"La crisis que Müller lamenta no puede superarse con los medios de poder que Müller propone" Pikaza, sobre Müller: "Que aprenda, escuche, dialogue y enseñe, pero dentro, no  por encima del sínodo"

Müller
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"El Card. G. Müller forma parte del sínodo por nombramiento directo del papa, que quiso que pudieran escucharse y valorarse las diversas opiniones de la iglesia. Pero da la impresión de que se siente incómodo en el 'corro' y quiere mantenerse por arriba, contrariado por el hecho de que puedan hablar, enseñar y votar,  54 mujeres y laicos, cosa que a su juicio va en contra de los sínodos"

 "Quizá  dolido por ser uno más se ha prodigando hablando fuera  y por encima, del sínodo, con escritos y comentarios que están siendo orquestados y multiplicados, como “palabra divina” por medios habitualmente contrarios al Papa Francisco, como saben los lectores de Infocatólica, Infovaticana o Religiónconfidencial"

"No me parece bien que un hombre como él, que ha tenido y tiene grandes responsabilidades en la Iglesia, y que ha sido nombrado para el Sínodo, ande hablando, opinando y criticando al Papa y al Sínodo, y que lo haga con poca finura e inteligencia (se le nota demasiado)"

"Por lo que leí en su gran obra y lo que sigo leyendo los medios, creo que G. Müller no interpreta bien el origen de la iglesia"

El Card. Müller forma parte del sínodo por nombramiento directo del papa, que quiso que pudieran escucharse y valorarse las diversas opiniones de la iglesia. Pero da la impresión de que se siente incómodo en el “corro eclesial”, y quiere mantenerse por arriba, contrariado por el hecho de que puedan hablar, enseñar y votar,  54 mujeres y laicos, cosa que a su juicio va en contra de los sínodos.

Era un hombre interesante

 Con su habitual inteligencia han tratado del tema en RD Jesús Martínez Gordo  y J.I. González Faus No tengo nada que añadir a lo que dicen, pero quiero y puedo ofrecer algunas reflexiones personales.

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Conocí al Cardenal G. L. Müller (nacido el 1947), antes de ser nombrado obispo (entre el 1999 y el 2002), cuando él era miembro de de la Comisión Teológica Internacional (1998‒2002) y yo enseñaba en la Univ. Pontificia de Salamanca. Por entonces, Don Olegario G. de Cardedal, le traía con frecuencia a la facultad de de Salamanca y a los cursos de la Univ. Menéndez y Pelayo de Santander.

 Era, como he dicho, un hombre interesantes, grandote, fumador, gran cultura, como un católico alemán del siglo XIX. Era culto en teología antiguas, recio dogmático tradicional, sensible a la causa de los “pobres” (se relacionaba con Gustavo Gutiérrez). Leí por entonces con cierta pasión su Katholische Dogmatik. Für Studium und Praxis der Theologie (Herder, Freiburg 1995, de más de 900 páginas, trad. pronto al castellano con el título Dogmática (¿por qué no pusieron “católica”?. Teoría y práctica de la Teología Herder, Barcelona 1998).

Dogmática. Teoría y práctica de la teología (Biblioteca Herder) : Müller,  Gerhard Ludwig, Villanueva Salas, Marciano: Amazon.es: Libros

Debo confesar  que me empezó gustando, en la línea de mi formación escolástica, pero actualizado. Me pareció (con el libro de Greshake sobre la Trinidad) el último intento “dogmático” por condensar y sistematizar un tipo de visión cristiana de la realidad, en la línea de los clásicos alemanes, pero sin la creatividad de K. Rahner o el “vuelo” gnóstico de U. von Balthasar… De todas formas,  tras leer y subrayar más de 500 páginas abandoné su lectura, hasta el día de hoy, pues me pareció al final  déjà vu, algo ya visto, y a mí me interesaba más la Biblia

Tuve ocasión de repasar su contenido cuando estaba preparando mi Diccionario de Pensadores Cristianos (Verbo Divino, Estella 2010), para introducirle entre los nuevos clásicos, con  G. de Cardedal, L. Ladaria, G, Greshake  y  J. Ratzinger (cuyas obras ha preparado Müller para la publicación). Pero, al fin,  no le introduje (y ahora lo lamento mucho, porque su pensamiento sigue teniendo peso en la Iglesia, aunque un peso quizá negativo).

