"La bendición de las parejas homosexuales va contra la palabra de Dios" Müller: "Las restricciones del Papa Francisco a las misas en latín han sido una imprudencia"

Cardenal Müller y Francisco
Cardenal Müller y Francisco

"Para mí el Papa es el Papa, la máxima autoridad. Nadie puede decir que soy enemigo del Papa"

Müller arremete contra el "cisma" que, en su opinión, están promoviendo los participantes en el Camino Sinodal alemán, y cierra la puerta a cualquier tipo de bendición para las parejas homosexuales, como está solicitando la mayoría de los fieles de su país natal: "Va contra la palabra de Dios"

Admite que los ataques de Gänswein contra el Papa, que asegura leyó "en los periódicos", "no son buenas para el pueblo de Dios". "La controversia (entre Gänswein y Bergoglio) no hace bien a los católicos"

"La restricciones del Papa Francisco a la misa en latín ha sido una imprudencia. Sugiero al Pontífice que esté más atento a todas las sensibilidades dentro de la Iglesia, incluso a las más alejadas de la suya". Después de los exabruptos del secretario Gänswein, ahora le toca el turno al cardenal Gerhard Müller.En una entrevista en L'Stampa, quien fuera prefecto de Doctrina de la Fe insiste en que Bergoglio "no ha tenido en cuenta ciertas sensibilidades dentro de la Iglesia, las de los fieles aficionados a la liturgia antigua".

Müller, como Gänswein, también anuncia un libro en las próximas semanas, en esta ocasión sobre el Papa y su misión. Aunque, por si acaso, aclara: "No soy enemigo del Papa. Hacer sugerencias no significa ser hostil". Excusatio non petita...

"Cisma" alemán y tensiones con Gänswein

Durante la conversación, el cardenal Müller arremete contra el "cisma" que, en su opinión, están promoviendo los participantes en el Camino Sinodal alemán, y cierra la puerta a cualquier tipo de bendición para las parejas homosexuales, como está solicitando la mayoría de los fieles de su país natal: "Va contra la palabra de Dios".

Gerhard Müller, en el CEU
Gerhard Müller, en el CEU

En un curioso paralelismo con el secretario personal de Ratzinger, Müller también señala los enfrentamientos entre las distitnas facciones en el seno de la Iglesia. "Desgraciadamente existen estas tensiones", señala el purpurado, quien reclama que "se acaben los contrastes" porque, de lo contrario, "perjudicaremos a la gente". Sí admite Müller que los ataques de Gänswein contra el Papa, que asegura leyó "en los periódicos", "no son buenas para el pueblo de Dios". "La controversia (entre Gänswein y Bergoglio) no hace bien a los católicos".

Sin embargo, Müller arremete contra la "confusión doctrinal" que, en su opinión, se está padeciendo en la actualidad, y contra la que aconseja a Francisco "estar al servicio de la unidad de la Iglesia y de la fe revelada". Y es que, para el ex prefecto, la primera misión del Pontífice es "predicar el Evangelio".

Al tiempo, recuerda que la doctrina de la Iglesia "no es el programa de un partido político", porque "los políticos suelen cambiar de ideas según los gustos de los votantes" mientras que "la doctrina de la Iglesia es la expresión de la Palabra de Dios, y nosotros, los hombres, no podemos completar, corregir o modernizar la Palabra de Dios". Sólo puede explicarse "más claramente en los desafíos del mundo contemporáneo". "No hay ninguna posibilidad de cambiar la revelación en Jesucristo", insiste.

Misa en latín
Misa en latín

Atentos a todas las sensibilidades

Abundando en el Motu Proprio 'Traditionis Custodes', Müller incide en que "yo hubiera sido más tolerante, para no provocar problemas que en este tiempo sobran (...). No era prudente insistir intransigentemente en disciplinar a los llamados tradicionalistas". Para el cardenal alemán, "hubiera bastado con mantener el Motu Proprio de 2007 del Papa Benedicto, que era más prudente porque mantenía todo el panorama eclesial".

Francisco, con los obispos alemanes
Francisco, con los obispos alemanes Vatican Media

Por ello, reclama a Francisco "estar más atento a todas las sensibilidades, incluso a las más alejadas de la suya, para tratar de mantener a todos unidos", porque "a veces algunos de los que son definidos como enemigos del Papa en realidad no lo son". Como asegura es su caso. "Para mí el Papa es el Papa, la máxima autoridad. Nadie puede decir que soy enemigo del Papa".

Müller sí advierte del riesgo de cisma "en Alemania, con el sínodo de los llamados progresistas" que "niegan la doctrina revelada". "No se trata sólo de reformas pastorales o litúrgicas, sino de la sustancia de la fe", sostiene el purpurado, quien recalca que "Francisco ya ha intervenido varias veces para intentar frenar este movimiento".

Primero, Religión Digital
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