Mariano Jabonero, secretario de la OIE: "Iberoamérica es una comunidad que crece con fuerza y diversidad cultural" Emilce Cuda, secretaria de la PCAL: "El sueño de Francisco era rezar en China"

Emilce Cuda: “América Latina es un pueblo que se une para salvarse y construir puentes con China”
“América Latina es un pueblo, como diría el Papa Francisco, con una gran resiliencia, resistencia ante la amenaza de muerte, unirse, organizarse para salvarse”
La interacción académica y científica, dijo, debe basarse en un “pensamiento crítico” que sabe “sospechar de toda construcción y narrativa” para evitar “imaginarios monstruosos, como decía mi maestro Juan Carlos Scannone, el padre de la filosofía de la liberación”
Emilce Cuda invitó a convertir el conocimiento en acción concreta que transforma vidas, apelando a una “academia comprometida” que responda al sufrimiento y la esperanza de los pueblos
La interacción académica y científica, dijo, debe basarse en un “pensamiento crítico” que sabe “sospechar de toda construcción y narrativa” para evitar “imaginarios monstruosos, como decía mi maestro Juan Carlos Scannone, el padre de la filosofía de la liberación”
Emilce Cuda invitó a convertir el conocimiento en acción concreta que transforma vidas, apelando a una “academia comprometida” que responda al sufrimiento y la esperanza de los pueblos
En la Universidad Complutense de Madrid, durante la conferencia-coloquio Iberoamérica y China: historia, retos y desafíos , Emilce Cuda, secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina, y Mariano Jabonero, secretario general de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), ofrecieron una profunda reflexión sobre las complejas relaciones y desafíos entre estas regiones, destacando el papel de la cooperación educativa, cultural y científica como puente para un futuro compartido.
En una intervención ‘a braccio’ (sin papeles) y brillante tanto en el fondo como en la forma, Emilce Cuda comenzó explicando su labor como secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina (PCAL): “El Papa Francisco me llamó para construir puentes”. Y ella dejó su brillante carrera de profesora de la Universidad Loyola de Chicago, para irse al Vaticano. Y allí sigue, con León XIV, que fue su jefe directo como prefecto de obispos y de la Pcal hasta ser elegido Papa.
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Sobre el tema de su intervención, Cuda destacó la singular “resistencia y organización comunitaria” del pueblo latinoamericano, concepto que definió así: “América Latina es un pueblo, como diría el Papa Francisco, con una gran resiliencia, resistencia ante la amenaza de muerte, unirse, organizarse para salvarse”.
Reflexionó sobre la unidad en la diferencia que caracteriza a esta región: “Somos un continente pero muy diferente, con múltiples culturas, lenguas y economías, pero con una unidad profunda que asusta un poco”.
Sobre el vínculo con China, desveló que “el sueño del Papa Francisco, hasta el último momento era rezar en China” y, consciente de ellos, desde la Pcal se esforzaron en construir puentes culturales y académicos como vía para un diálogo sólido: "La universidad es el gran puente que comunica las épocas... en un momento donde hay crisis políticas, crisis económica, desestabilización, una guerra a pedazos. La universidad tiene un rol muy importante: despertar ese montaje estático y ser garantía de ese diálogo".
La interacción académica y científica, dijo, debe basarse en un “pensamiento crítico” que sabe “sospechar de toda construcción y narrativa” para evitar “imaginarios monstruosos, como decía mi maestro Juan Carlos Scannone, el padre de la filosofía de la liberación”.

Asimismo, Cuda planteó la necesidad de un enfoque social y económico justo, especialmente en temas como la remisión de la deuda pública para “movilizar el principio esperanza” y financiar sectores claves como la cultura, la educación y la producción científica: “¿Podríamos pensar que esa riqueza que tiene América Latina —recursos naturales y humanos— pueda volver al territorio, por ejemplo, financiando actividades académicas y culturales?”.
Sobre las migraciones, marcó un claro contraste con otras regiones: “En América Latina no hablamos de migrantes sino de trabajadores”, resaltando la dignidad con que se acoge a quienes llegan y la ausencia de manifestaciones antiinmigrantes: “Hay mucha migración interna, pero no hay manifestaciones en las calles contra los migrantes”.
A su juicio, “América Latina es apóstol, en el sentido de ir hacia adelante sin miedo, viviendo un credo, no repitiéndolo”. Y desde ahí, reivindicó “la unidad en la diferencia como algo constitutivo del pueblo latinoamericano”. Porque, como decía Francisco, “O nos unimos o nos hundimos”.

Desde la OEI
Por su parte, Mariano Jabonero explicó que la OEI es “un ámbito de cooperación gubernamental e internacional en materia de educación, de cultura y de ciencia, de derechos humanos y de la democracia”, creada hace 76 años para unir a los países de Iberoamérica en torno a proyectos comunes.
En el plano cultural, destacó la fuerza de América Latina como “potencia cultural muy diversa” y la importancia de reforzar la cooperación multilateral desde organismos como la OEI para impulsar proyectos educativos, culturales y científicos comunes, apuntando a que “la lengua española y portuguesa es un factor que favorece y fortalece esa cooperación académica muy fuerte”.
Destacó que el organismo cuenta con la participación de 23 países y ejecuta “unos setenta proyectos de cooperación” apoyados por gobiernos, ONGs y entidades multilaterales.
En el coloquio posterior con alumnos y profesores de la Complutense, la doctora Cuda concluyó que “el Papa Francisco nos recordaba siempre que todos somos una gran familia. Por eso, nuestra misión es estimular el amor de las personas y colaborar con todos sin miedo al nuevo mundo que viene".
En definitiva, la conferencia puso de relieve que la relación entre Iberoamérica y China no solo es un intercambio económico, sino un encuentro cultural, académico y social que debe cimentarse en el respeto a la diferencia y en el diálogo auténtico.

Por eso, Emilce Cuda invitó a convertir el conocimiento en acción concreta que transforma vidas, apelando a una “academia comprometida” que responda al sufrimiento y la esperanza de los pueblos. En tiempos de crisis y cambios, América Latina y sus socios iberoamericanos están llamados a ser puente de diálogo, creatividad y justicia en el escenario global.
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