Julio Puente: Cambio de rumbo (dos rumbos)
Mis lectores, lo mismo que miles y miles de participantes de medios especializados en ciencias sociales, políticas y religiosas, conocen a Julio Puente por su enseñanza académica y sus libros de análisis social y de antropología personalista.
He presentado varias veces sus obras en FB y Religión digital. Nuevamente lo hago, con admiración emocionada, por su nuevo libro "Cambio de Rumbo. Repensando los desafíos globales".
La propuesta de cambio de rumbo de Julio Puente es muy buena, la mejor que hoy se puede presentar, pero no estoy seguro de que sea la única. San Pablo, en el momento decisivo de la Carta a los Romanos (Rom 13, 1-7 y Rom 13, 8-14) propone dos rumbos distintos, con la posibilidad de un tercer, que podría ser una mezcla de ambos. Este dato me lleva a repensar (y quizá matizar) la propuesta de mi amigo Julio Puente
La propuesta de cambio de rumbo de Julio Puente es muy buena, la mejor que hoy se puede presentar, pero no estoy seguro de que sea la única. San Pablo, en el momento decisivo de la Carta a los Romanos (Rom 13, 1-7 y Rom 13, 8-14) propone dos rumbos distintos, con la posibilidad de un tercer, que podría ser una mezcla de ambos. Este dato me lleva a repensar (y quizá matizar) la propuesta de mi amigo Julio Puente
| Xabier Pikaza

Cambio de Rumbo: Sociedad y ciencias sociales; Sociedad y cultura: general. Temática: Cuestiones sociales y éticas Páginas:338 Editorial: Liber Factory Código de Producto:8750
Julio Puente .Nació en alto Burgos (Sedano) y se especializó en lingüística inglesa y alemana, impartiendo su enseñanza enseñado en diversos centros académicos. Le ha interesado el pensamiento personalista de F. Ebner, sobre el que ha publicado varios obras académicas y ha reflexionado desde hace tiempo sobre la necesidad de un cambio de rumbo no sólo en la economía y política, sino en la identidad y sentido de la vida humana. Me honro de ser su amigo.
Tres juicios de conjunto sobre la obra de J. Puente
Finalizada hace tiempo su actividad docente, Julio Puente ha escrito varias obras en estos años de crisis. En Un paso adelante. Cien años con Ebner. Cristianismo, cultura y deseo (ACCI, 2017; 2ª Edición 2019), se pregunta si la herencia judeocristiana está en decadencia en Occidente. Pocos meses más tarde apareció su libro Cataluña. Entre la sensatez y el delirio (Liber Factory, 2018), en el que denuncia las injustas políticas del nacionalismo. En Ideas para vivir.
Intentando comprender los desafíos de nuestro tiempo (Liber Factory, 2022) ofrece las conclusiones de relevantes obras sobre los problemas que enfrenta la humanidad en el s. XXI. La obra Cambio de rumbo (Liber Factory 2025) actualiza esa reflexión sobre los desafíos globales y profundiza en la actitud para afrontarlos. El mundo está cambiando, no siempre para mejor, y "la tecnología no es la clave de lo que está por venir o lo que realmente está en juego. Somos nosotros". (M. Suleyman, La ola que viene
El tiempo apremia. Los desafíos a los que nos enfrentamos son serios y la plutocracia nos complica la vida. Es la era de los Leviatanes desencadenados. Julio Puente sigue reflexionando sobre las mejores soluciones para nuestros acuciantes problemas. Ya hablemos del cambio climático o de "las olas tecnológicas que vienen", de las enormes e injustas desigualdades económicas o de la democracia menguante, todo va a depender de la actitud y convicción con la que solidariamente abordemos estos problemas.
En este sentido, un cristianismo mal entendido no parece haber ayudado mucho en Occidente. El lema del dólar estadounidense "En Dios confiamos" se ha convertido, en el capitalismo sin ética, en "Dios confía en nuestro dólar".
