Dos años después, San Pedro acoge la ordenación de nueve presbíteros Francisco, a los nuevos sacerdotes: "Esto no es una carrera, es un servicio, no sean escaladores"

Los nuevos sacerdotes, en oración en el suelo de San Pedro
Los nuevos sacerdotes, en oración en el suelo de San Pedro

Pierdan el tiempo escuchando y consolando. lL compasión que te lleva al perdón, a la misericordia... Por favor, sean misericordiosos, sean perdonadores, porque Dios perdona todo"

"Seréis partícipes de la misión de Cristo, serán pastores, y esto es lo que quiere de ustedes, que sean pastores del Santo pueblo fiel de Dios, pastores que van con el pueblo de Dios, a veces adelante, en medio, detrás del rebaño, pero siempre allí, con el pueblo de Dios"

"Sean pobres, como pobre es el santo pueblo de Dios. Pobres que aman a los pobres. No sean escaladores. La carrera eclesiástica, que luego te vuelves un funcionario, y cuando un sacerdote empieza a ser un empresario de la parroquia, pierde la cercanía al pueblo, pierde esa pobreza que lo asemeja a Cristo pobre, al crucificado, y se vuelve un empresario"

Les instó a conservar cuatro cercanías: al Señor, al obispo, entre ellos y "al santo pueblo de Dios"

Vuelve cierta normalidad a los espacios vaticanos. Por primera vez en los últimos dos años, el Papa Francisco presidió la ordenación de nueve sacerdotes, en una basílica de San Pedro que sigue con restricciones, pero con una celebración que recordó a otros tiempos, que esperemos vuelvan pronto. Con bastante más gente de lo que estamos acostumbrados a ver desde que arrancó esta maldita pandemia.

Nueve nuevos sembradores de la Viña, desde un ex portero de las categorías inferiores de la Roma a un director de cortometrajes. Seis provenientes del Pontificio Seminario Mayor Romano, dos del Colegio diocesano Redemptoris Mater, uno del Seminario de Nuestra Señora del Divino Amor. 

En una homilía improvisada, el Papa recordó a los ordenandos que ser sacerdote "es un servicio, no es una carrera. No sean escaladores", y les instó a conservar cuatro cercanías: al Señor, al obispo, entre ellos y "al santo pueblo de Dios".

Francisco, durante la misa
Francisco, durante la misa

Pastores del Santo Pueblo de Dios

"Aunque todo el pueblo de Dios somos sacerdotes en Cristo, nuestro Señor eligió a algunos discípulos que en la Iglesia desempeñarán en su nombre el oficio sacerdotal a favor de todos los hombres", comenzó. "Seréis partícipes de la misión de Cristo, serán pastores, y esto es lo que quiere de ustedes, que sean pastores del Santo pueblo fiel de Dios, pastores que van con el pueblo de Dios, a veces adelante, en medio, detrás del rebaño, pero siempre allí, con el pueblo de Dios".

"Antes, se hablaba de 'carrera eclesial'. Esto no es una carrera, es un servicio", recordó. Un servicio, "el mismo que hizo Dios a su pueblo. Y las huellas del servicio de Dios a su pueblo tiene un estilo, que ustedes tienen que seguir: de cercanía, de compasión, de ternura. Este es el estilo de Dios: cercanía, compasión, ternura".

Ordenación de uno de los nuevos clérigos de Roma
Ordenación de uno de los nuevos clérigos de Roma

La primera de las cercanías, a Dios, "en la oración, en los sacramentos, en la misa". Así, el Papa pidió a los nuevos sacerdotes "hablar con el Señor", porque "un sacerdote que no reza, apaga el fuego de Dios dentro".

"No sean charlatanes"

En segundo lugar, la cercanía al obispo. "Acudan a él, llámenle". En tercer lugar, "cercanía entre ustedes", sugiriéndoles "nunca hablar mal de un hermano sacerdote. Si ustedes tienen algo contra otro, sean hombres, tengan pantalones y vayan allí y en la cara dicen las cosas. Nunca hablar mal, no sean charlatanes, unidad entre ustedes..."

Finalmente, "cercanía al santo pueblo de Dios. Ustedes fueron elegidos, tomados del pueblo de Dios. Dios os escogió de entre el rebaño, no olviden de dónde han venido, de su familia, de su pueblo (...). Recuerden a aquellos que les han introducido en la fe: sacerdotes de pueblo, no clérigos de estado".

Algunos de los nuevos sacerdotes y sus familiares
Algunos de los nuevos sacerdotes y sus familiares

Todo ello, con compasión y ternura. "No cierren el corazón a los problemas, y verán muchos de los problemas de las personas, cuando la gente viene, presenta los problemas y ustedes tienen que acompañarles, Pierdan el tiempo escuchando y consolando. lL compasión que te lleva al perdón, a la misericordia... Por favor, sean misericordiosos, sean perdonadores, porque Dios perdona todo".

Aléjense del dinero

Y, finalmente, una confesión: "Por favor, aléjense de la vanidad, del orgullo, del dinero, el diablo entra por lo bolsillos". Por eso, les pidió que "sean pobres, como pobre es el santo pueblo de Dios. Pobres que aman a los pobres. No sean escaladores. La carrera eclesiástica, que luego te vuelves un funcionario, y cuando un sacerdote empieza a ser un empresario de la parroquia, pierde la cercanía al pueblo, pierde esa pobreza que lo asemeja a Cristo pobre, al crucificado, y se vuelve un empresario".

"Tengan esta imagen siempre. Sean pastores, cercanos a Dios, al obispo, entre ustedes y el pueblo de Dios. Pastores, servidores como pastores, no empresarios, y aléjense del dinero" concluyó el Papa, quien les animó a "llevar las cruces, que las habrá, y no tengan miedo. No tengan miedo, porque todo irá bien".

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