Mario Paredes: Pensamiento y Doctrina Social del Papa Francisco

"He tenido el privilegio de compartir la amistad, en épocas y proyectos importantes con el Cardenal López Rodríguez. Un hombre, un dominicano y un pastor de la Iglesia sobresaliente en la historia patria y eclesiástica de esta nación"

"Francisco concibe a la Iglesia desde su tarea evangelizadora en el mundo. Por ello, invita tantas veces a construir una “Iglesia en salida”, hacia las periferias del mundo, como un 'hospital de campaña'"

El concepto de “PERIFERIA” es esencial en el pensamiento social de Francisco

LA FRATERNIDAD UNIVERSAL Y LA AMISTAD SOCIAL, conceptos sociales especialmente trabajados y expuestos en la Encíclica Fratelli Tutti

Mario Paredes y el cardenal López Rodríguez

Discurso Inaugural de la Cátedra de DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA “Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez” en la Pontificia Universidad “Madre y Maestra”, a cargo de Mario J. Paredes, KGCHS, Presidente de la Academia Internacional de Líderes Católicos y CEO de SOMOS Community Care


"Muy honorables 

Autoridades,

Cuerpo docente y

Alumnado de este insigne Claustro Universitario.

Invitados especiales.

Señoras y Señores.

Saludo a todos los presentes, agradecido por el honor que me confieren para compartir unas reflexiones en torno al evento que nos congrega: la inauguración de una Cátedra dedicada al estudio de la Doctrina Social de la Iglesia, en esta prestigiosa Casa de estudios: la “PONTIFICIA UNIVERSIDAD MADRE Y MAESTRA”. Cátedra que lleva el nombre del Eminentísimo Señor Cardenal “NICOLÁS DE JESÚS LÓPEZ RODRÍGUEZ”.

Consigue el libro despedida al papa Francisco
Mario Paredes saluda al cardenal López Rodríguez

Presido la Academia Internacional de Líderes Católicos, cuya visión y misión se identifica con el propósito de la Cátedra que hoy estrenamos: la formación académica en la Doctrina Social de la Iglesia. Y soy CEO de SOMOS Community Care, una organización para la salud que, en la ciudad de Nueva York, coordina a más de 2.500 médicos, con sus clínicas privadas, para la atención primaria y familiar de personas y comunidades vulnerables, especialmente inmigrantes. Organización fundada por un prominente médico dominicano: el Doctor Ramón Tallaj. 

Pero, además, he tenido el privilegio de compartir la amistad, en épocas y proyectos importantes con el Cardenal López Rodríguez. Un hombre, un dominicano y un pastor de la Iglesia sobresaliente en la historia patria y eclesiástica de esta nación. 

Mi cercanía con el Cardenal Nicolás de Jesús, se remonta al tiempo en que presidí el Centro Católico Hispano del Nordeste de los Estados Unidos; creado por la Conferencia de los Obispos Católicos de esa nación, entidad que coordinaba el ministerio pastoral para los hispanos residentes en unas 32 diócesis nordestinas. 

Desde esa posición fui testigo de primera línea del ímpetu pastoral del Cardenal López Rodríguez, como fundador y ejecutivo de muchas obras para el bien de la sociedad y de la Iglesia. 

Menciono aquí, especialmente, el apoyo que pude darle al Cardenal en la fundación del canal de televisión “Televida” y en la creación de la “Universidad Católica Santo Domingo”.

Pero son muchas las parroquias, instituciones educativas y de otra índole, que llevan la impronta creadora y fundacional del Señor Cardenal que hoy, con su nombre, honra y engalana la Cátedra que inauguramos. 

Paredes y Nicolás de Jesús

BREVE PERFIL DEL CARDENAL NICOLÁS DE JESÚS LÓPEZ RODRÍGUEZ

Al Cardenal Nicolás de Jesús lo conocemos, por su permanente elegancia, su presencia siempre impecable, su personalidad arrolladora, su temperamento entre impaciente, combativo y polémico y su talante democrático y decididamente anti-trujillista.

Estos y otros rasgos de su personalidad y ministerio, especialmente desde la sede de la Iglesia Primada de América, convirtieron al Cardenal en una voz imprescindible en la vida de la Iglesia Latinoamericana y en la vida e historia de la sociedad dominicana.

