¡Qué gran consuelo! Jesús nos dice que nosotros los hombres valemos mucho más que los pájaros del cielo que se venden por unos dinerillos.Esta expresión de Jesús nos llena de confianza. Él que entregó su vida para que nosotros tengamos vida, no puede en ningún momento hacernos perder la confianza de que es Él quien nos guía en nuestro caminar.

Es lo que rezamos en el salmo veintidós: “Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo porque tú vas conmigo, tu vara y tu cayado me sosiegan”.

Y es que en la vida podemos pasar por momentos difíciles, en estas situaciones es cuando debemos pensar que nuestra vida está entre las manos de Dios, que es padre amoroso. Este pensamiento nos ayudará a soportar con serenidad las pruebas que nos depara la vida: Reveses de fortuna, enfermedades, problemas familiares, enemigos, etc., y todo se remontará con más facilidad.

Y el miedo, que en ocasiones nos puede inundar, lo podemos afrontar con la frase tan repetida por Jesús: “no tengáis miedo”. Con todo, con frecuencia me pregunto o mejor dicho pregunto al Señor, ¿cómo permites que los desalmados opriman a los inocentes? Pero luego tengo que silenciar mi pregunta y decirle: Tú Señor sabes el por qué; quién soy yo para encararme y retraer tu misericordia. Mejor es que ore y haga lo poco que está en mis manos para que en este mundo donde la injusticia campa a su anchas cese y aflore la justicia y la paz. Texto: Hna. María Nuria Gaza.