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Aquí te adelantamos los temas del primer consistorio de León XIV

Qué belén...

Cualquier amante del lenguaje sabe que una de las acepciones de “belén” es “confusión y desorden”. ¡Vaya con la situación de los tiempos que corren! ¡Qué belén económico, social, moral, humano en suma!

Y el caso es que todo el mundo se dispone a celebrar a su manera la Navidad, el nacimiento de Jesús. Pero ¿ha nacido o no ha nacido? Aunque nuestro pesimismo, nuestro realismo más bien, pueda hacernos creer que sólo ha sido un espejismo maravilloso, ha nacido. Eso sí, hoy y siempre hay demasiadas puertas cerradas a su indeclinable voluntad de presencia en este mundo.

La humanidad, en toda su historia, no ha montado jamás el Belén perfecto. Vivimos hoy, por ejemplo, tiempo de desalojos y desahucios (“porque no había sitio para ellos en la posada”). Tiempos de rapacidad o indiferencia frente a los pobres del tercero y del cuarto mundo.

¿Ha nacido el Príncipe dela paz, el hacedor de la Justicia? Por supuesto. Pero nosotros seguimos armando y representado año tras año otro “belén”, la caricatura de su Nacimiento. ¿Se cansará del juego y de la trampa? Sólo el amor y la paciencia le llevarán a no “volverse por donde vino”.

O NO HA NACIDO...

¿Ha nacido en Belén

o no ha nacido?

Los pastores de sueño

se vuelven de vacío.

Los Magos se equivocan

en el camino.

¿Ha nacido en Belén

o no ha nacido?

Quizá buscó portal

en otro sitio,

o prefirió volverse

por donde vino.

¿Ha nacido en Belén

o no ha nacido?

Buscad donde haya un sol

disminuido,

una esperanza muerta

y un dolor vivo.

¿Ha nacido en Belén

o no ha nacido?

Vino, vino Jesús

como convino.

Con amor y con sangre

estaba escrito.

Desde hoy y para siempre

todo es distinto.

(Obra poética., p .455).

Pero este Príncipe de la Paz y de la salvación anunciada no viene de turismo. Y busca colaboradores para empujar el vuelo y ponerle alas a la Justicia.

¿A QUÉ VIENES AL MUNDO?

¿A qué vienes al mundo,

Niño perdido?

Vengo a abrigar temblando

la piel del frío.

¿A qué vienes al mundo,

carne de noche?

Vengo a comerme el hambre

que come al pobre?

¿A qué vienes al mundo

tan de mañana?

Vengo a matar al odio

que al aire mata.

Vuélvete, porque al odio

no hay quien lo mate.

Me abrazaré a la muerte

para matarle.

¿A qué vuelas al mundo

con tanta prisa?

Vuelo a ponerle alas

a la Justicia.

(1980,

Obra poética, p. 451).

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