Cambio de rumbo nos ofrece la visión que tienen algunos de los mejores expertos mundiales sobre estos temas y nos hace ver la necesidad de un cambio de mentalidad si queremos tomar las decisiones correctas. El neoliberalismo desatado, que socava la democracia y crea desigualdad económica y desigualdad política, se ha hecho insostenible, como muestran Stiglitz, Zucman, Acemoglu, Robinson, Johnson, Zuboff, Cortina, Harari, Marina, Suleyman, Gabriel y otros muchos expertos. "No hay más alternativa que un cambio radical", dice Stiglitz. Interesa que ese cambio se haga en la buena dirección (Nota del Editor).
"Cambio de rumbo es un mapa realista de a dónde virar en este tiempo de fracaso del neoliberalismo y desigualdades hirientes, de codicia y conflictos armados. Tejer relaciones personales y labrar bienes comunes son el cambio que Julio Puente nos propone desde su personalismo solidario" (Javier de la Torre, Universidad de Comillas, contraportada.
Una vez más he pedido a Julio Puente que me mande, para leer de antemano, las galeradas de su nuevo libro, “cambio de rumbo”, que podría titularse también “diálogos desde la diáspora”.
En una diáspora llena de presencia te has situado, amigo Julio, para dialogar como oyente y amigo, tendiendo “puentes” como tu nombre indica .Desde mi rincón de de aprendiz de teología, me atrevo a compararte con Jesús de Nazaret, que tendía puentes y sembraba palabras, definiendo el “cambio de rumbo” como “meta-noia” (=meta-pensamiento), razonando de otra forma, desde y con los otros), pues solo dialogando vivimos, nos movemos y somos.
Apúntame en tu barco, Julio, pues muchos rumbos quiero recorrer contigo, aprendiendo la manera de cambiar mejor mi pensamiento (X. Pikaza, contraportada).
Del prólogo, sobre el cambio de rumbo.

Nuestro mundo cambia con rapidez. Aparecen otras tendencias políticas, hay nuevas mayorías sociales, cambian los gobiernos, surgen nuevas ideas, se publican otras obras de gran interés. También han cambia do los bancos y los ultramillonarios de la lista de Forbes: algunos han triplicado sus ganancias. En 2025 hemos sabido que la banca española ha obtenido casi 40 000 millones de beneficios.
Hay que plantar cara a estos desafíos sin pesimismo, que “tiene un prestigio intelectual que no merece”, como ha dicho el profesor José Antonio Marina. La actitud debe ser animosa y esperanzada, de ímpetu y esfuerzo, porque, aunque pagando un precio muy alto en vidas, como sucedió en las terribles riadas de Valencia de octubre de 2024, los seres humanos han sido capaces de superar a lo largo de la historia grandes calamidades. El pensamiento personalista y el cambio de rumbo
Este libro pondrá de relieve la responsabilidad moral del ser huma no para construir nuestras vidas y nuestras sociedades en equidad y libertad. Tenemos muchos condicionantes, pero no somos simplemente marionetas del azar y de fuerzas superiores a nosotros.
Somos nosotros los que nos enfrentamos ante el desafío del cambio climático o de la inteligencia artificial. En esta obra se insiste en que los seres humanos existimos en relación y, por tanto, la ayuda mutua, la solidaridad que se transforma en equidad y justicia social, es lo que da sentido a nuestras vidas. Al reflexionar sobre la persona y la sociedad me apoyaré con frecuencia una vez más en el pensamiento del pensador austriaco Ferdinand Ebner, a la vez que doy a conocer y comento las últimas ediciones de sus escritos.
A nadie debe extrañar que me apoye en un autor que creyó que la respuesta que tiene que dar la humanidad a los problemas de nuestra existencia ya la había adelantado en su vida y en sus palabras Jesús de Nazaret, pues esa es también mi propia convicción. Me convence también su antropología personalista.