            No puedo decir nada novedoso sobre su función al frente de la Congregación para la Doctrina de la Fe, regalo de Ratzinger papa (2012‒2017), cargo que desempeñó los 5 años preceptivos, no siendo nombrado para un segundo quinquenio (sustituido por su segundo, Mons. L. Ladaria), cosa que al parecer le sentó mal.

Qué hace el cardenal Müller en España: está recorriendo este país para que  no decaiga su fe

            No tengo opinión sobre su labor posterior como teólogo de referencia, no he leído ninguna de sus “grandes” obras recientes. La vida no da tiempo para estar al tanto de todo. A pesar de eso, he seguido con mucha atención sus intervenciones en un tipo de prensa católica  a la que suelen definir de “derecha”, sin saber mucho lo que eso significa. He leído muchas de sus intervenciones en prensa y congresos; me he enterado algo sobre su “hipotético” enfrentamiento con el Papa Francisco, sobre sus posibles manejos en la Curia Vaticana, sobre su posible deseo de desautorizar al Papa en el campo de la administración normal y extraordinaria de la Iglesia (que no es teólogo, que no sabe lo que hace, que no es fiel a la tradición de la iglesia etc.).  

No tengo ni quiero tener opinión sobre el tema, me interesa más San Pablo.  Pero debo decir y digo que no me parece bien que un hombre como él, que ha tenido y tiene grandes responsabilidades en la Iglesia, y que ha sido nombrado para el Sínodo, ande hablando, opinando y criticando al Papa y al Sínodo, y que lo haga con poca finura e inteligencia (se le nota demasiado).  Por lo menos es poco elegante, por no decir “poco deportivo”.

 He estado un par de veces en su lugar de nacimiento (Mainz‒Maguncia). Algo me han dicho sobre él, algo más sé sobre su pensamiento, pero mi aportación puede acabar siendo una murmuración más.  Por eso me limito a presentar aquí tres reflexiones generales sobre su pensamiento cristológico y eclesial. 

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1. Por lo que leí en su gran obra y lo que sigo leyendo los medios, creo que G. Müller no interpreta bien el origen de la iglesia.

             Por aquel entonces (año 200) yo estaba interesado por el tema del orien de la iglesia y pienso que li casi todo lo que había sobre el tema.   En esa línea escribí un libro titulado Sistema, Libertad, Iglesia (Trotta, Madrid 2001). Leí repensé y discutí por entonces las aportaciones eclesiales de los primeros Padres (de la Didajé a Clemente de Roma, de Ignacio de Antioquía y Justino a Ireneo…). Descubrí muchas cosas, vi que la iglesia tenía un principio múltiple, un carácter dialogal y sinodal mucho más amplio y rico que lo que decía entonces (y sigue diciendo ahora G.Müller)  Veo con gran satisfacción que el sínodo en general quiere volver a una visión dialogante, abierta y plural donde caben muchas voces y caminos. No sé cómo un hombre inteligente como él pueda creer con seguridad en las que cosas que dice sobre las estructuras originarias de la iglesis.

 2. Müller tiene razón cuando afirma que en ciertos estamentos de la Iglesia hay una deriva secular y quizá anti‒evangélica.

             Pero no hace falta ser Müller para decir eso, ni para decirlo como él dice… como si el tuviera la razón primera y final sobre los temas.  Yo también creo en el origen divino y humano de la iglesia, pero no como él dice. Ciertamente, muchos tienden a decir hoy día que la Iglesia es institución socio‒religiosa que debe ajustarse al patrón dominante de lo “políticamente correcto”. No se puede negar que hay un tipo de “posible vaciamiento” cristiano, una falta de profundidad evangélico, como si en el fondo todo nos diera lo mismo. En ese sentido, algunas críticas de Müller son pertinentes.  Pero esa son críticas generales, lugares comunes…

La solución no está en cerrarse en una casilla del tablero eclesial. El origen y sentido y organización de la iglesia es mucho más fascinante y rico de lo que G. Müller quería decirnos.   La más honda tradición de la Iglesia no está vinculada a unos  ministerios sacralizados de forma poco evangélica, ni una liturgia separada de la vida‒real de Jesús, ni un poder clerical y dogmático separado de la savia evangélica de fondo. Müller estuvo un tiempo con Gustavo Gutiérrez, pero me parece que no entendió lo que significa la iglesia los pobres (la piedra desechada…), ni el carisma del pueblo como portador del evangelio.  En esa línea son muchos los que piensan que él habla y actúa desde un tipo de resentimiento. No creo que eso sea cierto. Pienso que en su protesta actual contra Francisco y el Sínodo hay un fondo evangélico… pero tiene que decirlo de un modo más claro, compartiendo de verdad la marcha de la iglesia común, sentándose en la mesa redonda del pueblo cristianos, sin aferrarse a un tipo de supra-clericalismo que no parece evangélico.

