El arzobispo de Malinas-Bruselas aborda la transformación que está sufriendo la Iglesia en Bélgica Terlinden: “No me siento menos obispo por tener mujeres a mi lado, al contrario”

Luc Terlinden
Luc Terlinden KTO

"Estoy especialmente agradecido a estos cristianos que revitalizan nuestras parroquias y nos permiten crecer en un espíritu misionero", señaló el arzobispo, añadiendo que la Iglesia en Bélgica está experimentando una transformación comparable a la del resto de Europa, "pasando de ser una institución consolidada a una comunidad misionera alegre y audaz"

"No me siento menos obispo por tener mujeres a mi lado, al contrario. No trabajamos igual en un consejo cuando hay mujeres presentes, y eso es para bien", añadiendo que sería necesario "profundizar constantemente" en esa complementariedad entre sacerdotes, diáconos y laicos

La de Bélgica es una Iglesia en la encrucijada, llena de retos y desafíos, y la archidiócesis de Malinas-Bruselas no escapa a esa situación, y a analizar la misión de la evangelización, la acogida de los más vulnerables, el papel de los laicos y de las mujeres o la cuestión de los abusos se dedicó su arzobispo Luc Terlinden (1968) su participación en el programa La vie des dioceses de KTO.

Una encrucijada de culturas e idiomas a la que tampoco es ajena su diócesis, que Terlinden señaló que "es lo que enriquece a la Iglesia hoy", y que no es un obstáculo, sino una oportunidad, como indicó: "Estoy especialmente agradecido a estos cristianos que revitalizan nuestras parroquias y nos permiten crecer en un espíritu misionero", añadiendo que la Iglesia en Bélgica está experimentando una transformación comparable a la del resto de Europa, "pasando de ser una institución consolidada a una comunidad misionera alegre y audaz".

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Se refirió también el arzobispo al nombramiento de Rebecca Alsberge como delegada episcopal para el Brabante Valón, lo que, según informacion recogida por Cathobel, es una señal contundente para Terlinden: "Rebecca está ahí por sus cualidades y su carisma. Esto demuestra la complementariedad entre carismas y ministerios", añadiendo que "no me siento menos obispo por tener mujeres a mi lado, al contrario. No trabajamos igual en un consejo cuando hay mujeres presentes, y eso es para bien", añadiendo que sería necesario "profundizar constantemente" en esa complementariedad entre sacerdotes, diáconos y laicos.

El cartel de la serie 'De Nonnen'
El cartel de la serie 'De Nonnen' RRSS

Igualmente se refirió a la serie documental "De nonnen" (Las Monjas), que profundiza en la violencia infligida a los niños entre 1950 y 1990 en orfanatos regidos por instituciones católicas: "Es muy impactante escuchar estos testimonios. Yo mismo he tenido la oportunidad de conocer personalmente a algunas personas que fueron adoptadas y separadas de sus madres prácticamente al nacer. Hoy nos preguntamos cómo es posible".

En este punto, enfatizó la responsabilidad actual de la Iglesia en estos asuntos, que han generado una gran desafección social muy grande: "En nombre del Evangelio, debemos ser capaces de denunciar situaciones indignas del hombre. Ya no queremos colaborar con este tipo de prácticas", afirmó Terlinden.

Frente a ellos, mostró su deseo de una Iglesia hospitalaria y fraterna. "En esta transformación que estamos viviendo, la Iglesia está llamada a ser cada vez más misionera. Esto implica hospitalidad, acoger a quienes llaman a nuestras puertas o a quienes encontramos en las periferias", indicó.

Y, finalmente, mostró signos de esperanza al constatar el aumento de los bautismos, especialmente entre los jóvenes adultos, lo que, según señaló significa que "hay una generación en búsqueda, sedienta. El reto es acogerlos, pero también recibir de ellos. Ellos renovarán nuestra Iglesia".

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