Hacer un perfil biográfico con justeza sobre la grandeza de la vida y la amplitud de la obra del Cardenal López Rodríguez nos llevaría muchas horas. Permítanme, no obstante, ahondar un poco más, por el homenaje que esta universidad, este encuentro, esta cátedra, la Iglesia y esta nación le debemos y le hacemos hoy a tan ilustre prelado, con otros datos sobresalientes:

El Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, actualmente arzobispo emérito de Santo Domingo, nació en Barranca - La Vega, República Dominicana, el 31 de octubre de 1936. Sus iniciales trabajos pastorales los desarrolló en la diócesis de La Vega y sus estudios contienen una Licenciatura en Ciencias Sociales obtenida en Roma. 

En 1978 fue nombrado obispo de San Francisco de Macorís; en 1981, arzobispo de Santo Domingo hasta 2016 y en 1991, fue creado cardenal por el Papa San Juan Pablo II, por lo que participó como elector en los cónclaves de 2005 y 2013.

Durante su dilatado ministerio episcopal en Santo Domingo por siete lustros, promovió la fundación y construcción de instituciones educativas y religiosas y alcanzó convertirse en Presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano, entre los años 1991 y 1994. En este cargo, su liderazgo como pastor, descolló siendo anfitrión y organizador de los festejos con motivo de los 500 años del encuentro de los dos mundos y de la evangelización de América Latina y del Caribe y, muy especialmente, por la celebración – con esa ocasión – de la IV Conferencia General del Episcopado Latinoamericano (CELAM), con la presencia del entonces Papa Juan Pablo II. Razón por la cual, dicho encuentro es conocido como la Conferencia o el Documento de SANTO DOMINGO.

Conferencia de Mario Paredes

Por razones de tiempo en la programación de este acto y por consideración con todos ustedes, omito aquí tres temas sobre los que reflexioné para esta ocasión, a saber:

La controversia sobre el 12 de octubre de 1492
Un análisis de realidad latinoamericano
Los fundamentos de la Doctrina Social de la Iglesia. 
Les aviso, eso sí, que el texto completo de esta disertación será publicado. 

Continúo con el tema central de esta Conferencia.

Así, este acto que nos congrega y esta Cátedra que hoy inauguramos en esta Universidad Pontificia, es decir, de profesión católica y con una filosofía institucional (18) en la que reza el compromiso de educar integralmente y de formar según los valores del humanismo cristiano, da cumplimiento al compromiso del CELAM en Santo Domingo por una educación que sea “la mediación metodológica para la evangelización de la cultura… 

Una educación cristiana desde y para la vida en el ámbito individual, familiar y comunitario y en el ámbito del ecosistema; que fomente la dignidad de la persona humana y la verdadera solidaridad; educación a la que se integre un proceso de formación cívico-social inspirado en el Evangelio y en la Doctrina social de la Iglesia…”. (19)

LA DIMENSIÓN SOCIAL EN EL PENSAMIENTO Y DOCTRINA DEL PAPA FRANCISCO

Como tema inspiracional y aspiracional, para lo que ha de ser el permanente trabajo académico de esta Cátedra que hoy inauguramos, se me ha pedido hablar sobre lo que podríamos llamar: el pensamiento social del Papa Francisco.

Al respecto, reflexiono entre ustedes, con el orgullo que me produce el privilegio de haber sido discípulo del – por entonces – joven jesuita Jorge Mario Bergoglio en la Universidad “El Salvador” de Buenos Aires, y la amistad que continuó hasta los últimos días, en periódicos encuentros con el Papa Francisco en Roma, junto a la admiración que le profeso por la autenticidad de su vida como ser humano, como cristiano y por la grandeza del legado de su intenso pontificado.

Si queremos aproximarnos a las fuentes y contextos históricos de los cuales bebió Francisco para su personalísima síntesis, toma de conciencia, visión y misión social, podemos decir, que – especial pero no únicamente – fue influido por su propia experiencia pastoral en las villas bonaerenses, el peronismo en Argentina, la ebullición por reivindicaciones sociales que sacudió a América Latina en los sesentas y setentas, la Teología de la Liberación (20), el Concilio Ecuménico Vaticano II, la espiritualidad Ignaciana, la teología de Methol Ferré, la vida del Padre Fiorito, etc. (21).