 3. El problema central del Card. Müller es a mi juicio el olvido de la historia real de Jesús.

Así lo sentí el año 2000 cuando le conocí y leía su obra, hasta que un día tuve el pre-sentimiento de que, de tal forma se centraba en un tipo de iglesia/poder religioso, que para defenderlo tenía que fundarse en una tradición separa de Jesús. En ese contexto escribí mi Historia de Jesús y mis Comentarios a Marcos y Mateo (Verbo Divino 2012, 2013, 2017), con el intento de buscar la raíz evangélica de la Iglesia. En esa línea, seguí estudiando algunas obras centrales de la Patrística… Me dio y me sigue dando la impresión de que que el Card. Müller quería y quiere recuperar una historia de la Iglesia “domesticada” en forma de sistema sacral, no la historia real luminosa, sangrante, emocionada de Pascua de la de vida de Jesús. En el fondo de su teología y visión de la Iglesia late, a mi juicio, el argumento de algunas eclesiologías “papalistas” del siglo XIX: Jesús ha dejado su poder a Pedro y a un tipo de Iglesia tradicional jerárquica, y se ha ido; por eso, él ya no interviene, la que debe intervenir es la Iglesia que hay.

En esa línea, la visión y el programa de Müller me parece no sólo reactivo, sino peligroso, no en teoría, sino en su forma de entender el poder eclesial. Querer mantener la iglesia tal como está, como si fuera una fortaleza amenazada por peligros  universales de rebelión me parece condenarla a muerte. Sólo vive lo que cambia, desde la raíz del evangelio. Ciertamente, un programa de transformación incluso tan débil como la que propone el Papa Francisco tiene sus peligros, pero al menos abre un camino, arriesga una misión, y puede fracasar…, pero también abrir caminos nuevos de evangelio. Pero el programa del Card. Müller está ya condenado de antemano. Es como decir que la Iglesia no tiene  futuro,  no tiene más salida que mantenerse en un tipo de almenas sin posible repuesto o renovación, hasta que los guardianes de la fe acaben todos muriendo.

De la Biblia a los Padres: La teología patrística de la mano de Xabier  Pikaza

En contra de un proyecto que creo ve en el fondo de personas como Gerd Müller pienso que es necesario volver al evangelio, no para abandonar la buena y gran tradición, sino para recrearla a la luz del mensaje y vida de Jesús (¡siempre la historia de Jesús, vivida de un modo pascual…!). No se trata, sin más, de abandonar un tipo de ministerios actuales, sino de recrearlos desde Jesús, de forma que surgirán unos nuevos en la línea de las mujeres de la pascua, de los primeros helenistas… y también de los judeo‒cristianos.

 Pero antes que el tema de  los ministerios de  las mujeres y de la la presencia de mujeres y seglares en el sínodo está la vida, la experiencia de Jesús, su pasión de evangelio, desde los más pobres. Esto es lo que me parece que falta en el programa del Card. Müller. No he querido juzgarle en modo alguno como persona. No creo que esté tramando algo “oculto” contra el Papa y su “deriva” sinodal (¡yo diría que no, pienso que es un hombre de fe y de respeto por la institución!)… pero tal como aparece en cierta prensa su postura (su bandera) me parece menos evangélica, en el sentido radical de la palabra.

La crisis que Müller lamenta, ocasionada por una salida masiva de personas de la Iglesia y por el declive de la vida eclesial (baja participación en la misa, pocos bautismos y confirmaciones, seminarios vacíos, desaparición de monasterios) no puede superarse con los medios de poder que Müller propone, casi a espaldas del sínodo, del papa y de una mayoría de creyentes. Creo que Müller no ha sabido leer y entender la novedad de la vida y pascua de Jesús, ni lo que los nuevos tiempos están diciendo a las iglesias.

Müller, Reig y Munilla
Müller, Reig y Munilla

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