Saludo de Mario J. Paredes, presidente de la Academia de Líderes Católicos "No respaldamos a ninguna institución que pretenda ideologizar o manipular políticamente el evangelio de Jesucristo"

"Aprovecho para aclarar – definitivamente – que la Academia Internacional de Líderes Católicos no tuvo en el pasado, ni tiene en el presente, ni tendrá relación alguna - ni ideológica, ni política, ni económica - con la organización llamada El Yunque, de la que apenas supimos de su existencia, debido a la crisis surgida en días anteriores, por la presunta membresía, que en su juventud, dos de nuestros docentes, tuvieron en el pasado en dicha organización, ni con ninguna otra organización"
| Mario J. Paredes
La Academia Internacional de Líderes Católicos “es una fundación de derecho privado, sin fines de lucro, que busca formar católicos que, a partir de la experiencia cristiana, desarrollen su vocación política con la ayuda de la Doctrina Social de la Iglesia”, y tiene como misión “formar líderes, desde una perspectiva católica, arraigados en la fe de la Iglesia, para transformar el mundo social, político y económico, a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia”. (De la página web de la Academia).
Después de una breve crisis al interior de la Academia, de la renuncia de su director ejecutivo, del presidente el Señor Rocco Buttiglione por motivos personales y con la aprobación del consejo directivo, acepto la dirección de esta prestigiosa institución.
Acepto este encargo con gratitud por la confianza que depositan en mí, convencido de que la tarea de la Academia, en apoyo a la tarea evangelizadora de la Iglesia en el mundo, en la formación laical en la fe y especialmente en la Doctrina Social de la Iglesia, es una tarea urgente e irremplazable, sobre todo en tiempos y sociedades desorientadas, llenas de confusión y de medias verdades, con descrédito de sus dirigentes, con falta de autoridad moral en los guías civiles y religiosos, en medio de crisis de los particos políticos y de un permanente alejamiento de los valores humanos y evangélicos.
Acepto, con la misma vocación, la misma devoción y discreción y el mismo deseo de servir a la Iglesia y a la construcción del reinado de Dios en la sociedad que me ha acompañado en todas las tareas que he realizado y que me han encomendado, desde los años de mi juventud.
No tengo sino palabras de gratitud para el Señor Rocco Buttiglione, gran profesor de filosofía, insigne político democratacristiano italiano, laico comprometido y amigo personal de papas, por la amistad y confianza con la que me honra y distingue y por todo su empeño, tiempo y trabajo puestos en pro del progreso de nuestra Academia.
Del mismo modo, agradezco al Señor José Antonio Rosas por su trayectoria como fundador y baluarte de nuestra institución y por todo su empeño en darle a la Academia el importante puesto que hoy tiene en la Iglesia y en los veintidós países donde funcionamos.
Agradezco, al mismo tiempo, a todos los miembros – clérigos y laicos - del consejo directivo internacional, a todos los consejos directivos de la Academia en cada nación, al personal administrativo, docente y discente, por los esfuerzos mancomunados para construir nuestra Academia. A todos, los invito a continuar aunando esfuerzos para relanzar esta gran obra evangelizadora e ir construyendo “la mejor política”, con espacio-tiempos en los que sea posible la esperanza en “un cielo nuevo en una tierra nueva”.
Doy la bienvenida a la nueva directora ejecutiva de la Academia Internacional, la Doctora Lara Bersano Calot, quien con su experiencia de mujer y de gran profesional, nos aportará su enorme talento y trayectoria en pos de mejores tiempos y logros para nuestra institución.

Del mismo modo, aprovecho para aclarar – definitivamente – que la Academia Internacional de Líderes Católicos no tuvo en el pasado, ni tiene en el presente, ni tendrá relación alguna - ni ideológica, ni política, ni económica - con la organización llamada El Yunque, de la que apenas supimos de su existencia, debido a la crisis surgida en días anteriores, por la presunta membresía, que en su juventud, dos de nuestros docentes, tuvieron en el pasado en dicha organización, ni con ninguna otra organización. Y que no respaldamos a ninguna institución que pretenda ideologizar o manipular políticamente el evangelio de Jesucristo o la misión de la Iglesia Católica.
Como lo reza la misión y visión de nuestra Academia, arriba citadas, somos, eso sí, una organización para servir y apoyar la tarea evangelizadora, en la formación de líderes católicos para la sociedad y a la luz de la doctrina social de la Iglesia.
En mi vida y en esta tarea que asumo con esperanza, unido al anhelo de todos ustedes por una mejor Iglesia y un mundo mejor, me alienta el Evangelio y la memoria del bien amado Papa Francisco, quien animó – personal y concretamente a la Academia - a seguir adelante con nuestra tarea.