Existimos en relación. Al principio no está el yo, sino la relación entre el yo y el tú. Esa relación es anterior al pensamiento y a la conciencia personal. Somos seres sociales, interdependientes. Kant tenía razón al decir que cada persona debe servirse de su propio entendimiento al decidir lo que es su deber. Pero al existir en relación no podemos ser responsables moralmente si prescindimos de esa condición, si queremos descubrir nuestras obligaciones solo pensando y no dialogando. Obrar moralmente es responder a la llamada del otro.

Tenemos deberes interpersonales y sociales en razón de nuestra propia naturaleza social. Y esta visión del hombre no se debe tanto al marxismo, que parece no valorar debidamente la dignidad de la persona, sino al cristianismo y a autores anteriores a Marx, como Jacobi, Jean Paul, o Kierkegaard. También a Feuerbach.
En ese mensaje, que sigue anunciándose hoy, hay una preocupación por el bien común. La salvación alcanza a todos. Es un mensaje universal. No se trata de hacer grande a una nación, al pueblo judío, o a los Estados Unidos de América, sino del bienestar y la grande za de todas las naciones. Si esa respuesta inspirara y guiara la acción po lítica disfrutaríamos de una convivencia en paz, libertad y justicia. Ya se nos advirtió entonces: “Si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo” (Lc 13, 5).
El evangelista Lucas puso esas palabras en boca del hombre que cambió la historia del mundo y hoy siguen siendo palabras sensatas. Convertirse es cambiar, dar un giro a la vida. No tiene nada que ver con refugiarse en un grupo religioso, en una secta o iglesia. Estoy convencido, y conmigo millones de personas, de que es la mejor actitud personal para encontrar luego colectivamente, desde el ámbito científico, político y económico, las mejores soluciones a nuestros problemas. No esperemos que sea el individuo absolutamente egoísta y ególatra, el magnate milmillonario, o el líder totalitario o nacionalista, quien desde el poder nos lleve a la nueva sociedad que todos deseamos.
Cambiar de rumbo. Los gobiernos extremistas no nos van a salvar. Estas ideas de cambio las propuso ya el papa Francisco en 2015: “Muchas cosas tienen que reorientar su rumbo, pero ante todo la humanidad necesita cambiar. Hace falta la conciencia de un origen común, de una pertenencia mutua y de un futuro compartido por todos”. No me gusta la “papolatría”, no cito desde esa actitud a los papas, pero creo que Francisco acierta plenamente

Del epílogo: Sigue el cambio de Rumbo
Aunque nos hallamos en una época de múltiples crisis entrelazadas y complejas podemos dejar atrás este tiempo si las enfrentamos con optimismo. Eso significa que debemos tomar estas crisis en serio. (He hablado de) cambios de ecología y de economía y de desequilibrios que costará un tiempo solucionar, pero cree que nunca es demasiado tarde para un “cambio de rumbo” (Kurswechsel).
Esa misma posición es la que defiende Shoshana Zuboff. Se puede cambiar de rumbo en la vida, y se puede recobrar si se ha perdido. “Si queremos que el futuro digital sea verdaderamente nuestro hogar, debemos ser nosotros quienes hagamos que lo sea”. Al final de su magnífico libro La era del capitalismo de la vigilancia. Shoshana Zuboff nos habla del reproche que George Orwell hizo a James Burnham, que había publicado en 1940 La revolución de los directores, The Managerial Revolution, un gran éxito editorial.
El libro de Burnham alababa las capacidades que, según el autor, evidenciaban las actuaciones de Alemania y de Rusia en aquellos años. El futuro sería de los totalitarios. En esto se equivocó, aunque acertó al hablar de una nueva clase política, la de los “managers o directores”, que ascenderían a clase gobernante. Elon Musk y los multimillonarios dirán que hablaba de ellos.
