Conocer a Dios por la Biblia (y 2)

1) Un Dios inseguro que necesita pruebas de fidelidad

Como muestra, el caso de Isaac y su padre Abraham. El Dios que todo lo sabe, decide un día someter a prueba a Abraham, ordenándole que le sacrifique a su hijo. En este relato chirría todo: parece que obedece a un capricho de Dios; hay un paralelismo con otras religiones y dioses que en esa época exigían sacrificios humanos; no tiene en consideración el trauma provocado en el padre y, sobre todo, en el hijo. Aunque sea un relato alegórico para demostrar la fidelidad de Abraham, Yahvé no queda en muy buen lugar.

2) Un Dios vengativo.

Las referencias a la “venganza de Yahvé” son numerosas, basten algunos ejemplos:

Moisés habló al pueblo diciendo: ‘Armad de entre vosotros hombres para la guerra, que marchen contra Madián para ejecutar en ellos la venganza de Yahvé: mil hombres por cada una de las tribus de Israel’ (Núm. 31.2)
“ Mía es la venganza ” (Deut.32.35) “…me vengaré de mis adversarios ” (Deut. 32.41)
“… porque es Yahvé Dios de retribuciones y les da según su merecido ” (Jerem. 51.56)
“ Dios celoso y vengador es el Señor ” (Nahum, 1.2)
“Tomaré venganza y no perdonaré hombre alguno” (Is. 47.2)

3) Un Dios que ignora el futuro

Frase repetida numerosas veces, “ el Señor se arrepintió ”… No sabe lo de Adán y Eva; que los hombres se volverán malos; que Saúl se comportaré de manera no prevista; no prevé la demasía de los efectos de una peste sobre Jerusalén.
No sólo eso, resulta que este Dios es un sentimental que concede gracia a quien se retracta y así se lo suplica.

4) Un Dios ambicioso, vanidoso, caprichoso y amante de la adulación y el lujo.

Impresiona leer los capítulos del Éxodo, 25 a 30, seis capítulos donde Dios ordena cómo ha de ser su tabernáculo, el arca, el candelabro de oro, la mesa, el habitáculo, el velo de separación, el altar de los holocaustos, el atrio, las vestiduras de los sacerdotes, la diadema, la túnica, tiara y calzones y el altar de los perfumes.
Con razón el mismo San Agustín, en sus “Confesiones” dijo no saber en qué pensaba Dios antes de la creación.
Pero todavía Yahvé ordena algo más a Moisés respecto a cuántos, cuáles y cómo han de ser los sacrificios que se le deben ofrecer en Levítico cap. 1, 2, 3, 4, 6 y 7

5) Incoherente y contradictorio

Es bien sabido que en el Levítico Dios castiga con la muerte las relaciones procreativas entre familiares directos. La incoherencia estriba en que ese mismo Dios no cae en la cuenta de los relatos del Génesis tras la expulsión del Paraíso Terrenal y tras el Diluvio Universal para repoblar la Tierra. ¿Cómo se regenera la especie humana?

La magia también está proscrita severamente y sin embargo Aarón la ejerce ante el Faraón, por sugerencia de Dios a Moisés, convirtiendo un bastón en serpiente.

Dios asegura que Israel llegará a ser una gran nación con doce tribus establecidas en Canaán y sin embargo no permite la unificación de las tribus ordenando que no haya matrimonios fuera de la propia tribu. “La heredad de los hijos de Israel no pasará de tribu a tribu…” (Núm. 36) ¿Y por qué Moisés sí puede tomar como esposa a una cusita, una mujer etíope? (Núm. 12.1)

Resulta curioso que tras suministrarles carne después de hartarse de maná… “Aún tenían la carne entre sus dientes y, antes de que hubiesen podido acabar de comerla, encendióse contra el pueblo el furor de Yahvé y Yahvé hirió al pueblo con una plaga… …y allí quedó sepultado el pueblo glotón” (Núm. 11.5)

6) Un Dios chantajista

Yahvé envía a Moisés diez veces para que hable con el faraón y deje salir a su pueblo bajo amenaza de enviar diez plagas, cosa que realiza. Pero desconcierta el hecho de que Yahvé le dice: “Yo endureceré el corazón del faraón ” que rechaza una y otra vez dejar salir al pueblo de Israel (Éxodo, 7 y ss).

7) Un Dios esclavista

Yahvé fija las condiciones para tener un esclavo hebreo. (Ex. 21. 2)
“Si vendiere un hombre a su hija por sierva…”( Ex. 21.7)
El dueño podía dar palos a su esclavo, pero sin matarlo o con tal de que viva un día o dos (Ex. 21.20)
A la hora de satisfacer una deuda, así se establece el valor de cada persona: hombre de 20 a 60 años, 50 siclos de plata; mujer, 30 siclos. Un mozo de 5 a 20 años, 20 siclos, una moza, 10… …60 o más, hombre 15, mujer, 10 (Lev. 27)

8) Colérico y criminal

Se encenderá mi cólera y os haré morir por la espada; vuestras mujeres quedarán viudas y vuestros hijos huérfanos. ( Éx. 22.23)
Por eso se ha encendido la cólera de Yahvé… (Isaías, 5.1)
Larga exposición de la ira del Señor contra su pueblo y los terribles castigos infligidos (Oseas, 13 y Joel, 1 )
Listado de maldiciones a quien no obedece a Yahvé. Ejm. “…tisis, fiebre inflamación, ardor, sequía, quemadura y podredumbre… en vez de lluvia, polvo y arena… (Deut. 28.15 ss.

9) Consolador de las mujeres estériles

Sara, considerándose estéril, permitió que Abraham yaciera con su esclava Agar para tener un hijo, Ismael.
Sara, estéril por anciana, concibe a Isaac (Gén. 21).
Manoá, con esposa estéril, concibió y parió a Sansón (Jueces, 13)
La mujer de Isaac, Rebeca, estéril, concibe gemelos, Esaú y Jacob (Gén. 25.19)
Es un continuo que recorre la Biblia hasta la ocupación de Palestina por Nabucodonosor: las madres estériles conciben y paren hijos que luego serán héroes, algo que se consuma en el Nuevo Testamento con el nacimiento de Juan el Bautista y luego Jesús.

10) Desilusionado y frustrado.

La historia de Israel, hasta la muerte de Josué, es un pacto entre Yahvé y su pueblo que tuvo muchos altibajos tanto por parte de Yahvé como por parte del pueblo. Tras el asentamiento en Canaán los acontecimientos llevaron a los israelitas a no reconocer a Yahvé como su Dios: “Abandonaron al Señor y se pusieron al servicio de Baal y de Astarté, divinidad cananea”. Si Dios no murió de infarto y de pena es porque es eterno, dicen.
Se lamenta ante el profeta Natán y le dice que él ha vivido y vive en una tienda mientras David se ha construido un palacio. Lamento quejumbroso de Dios. La lectura del lloriqueo de Dios produce tristeza.

Y éste es el “verdadero” Dios de la Biblia que en absoluto coincide con el que cada uno, hoy, se ha construido para sí. Palabra de Dios: te alabamos, Señor. Pero es el mismo proceso de cómo todos los pueblos “inventan” sus propios dioses. Los israelitas forjaron un dios a su imagen y semejanza y a la medida de sus deseos y necesidades, cosa que también sucede hoy día: el de los creyentes actuales ¡también está hecho a su imagen y semejanza!