Wiesemann invita también a "debatir abiertamente" la ordenación de diaconisas El obispo alemán de Speyer lo tiene claro: "Abogo por la abolición del celibato sacerdotal obligatorio"

Karl-Heinz Wiesemann
Karl-Heinz Wiesemann Klaus Landry/DdS

“Abogo por la abolición del celibato obligatorio como condición para la vocación sacerdotal”. Así de rotundo se manifiesta el obispo de la diócesis alemana de Speyer,  Karl-Heinz Wiesemann, sobre una cuestión que sigue generando una gran controversia

“Seguimos necesitando el celibato como un importante estilo de vida espiritual, en el que se clarifique y se realice la dedicación total del sacerdocio a este ministerio. Este sigue siendo un plan de vida espiritual importante tanto para sacerdotes religiosos como seculares. Pero creo que puede haber otras maneras de expresar y vivir esta dedicación total a Cristo y a su Iglesia. Esto también es posible en el matrimonio y puede sacar a la luz otros aspectos del mismo”

“Abogo por la abolición del celibato obligatorio como condición para la vocación sacerdotal”. Así de rotundo se manifiesta el obispo de la diócesis alemana de Speyer,  Karl-Heinz Wiesemann, sobre una cuestión que sigue generando una gran controversia. Y explica sus razones –cuando este pastor de 65 años está a punto de cumplir el 40º aniversario de su ordenación sacerdotal–, señalando que “seguimos necesitando el celibato como un importante estilo de vida espiritual, en el que se clarifique y se realice la dedicación total del sacerdocio a este ministerio. Este sigue siendo un plan de vida espiritual importante tanto para sacerdotes religiosos como seculares. Pero creo que puede haber otras maneras de expresar y vivir esta dedicación total a Cristo y a su Iglesia. Esto también es posible en el matrimonio y puede sacar a la luz otros aspectos del mismo”.

Sobré qué cambios podrían darse, especifica que “debería abolirse la conexión exclusiva entre el sacerdocio y el celibato. Ya existen ciertas excepciones. Esto podría devolverle credibilidad social a la naturaleza voluntaria de la elección de este estado de vida y a su significado espiritual y existencial”, apunta en información recogida por el portal Katholisch.

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En opinión de monseñor Wiesemann, la “gran tradición” de las órdenes religiosas podría ser de utilidad a la hora de abordar esta cuestión, dado que en ellas, primero se emiten los votos temporales y, posteriormente, tras un “período de maduración”, la posibilidad de emitir los perpetuos. “Vemos, después de todo, que los problemas en la vida sacerdotal a menudo solo comienzan después de cinco o diez años”.

De ahí que el obispo, quien fue nombrado pastor de Speyer en 2008, asegure que “eliminar el tabú que rodea todo el asunto y permitir una decisión definitiva, especialmente durante este período de maduración sacerdotal, podría aumentar significativamente el testimonio del celibato. Sin embargo, el requisito previo para ello es que el ejercicio del sacerdocio no esté ligado a la decisión final sobre el celibato”.

Monseñor Wiesemann
Monseñor Wiesemann Klaus Landry/DdS

Y abunda el pastor en su razonamiento. “Estamos perdiendo a muchas personas muy buenas que no pueden o no quieren practicar el celibato. Y estamos perdiendo a otras tantas que ni siquiera eligen el sacerdocio debido al celibato”, sostiene Wiesemann, por lo que reitera que “el celibato no debería estar completamente ligado al ejercicio del sacerdocio”, y añade que “algunas iglesias locales, por ejemplo, la Iglesia en Alemania, podrían adoptar este camino. No tiene por qué ser igual en todo el mundo”.

Sin argumentos contra el diaconado femenino

Igualmente aboga el obispo germano por “debatir abiertamente la posibilidad de que las mujeres se conviertan en diaconisas”, dado que “no existe un argumento teológico absoluto contra la ordenación de mujeres”, afirma.

“Hoy nos encontramos en un contexto social muy diferente al de épocas anteriores. La cuestión de la igualdad entre hombres y mujeres y de la justicia es muy importante hoy en día”, indica para, a continuación, y citando la encíclica Fratelli tutti, del papa Francisco, asegurar que “nosotros ponemos en primer plano de nuestro mensaje la universalidad de la salvación y, por tanto, también la igual dignidad de todos, y la exclusión de las mujeres del ministerio ordenado es muy difícil de hacerla plausible hoy en día”.

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