Estos magnates son hoy en los Estados Unidos los managers de la política. ¿Nos llevarán a nuevos modelos totalitarios? ¿Putin y los oligarcas rusos van por ese camino? La reseña crítica de Orwell del libro de Burnham hacía notar que el autor se limitaba a predecir una continuación de lo que estaba sucediendo. La tendencia a hacer eso era algo más que una mala costumbre. Era la enfermedad mental de la cobardía y del culto al poder, “el instinto de doblar la cerviz ante el conquistador de turno”. Orwell señalaba la falta absoluta de “esfuerzo moral” de la obra, que se expresaba en una “pérdida profunda de rumbo”.
Esa pérdida de rumbo le permitía a Burnham pensar que el nazismo era algo admirable. “La cobardía de Burnham–escribe Zuboff –es una advertencia para nosotros”. Y la valentía y “la fijación de un rumbo” son los recursos que precisamos para reclamar el futuro como lugar humano. “De nosotros depende usar nuestro conocimiento, recobrar el rumbo, espolear a otros a hacer eso mismo, y fundar un nuevo comienzo”. Zuboff está convencida de que el capitalismo de la vigilancia correrá la misma suerte que aquellos magnates del s. XIX a los que todavía acompaña el calificativo de ladrones. Fueron “décadas de injusticia nómica y de inmensa concentración de riqueza que en Estados Unidos se conoció como Edad Dorada (o Edad del Oropel)”.
El New Deal y una legislación de verdadero progreso remediaron las cosas. Creo que lo que Shoshana Zuboff aplica al capitalismo de la vigilancia con el fin de recuperar para la gente el futuro digital necesitamos aplicarlo a todos los desafíos que tenemos. Esa es la actitud que nos hace falta: valentía y un cambio de rumbo para encontrar y saber elegir las mejores soluciones a nuestros problemas.
Ello no será posible sin un esfuerzo moral, sin un cambio de mentalidad, personal y colectivo, que nos haga rechazar las tendencias a doblar la cerviz ante los poderosos y ante el resto de las inclemencias. Trump ha ganado las elecciones en los Estados Unidos, pero no tenemos por qué seguirle el juego. Mucho menos creer que es un ejemplo a seguir. No conoce más ética que la del ensalzamiento de su propio ego, y eso no presagia nada bueno.
No será una Edad Dorada, si acaso otra Edad del Oropel, de la ostentosidad. Y habrá un día otro nuevo New Deal, que es lo que hace falta, como bien decía Martin Wolf. Porque también nosotros, como Orwell, nos negamos a aceptar que las tendencias del momento sean irreversibles….Y existen motivos para mantener la esperanza ante la perspectiva de hacerlo mejor”.
Debatir sobre los desafíos globales, sea sobre el cambio climático, sobre la inmigración, o sobre cualquier otro problema, es siempre debatir sobre educación, sobre el estado de bienestar, sobre la desigualdad, sobre las políticas económicas, sobre las libertades democráticas, sobre los derechos laborales, en definitiva, sobre “la clase de sociedad en la que aspiramos a vivir No es entonces ingenuidad, sino realismo, como dice Harari, concluir de todo lo dicho que “si nos esforzamos, podremos crear un mundo mejor”… Y para ello no hay que desesperar. Hay que tener esperanza en que el mundo será distinto, será mejor. El cristianismo es esperanza. Esperanza en que alguien pueda tener una última palabra sobre el mal, el sufrimiento, la muerte y la incertidumbre.
Reflexión de X. Pikaza. .
El rumbo del cambio que propone J. Puente exige una nueva navegaciónEstoy absolutamente convencido de la necesidad de un cambio de rumbo, tanto en un plano de economía y de política como de pensamiento profundo, tal como lo muestran de un modo pertinente y profundo los diversos trabajos de este libro de Julio Puente, que ofrece unos de los mejores análisis de la situación y problemática de fondo de nuestra sociedad, no sólo de España, sino del mundo entero, en estos azarosos momentos en que está sumida no sólo la sociedad hispana, sino el mundo entero.
