El fundador de Infancia Robada, contra el presidente de la CEE Juan Cuatrecasas: "Blázquez sabe lo que oculta la iglesia española"

Juan Cuatrecasas
Juan Cuatrecasas

"La jerarquía eclesiástica española es insoportable, insustancial, mentirosa y muy cobarde"

Escuchando a Ricardo Blázquez en una entrevista amiga de un medio muy amigo como es 13 TV mientras espero en Madrid un bus que me conduzca a casa, me pregunto aún si este señor tiene la candidez de un cordero o la ignorancia deliberada de los que silban a la luna mientras arde su casa o simplemente intenta ser provocador sin mirar atrás.

Blázquez sabe lo que oculta la iglesia española y conoce la soberbia de la institución que el mismo dirige en España. Lo que ya no sé es si dirige o lo dirigen. Primero afirma que las víctimas no deberíamos salir tanto en los medios. Claro, lo mejor es que nos estemos callados, mientras ellos siguen hablando de pecados, mediante sermones ridículos alejados del mundo real, el de ahí fuera.

Blázquez deja que hablen en los medios obispos que insultan y degradan sin pudor a los colectivos de gays y lesbianas, a las mujeres maltratadas y violadas e incluso a las víctimas de abusos y agresiones sexuales. Blázquez no quiere que las víctimas usemos los medios cuando ni siquiera es capaz por una mezcla de cobardía y miopía, de atender cara a cara a las víctimas españolas presentes en Roma estos días. A Blázquez le pasa lo que al perro del hortelano.
Pecado y escándalo. Pero olvida el delito.

Dice Blázquez que tiene una comisión de investigación fantástica presidida por Menéndez, el ocultador de Astorga y gestionada por Silverio Nieto, el Tahúr de la calle Princesa, al que ya apodan en Roma como El Villarejo De la Iglesia en España. Magnífica prueba de que su comisión es infalible y que la transparencia y la imparcialidad presidirán sus actos. Como el zorro en el gallinero. Y lo de la sintonía, eso es ya para nota. Añade Ricardo Blázquez que hay sintonía entre lo expuesto estos días en el Vaticano por Francisco y Lombardi y lo realizado hasta ahora por la Conferencia Episcopal de España.

Blázquez vive en el pais de las maravillas, o eso o piensa que somos muy tontos.

La sintonía esa a la que recurre Blázquez debe ser de golpes, no de ráfagas, ni siquiera de cabecera. Es una sintonía distorsionada, sin armonía y con mucha falta de vergüenza, trompicada, trémula y que lo digo sin respeto alguno, ofende una vez más a todas las víctimas, suponiendo el broche de oro a una actitud lamentable, grotesca y absolutamente mentirosa.

Mientras no recibamos como respuesta más que perdones hipócritas e insultos vergonzantes, nuestra voz y nuestra lucha no se detendrá.

La jerarquía eclesiástica española es insoportable, insustancial, mentirosa y muy cobarde. A día de hoy no tengo ingredientes para creer en ellos y en esa presunta voluntad de reconocer y reparar a sus víctimas y de denunciar a sus pederastas. Todo es un burdo montaje, una ridícula operación de cirugía estética, mientas el cáncer corroe a la iglesia. Las palabras de Blázquez ayer me causan estupor, pena y no tengo reparo alguno en decir que también desprecio y una profunda aversión.

“Donde no hay justicia, misericordia ni benevolencia, no hay civilización.” Manuel González Prada - Horas de Lucha (1908)

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