Todo lo cual, visto desde el prisma y lógica del Evangelio, fue desarrollando en Francisco unas convicciones humanístico-teológicas, entre las que sobresale: la certeza de que la voluntad de Dios, vivida y enseñada por Jesús, como buena nueva de su evangelio y del cristianismo consiste en amar a Dios amando al hermano. Porque, “quien dice que ama a Dios a quien no ve y no ama a su hermano a quien sí ve es un farsante” (22).

Más aún, que el rostro de Dios se revela y lo encontramos, especial y preferencialmente, en el rostro del hermano en necesidad. Porque “todo lo que hicisteis o dejasteis de hacer con uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis o lo dejasteis de hacer” (23).

Laudato Si

Estas influencias de pensamiento, de contextos históricos sociales y eclesiales, estas convicciones humanísticas, teológicas y evangélicas, que - en comunión y concordancia con la Tradición y Magisterio de la Iglesia - se concretan, en el pontificado de Francisco, en una visión de Iglesia y en unos en énfasis con los que intentó responder a los desafíos del mundo actual.

LA ECLESIOLOGÍA DE FRANCISCO.

Francisco concibe a la Iglesia desde su tarea evangelizadora en el mundo. Por ello, invita tantas veces a construir una “Iglesia en salida”, hacia las periferias del mundo, como un “hospital de campaña”. 

Una Iglesia que se sabe enviada, misionera. A esta visión, Francisco opone la Iglesia mundana, la instalada y comodona, que se encierra y vive ensimismada en sí, de sí y para sí misma.

Esta “salida”, esta misión, hasta “oler a oveja”, hay que hacerla – según Francisco - en “sinodalidad” (24), es decir, haciendo camino juntos, caminando juntos; en la escucha, el diálogo, el discernimiento y la participación de todos.

Esta visión de Iglesia se convierte en doctrina y en acción social evangelizadora mediante los PRINCIPALES ÉNFASIS TEMÁTICOS:

LA MISERICORDIA (25), que es el modo propio de amar Dios, “con estremecimiento de las entrañas” (26) en el original hebreo y griego y, del corazón, en latín; estremecimiento de todo el ser con el que Dios quiere que nos amemos los unos a los otros, como Él mismo nos ama. 

La misericordia es la concreción del mandamiento nuevo de Jesús de Nazaret para sus discípulos, por la que nos conmovemos, con todo el ser, ante el hermano próximo en necesidad y nos empuja a comprometernos con la solución de dichas dificultades o carencias. 

Misericordia que, en el Papa Francisco, es una fuerza capaz de hacernos salir al encuentro de los otros, especialmente de los que habitan en las periferias de todo tipo y de transformar las relaciones humanas y las estructuras sociales, “cuando el corazón se junta con la miseria del otro, es decir, cuando la miseria del otro entra en mi corazón” (27).

El concepto de “PERIFERIA” es esencial en el pensamiento social de Francisco, quien decía que: “La Iglesia está llamada a salir de sí misma e ir a las periferias, no sólo las geográficas sino también las existenciales: las del pecado, las del dolor, las de la injusticia, las de la ignorancia y prescindencia religiosa, las del pensamiento, las de toda miseria” 

“A estas dos periferias, Francisco añade una tercera: la social, la del lugar que ocupan los desheredados de la tierra, los “descartados” por la sociedad” (28).

LA FRATERNIDAD UNIVERSAL Y LA AMISTAD SOCIAL, conceptos sociales especialmente trabajados y expuestos en la Encíclica Fratelli Tutti (29), en la que exhorta a vivir una fraternidad, por el mandamiento del amor, abierta, sin indiferencia ni descartes, sin fronteras en el corazón, ni geográficas, ni de ningún tipo, y expone la urgencia de una “mejor política” que busque el bien común, no el bienestar corrupto, egoísta, hedonista y pecaminoso de unos pocos. 

Mario Paredes

El desafío, dice Francisco, será una economía al servicio de la persona y no al revés; “civilizar el mercado” pidiéndole que se ponga al servicio del desarrollo humano integral, en lugar de que se limite sólo a ser eficiente en la producción de riqueza” (30).

LA DIGNIDAD HUMANA VERSUS LA "CULTURA DEL DESCARTE". Francisco denunció permanentemente lo que él llamó “la cultura del descarte” que olvida, excluye y margina a personas y pueblos; al tiempo que anunció siempre la dignidad de todo ser humano como hijo de Dios y hermano de todos. 