Concuerdo con el análisis de Julio Puente, no sólo en sus argumentos, sino en sus propuestas y conclusiones, siempre siempre razonadas y respetuosas, pero exigentes, en el plano antropológico, más allá de la propaganda política y económica. La problemática es grave y exige soluciones también “graves, de cambio de rumbo y de modelo de vida de las culturas y sociedades llamadas avanzadas.
Concuerdo también en la fundamentación cristiana de ese cambio de rumbo, no sólo en perspectiva bíblica, sino filosófica, sobre una base de nuevo personalismo, representado de un modo especial por el pensador austríaco F. Ebner (1882-1931), de quien Julio Puente es el máximo especialista hispano. Sin una buena fundamentación antropológica es imposible ofrecer un cambio de rumbo y una nueva navegación como la que propone J. Puente.
Pues bien en la línea de las reflexiones de Julio Puente, me atrevo a ofrecer una pequeña me atrevo a proponer dos rumbos distintos, dos navegaciones, que responden a la doble propuesta de San Pablo..
Rumbo 1. Rom 13, 1-7 san Pablo. (Plano de ley): Que todos se sometan a las autoridades constituidas, pues no hay autoridad que no provenga de Dios y las que hay han sido constituidas por Dios. 2De modo que quien se opone a la autoridad resiste a la disposición de Dios; y los que le resisten atraen la condena sobre sí. 3Pues los gobernantes no dan miedo al que hace el bien, sino al que obra el mal. ¿Quieres no tener miedo a la autoridad?
Haz el bien y recibirás sus alabanzas; 4de hecho, la autoridad es un ministro de Dios para bien tuyo; pero si haces el mal, teme, pues no en vano lleva la espada; ya que es ministro de Dios para aplicar el castigo al que obra el mal. 5Por tanto, hay que someterse, no solo por el castigo, sino por razón de conciencia. 6Por ello precisamente pagáis impuestos, ya que son servidores de Dios, ocupados continuamente en ese oficio. 7Dad a cada cual lo que es debido: si son impuestos, impuestos; si tributos, tributos; si temor, temor; si respeto, respeto (Rom 13, 1-7).
Como ciudadano de Roma y judío de nación, San pablo expone las normas básicas de "ley" humana, propio de un imperio como Roma y/o de una sociedad legal como la judía. En este plano domina la ley de la espada (del más fuerte, del imperio) con una ordenación legal de la economía.. Este orden político/económico se regula por la espada del poder y por el pago de las deudas.
Rumbo 2.(Plano de gratuidad, iglesia-fe cristiana). No debáis nada a nadie, antes bien amaos mutuamente, pues quien ama al otro ha cumplido la ley. Porque no adulterarás, no matarás, no robarás, no codiciarás y cualquier otro mandamiento queda asumido (y cumplido) en el amarás a tu prójimo como a ti mismo. El amor al prójimo no hace ningún mal; porque el amor es la plenitud de la ley (Rom 13, 8-10).
En este plano de fe/iglesia todo es gratuidad, todo es perdón y comunión. No hay ley, sino libertad plena, no hay deudas, Todos es común.
Rumbo tres. Vivir al mismo tiempo en los dos planos... (en el plano de la ley, con espada militar y judicial y pago de deudas, y en el plano de la gratuidad cristiana, y en el plano de la gratuidad, sin espada de guerra o de juicio, sin propiedad particular de bienes). Esta es la propuesta de Pablo, que resumo en varios puntos
1. Pablo acepta, por un lado, el orden de la ley romna y judía; no es un guerrillero contra Roma.Acepta el “orden” político y judicial (ambos violentos, representados por la espada) y el orden económico, expresada por el pago de las deudas (orden salarial) y por los impuestos (economía social). No es un celota anti-romano, como los judíos que lucharon contra Roma en la guerra del 67-70.
