Las murallas de Jericó

Murallas
Jericó, ciudad bien defendida con sus murallas, parecía infranqueable por los israelitas conducidos por Josué. ¿Cómo podían acceder a ella tan bien defendida? ¿No es esto lo que nos ocurre ante las dificultades que se nos presentan?

Josué propone al pueblo de Israel algo que está a su alcance: Dar cada día una vuelta alrededor de la ciudad durante seis días y al séptimo dar siete vueltas. Así que cada día daban una vuelta siete sacerdotes con el arca, luego volvían al campamento. Al séptimo día dieron siete vueltas y al toque especial todos gritaron con todas sus fuerzas y la muralla se vino abajo. (Jos 6,11-27).

Así que Josué nos invita en el día a día a levantarnos de madrugada y caminar con el Señor con la esperanza puesta en Él. De Él nos vendrá la luz para descubrir lo que hay que hacer, Él nos dará la fuerza para no dimitir ante las dificultades, el coraje para continuar la lucha ante los contratiempos. Y luego cuando haya pasado la tempestad nos daremos cuenta que es Él quien ha hecho caer la muralla que nos parecía infranqueable, lo único que nosotros hechos hecho ha sido confiar, estar convencidos de que nuestra vida está entre sus manos.Texto: María Nuria Gaza.
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