Por esta convicción, Francisco, nos invita – una vez más – a la opción preferencial por los pobres y más vulnerables de la sociedad cuya atención o desatención, según el Papa, es el indicador que mide el valor de una sociedad. 

Por lo que “si la iglesia se desentiende de los pobres deja de ser la Iglesia de Jesús y revive las viejas tentaciones de convertirse en una élite intelectual o moral” (31).

EL CUIDADO DE LA CASA COMÚN, especialmente articulado en la Encíclica Laudato Si (32), en la que expone su preocupación por el medio ambiente y por la justicia social hasta lograr una “ecología integral".

¿El Papa Francisco fue de la derecha o de la izquierda? ¿Conservador o liberal? ¿Tradicionalista o revolucionario? Este dañino afán de etiquetar ideológicamente a las personas se resuelve en Francisco diciendo que, como todos los seres humanos, Bergoglio son todos los Bergoglios en uno (33), y que “si hubiera que definirlo de una sola vez, lo más justo sería decir que Francisco es un radical del Evangelio que otorga prioridad absoluta a los pobres…” (34).

En esta dimensión social del Evangelio radica, sin duda, la mayor novedad y aporte del cristianismo a la humanidad (35), el “plus” del cristianismo y el mayor énfasis y el mejor legado de Francisco a la Iglesia y al mundo: en volver a poner a Cristo – en el rostro del hermano próximo pobre – en el centro de la vida de la Iglesia y del mundo. 

Invito a todos los aquí presentes a comprometerse, por medio de esta Cátedra Universitaria, con esta exhortación y deseos que, los obispos latinoamericanos, manifestaron para todo nuestro continente, desde esta hermosa Quisqueya, en octubre de 1992.

Invito a todos los estudiantes, a sus padres y representantes, a todo el clero dominicano, a toda la ciudadanía dominicana y especialmente a sus líderes políticos, a los hombres y mujeres de empresa, a contribuir a la nobleza y grandeza de esta nación, de Latinoamérica, del Caribe y del mundo, formándose en los principios de la Doctrina Social de la Iglesia que esta Cátedra contiene y promulga.

Conferencia de Mario Paredes

Porque, todos los aquí presentes, junto con el bien amado Papa Francisco, de feliz memoria, podríamos repetir hoy el poema de mi paisano, el chileno Nicanor Parra (36):


“Quiénes son mis amigos
los enfermos
.................. los débiles
.................................... los pobres de espíritu

los que no tienen donde caerse muertos
los ancianos
................... los niños
.................................. las madres solteras
-los estudiantes, no porque son revoltosos-
los campesinos porque son humildes
los pescadores
....................... porque me recuerdan
a los santos apóstoles de Cristo
los que no conocieron a su padre
los que perdieron como yo a su madre
los condenados a cadena perpetua
en las llamadas oficinas públicas
los humillados por sus propios hijos
los ofendidos por sus propias esposas
los araucanos
los postergados una y otra vez
los que no saben ni siquiera firmar
los panaderos
..................... los sepultureros
amigos míos son
los soñadores - los idealistas
que entregaron su vida como Él,
en holocausto por un mundo mejor”.

Hasta poder cantar emocionados, como en tiempos pretéritos y con musa patriótica, lo hiciera un poeta de estas tierras: “¡Que linda en el tope estás /dominicana bandera! / ¡Quién te viera, quién te viera /más arriba, mucho más!” (37).

Gracias, querido y recordado Papa Francisco

Por mostrarnos el rostro de Cristo entre nosotros.

Gracias a esta prestigiosa casa de altos estudios. Y muy especialmente a la Escuela de Teología mi aprecio y gratitud

Gracias a los fundadores de la Catedra de Doctrina Social de la Iglesia

“Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez”

Gracias al Rev. P. Dr. Cecilio Espinal y a su Su Junta de Directores de esta Pontificia Universidad.

Nuestra admiración al Eminentísimo Señor Cardenal Nicolas de Jesús López Rodríguez 

Por su extraordinario legado a la Iglesia Dominicana y del Continente y por ser tan distinguido hijo de Quisqueya.

Muchas gracias por la invitación y por su interés de escucharme.

Que Dios nos bendiga a todos.

Cardenal López Rodríguez

Etiquetas: doctrina social de la iglesia