2. Pero en un plano de gratuidad supera el orden judío y romano, especialmente el orden romano, del que aquí se ocupa. No no lo niega, no lo rechaza con armas… Se somete a su política, justicia y economía violenta (representada por la las espada político/judicial y la economía)….No niega ese plano de vida de ley/talión, pero propone para los creyentes (cristianos) un plano de vida superior, en gratuidad, en el que todo es común (no hay deudas), todo es gratuito (no hay castigos, no hay deudas.,
3. Eso significa que, en un plano, la misma creación se encuentra sometida a la violencia de la espada militar y judicial y al pago de las deudas (cf. Rom 8, 18-30). En ese nivel, los cristianos deben obedecer a los poderes políticos, que, a su manera, responden al plan de Dios, aunque en perspectiva de ley y no de gracia (Rom 13, 1-7). Pero, en cuanto creyentes, por amor de Dios, ellos han superado ese nivel y, sin negarlo, viven ya en una dimensión de gracia, de manera que trascienden el plano de la guerra y la justicia coactiva (espada), los impuestos legales, las cor.
De esa forma se vinculan y contraponen ambos planos. (1) Según ley es necesario dar a cada uno lo que se le debe (las deudas), de un modo especial a los que regulan el orden público. (2) En plano de gracia ya no hay deudas (no debáis nada a nade 13, 8-10).
4.El modelo de la espadasigue dominando en las estructuras políticas y económicas, conforme a la visión de Rom 13, 1-7; en esa línea de ley estamos sometidos a un poder que nos domina desde arriba (o desde fuera) y que puede estructurarse en forma de sistema.
5.Modelo de gracia. Para el cristiano no hay ley, como dirá San Juan de la Cruz en la Subida al Monte Carmelo. En cuanto cristianos vivimos conforme a un modelo de gracia y del amor mutuo, de manera que la vida no esté regulada por ley y deudas económicas, sino en amor, sin sin deudas ni espada. Para formular ese modelo, Pablo asume los mandamientos del decálogo (Ex 20, Dt 5) y los resume en la exigencia de superar el deseo (codicia), cosa que sólo puede hacerse con amor. Este es el esquema de Rom 13, 9:
6 Los Mandamientos de la ley social romana (y judía) son de hecho son los 10 antiguos del Decálogo Ex 20 y Dt 5, que se resumen en tres, formulados de un modo negativo: no adulterar (no tomar el amor como robo/violencia), no matar (no utilizar ni destruir la vida de los otro), no robar. Los 10 mandamientos se condensa según pablo en estost res.
7. Los tres mandamientos de la ley (ley romana, ley judía) se condensan un un único mandamiento negativo: No codiciar (no desearás) . Todos los mandamientos antiguos (no adulterar, no matar, no robar….y todos los otros de la tabla 2 del decálogo r) se centran en una ley negativa universal, que es no codiciar (epithymen),esto es, no desear en forma posesiva, egoísta
8. Un solo mandamiento positivo, único: Amar al prójimo como a ti mismo. Frente a los mandamientos de la ley, formulados de un modo negativo, Pablo propone un único mandamiento positivo que se amar al prójimo como a uno mismo, en un plano afectivo (en gratuidad, sin imposición, sin adulterio), en defensa de la vida (sin homicidio), en comunicación de bienes (sin robo).
9. Los tres deseos que hay que superar
(1) Hay un deseo de adulterio afectivo y dominador: quiero poseer precisamente lo que el otro tiene de más grande, su mujer (o su marido), para así imponerme y dominarle.
(2) Hay un deseo de homicidio, que me sitúa ante el otro en cuanto contrincante, alguien que no sólo puede disputar mis bienes, sino disputarme y negarme a mí mismo; por eso le envidio (le temo y deseo) y le mato, con el intento de hacerme dueño de su vida.
