(Pedro Miguel Lamet).- Cuando me encontraba en Conil con mis hermanos, nos llegó la noticia que nuestro primo hermano Juan Miguel Lamet, hombre de cine, productor, guionista, que fue director general de cinematografía unos años y luego un gran profesor de guión en la Escuela muy querido y admirado por sus alumnos, había muerto. La muerte le sorprendió en Madrid una mañana en pleno agosto, como dice el Evangelio, de improviso, como ladrón.
Juan Miguel estuvo muy ligado a mi vida de adolescente, pues compartíamos cuarto, cuando desde Cartagena se trasladó a Madrid para hacer unas oposiciones de abogacía, como quería su padre. Pero el cine pudo más y las perdió. No olvidaré cómo lloraba mirando la calle desde ventana del salón de casa. A él en gran parte le debo mi afición a la literatura.
Para leer el artículo completo, pinche aquí