de los cinco hermanos, club de la apariencia-derroche-comida... Todo lo comen ellos, mientras Lázaro muere a la puerta.

-- Jesús dice que esa tierra tan rica (Epulonia), que deja a los pobres con hambre en la puerta (con los perros), y sin posibilidad de revolución, es una tierra para la muerte, Epulonia, la condenada. 

 Es una parábola clara e inquietante, que corta la respiración y nos sitúa (desde Dios) en la dinámica de las relaciones humanas. Una parábola clara, que dice dos cosas:‒ Lázaro, el pobre, se salva sin más porque es pobre, es decir, porque Dios le ama… ‒ Epulón el rico se condena por sí mismo, ni no ve y ayuda al pobre (es decir, si no le "ve" y hace justicia)

Este es el tema: Un rico cerrado en su riqueza se pudre con ella, es decir, pierde su humanidad y se condena…, no porque haga positivamente cosas males, sino porque no hace cosas buenas.

-- Nuestro mundo se destruye por Epulón (colectivos de personas-instituciones cerradas en su riqueza). Vivimos (y moriremos, si no hay cambio) bajo la gran maldición de Epulón.

-- Pero Lázaro, el mundo pobre, se salva porque hay Dios, porque Dios ama a los pobres (mientras los epulones de empeñan n destruirse a sí mismo)

Una parábola inquietante ¿falsa?

 ‒ Más de una vez he pesando (más de una vez me han dicho) que es contraria al evangelio, pues condena al rico sin más por ser rico, sin escucharle, ni ver sus intenciones. Más de una vez he protestado, diciendo le falta sin misericordia, pues el Dios de la parábola (que habla por Abrahán, padre de los monoteístas)… no escucha el lamento del condenado que pide solamente unas gotas de agua.

‒ Me han dicho además que esta parábola no es cristiana, pues no habla de la resurrección de Jesús, sino seno de Abraham, sin perdón, sólo con juicio. A veces he querido arrancarla de mi Biblia, para quedar más tranquilo Pero después lo pienso mejor, vuelvo a leer y dejo que ella se explique, que nos hable y que ilumine mi vida y nuestro tiempo.

‒ Es una parábola para mí, y por eso me siento confuso, pues en cierto aspecto me parezco a “Epulón” el rico (tengo bastantes cosas, y a mi puerta hay “lázaros” pobres a quienes no miro y atiendo lo suficiente). Pero también me ve “Lázaro”, deseando las migajas de un mundo de ricos epulones. Posiblemente no he llegado a entender (no he querido entender) lo que me dice.

‒ Es, sin duda, la parábola de nuestra sociedad. Aquí es claro: hay un “Mundo Epulón” que derrocha no sólo los “bienes virtuales”, sino los bienes reales de la vida, mientras a la puerta de la casa (en un mundo pequeño) se amontonan pobres y más pobres [1]

NOTA

Ésta es una de las tres parábolas que ha comentado el papa Benedicto XVI, Jesús de Nazaret I, Madrid 2007, 253-260.

He desarrollado el tema en Dios o el dinero. Economía y Teología, Sal Terrae, Santander 2029. 

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