(3) Tengo, finalmente, el deseo de robar y apoderarme de todo y no sólo de la mujer de mi prójimo, para hacerlo mío, como muestra la ley cuando me dice: No robarás.
10. Mandamientos de ley....regulados por la ley del estado, que se centran en el no desearás" (lo mismo que en el budismo)En esas tres prohibiciones centrales ha recreado Pablo la tabla de los mandamientos, que nos sitúan en los campos de mayor conflicto (sexo, poder, bienes), en el lugar donde la vida debe controlarse por el mandamiento (no, no, no), en clave de teología negativa.
Estos son mandatos se pueden regular por una ley de Estado: las autoridades velan por la economía, el respeto por la vida y por el orden externo exterior) de la familia. Para sancionar por ley el orden de estos mandamientos, es preciso que el Estado esté investido de la espada (como suponía Rom 13, 1-7).
Pablo condensa esas tres prohibiciones (adulterio, asesinato, robo) en un nuevo y último mandato, de tipo interior, cuyo cumplimiento no se puede regular ya por espada, pero que resulta necesario para que los hombres puedan vivir en gratuidad sobre el mundo: Ouk epithymeseis,no codiciaras [1].
11.Como buen rabino judío y buen jurista romano, Pablo ha resumido la ley israelita en este último mandato negativo: «no desearás». Pero élsabe que esa barrera resulta insuficiente. Por eso invierte el tema y lo plantea en forma positiva, presentando un deseo más alto, no en forma de prohibición o negación, sino como despliegue vital: Amarás a tu prójimo.
12. Un camino positivo: Amarás al prójimo. Más allá de la ley, que sólo puede culminar en forma negativa, «no desearás», viene a desvelarse un «mandamiento de gracia», que no es ya mandamiento, sino revelación de amor y que traduce en forma antropológica universal la exigencia teológica del shema israelita: «Escucha Israel, Yahvé nuestro Dios es un Dios único; amarás a Yahvé, tu Dios, con todo tu corazón...» (Dt 6, 4-5; cf. Mc 12, 29 par).
Allí donde la ley pretendía cerrar con su mandato el camino del deseo, esta exigencia positiva extiende ante los hombres el más alto impulso y camino de un deseo de amor purificado, que les permite realizarse plenamente, siendo lo que son, lo que han de ser en Dios, como invitación y tarea de gracia. Para formular este mandamiento único. Que no es ya de amor a Dios, como en Dt 6, retomando la palabra clave de Jesús ( Mc 12, 31), Pablo eleva como único y supremo mandamiento el de Levítico 19, 18: Amarás a tu prójimo como a ti mismo , Rom 13, 9; Mc. 12, 31 par).
No hacen falta dos. Basta un mandamiento (amar al prójimo). Este es dl cambio de rumbo, la nueva navegación que propone J. Puente.
14. De dos rumbos a un camino único. San Pablo distingue los dos planos, los dos rumbos. (a) El rumbo de la ley del imperio...y del judaísmo legal... y el rumbo de la gracias cristiana. Un tiño de cristianismo y sociedad occidental ha querido vincular los dos rumbos, los dos caminos, el camino político social de la ley judeo/romana (con el Derecho Canónico) y el rumbo de la gratuidad cristiana, don se exige ir ás allá de la ley, con el "no desear" en plano de dominio sexual, (adulterio) de imposición homicida (no matar)... y económica (no robar, no poseer a costa de los demás....
Desde estas palabras de Pablo en Rom 13 pregunto a ulio Puenre: ¿Se pueden distinguir los dos planos como los distinguía Pablo? ¿¿Tenemos que unirlos de algún modo? ¿Cómo?
(Gracias, Julio, por haberme hecho de nuevo pensar, con este nuevo libro.Seguimos hablando sobre el tema, te lo prometo. No te pido que me contestes, sino sólo que me dejes seguir pensando a tu lado, contigo. Nos vemos. Xabier)