Carta abierta a José Mazuelos el día de su toma de posesión como obispo de Canarias "Queremos una Iglesia más colegial y fraterna, más sinodal, donde los ministerios se entiendan desde la pluralidad de dones y carismas"

El Papa saluda a José Mazuelos
El Papa saluda a José Mazuelos

"Más cerca de África que de la Península Ibérica, con relaciones históricas con América, y una idiosincrasia isleña. Somos un espacio pluricultural y abierto, fruto de las múltiples aportaciones recibidas y enviadas"

"Hemos sido tierra de emigrantes, vinculados a América casi siempre y en el caso particular del Sáhara al continente africano. Somos puerto de llegada para muchos hermanos y hermanas que vienen en cayucos y pateras, con el dolor del viaje y el sufrimiento de las ausencias de los que encontraron su tumba en el mar"

Estimado José, hermano en el Espíritu de Jesús, que, a todos nos hace hijos e hijas libres del Padre común (Ga 4,4-7).

Al tener noticia de su nombramiento como obispo de nuestra Diócesis de Canarias le enviamos nuestro más sincero y cordial saludo de bienvenida. Agradecemos la carta que nos envió al ser nombrado y compartimos la ilusión de poder vivir juntos la Alegría del Evangelio. Con nuestra respuesta hoy, manifestamos el deseo de que, desde el primer momento se sienta entre nosotros y nosotras acogido como un hermano que, generosamente desea servir a nuestra comunidad en la fe, la esperanza y el amor. Cuente con nuestra ayuda, apoyo y oración.

Aprovechamos la ocasión para compartir algunas reflexiones, que puedan ayudarle en el proceso de encarnación en esta nueva realidad que le toca vivir y en estos tiempos tan convulsos para todos y para todo.   

La nuestra es una Diócesis plurisecular. Está presente en una comunidad humana marcada por la insularidad, la posición geográfica entre tres continentes, una historia política y socioeconómica diferenciada, y una trayectoria de evangelización determinada.  Más cerca de África que de la Península Ibérica, con relaciones históricas con América, y una idiosincrasia isleña. Somos un espacio pluricultural y abierto, fruto de las múltiples aportaciones recibidas y enviadas. 

Obispado de Canarias
Obispado de Canarias

Este carácter insular, ofrece elementos comunes y diferenciados. Dos Diócesis canarias, con escasa relación interna, pese a compartir similares problemas y esperanzas.

La historia ha ido creando unas estructuras y características socioeconómicas muy particulares, marcadas además por el llamado “pleito insular” tan arraigado. Eso ayuda a entender a las gentes que vivimos y realizamos aquí nuestro compromiso cristiano, por la construcción del reino de Dios.

Aumenta la exclusión en Canarias

En los datos analizados por el informe FOESSA 2019, que ya conoce, Canarias aparece como la única Comunidad donde los niveles de exclusión han crecido en los últimos cinco años. En el pasado mes de abril, el número de hogares sin ningún ingreso rebasó el 30%; las personas paradas de larga duración sobrepasan el 48% de los desempleados, que alcanzan ya un 20%. La Diócesis presenta así mismo, una tasa de pobreza y desigualdad alta, pues el 64% de los residentes canarios viven al límite de sus posibilidades y el 36% de las personas están en riesgo de exclusión social. El turismo, que ha sido el modo de vida para infinidad de canarios en las últimas décadas, ha entrado en crisis como consecuencia de la pandemia.  Está repitiéndose una vez más, la experiencia dura de otros momentos históricos, ya que la dependencia de un único recurso (siempre en “monocultivo”) es lo característico en las Islas. Pensamos, que se trata de situaciones estructurales, que también deben ser evangelizadas.

Hemos sido tierra de emigrantes, vinculados a América casi siempre y en el caso particular del Sáhara al continente africano. Somos puerto de llegada para muchos hermanos y hermanas que vienen en cayucos y pateras, con el dolor del viaje y el sufrimiento de las ausencias de los que encontraron su tumba en el mar.  Somos también lugar de arribada por avión de ‘migrantes de retorno’ de Venezuela y Cuba y de personas latinas en general.  Vienen buscando una vida mejor para sus familias, que le es negada en los países de origen, por los mecanismos perversos de carácter económico, político, ideológico y social, generados en nuestro Primer Mundo. 

Protocolo de reinicio de catequesis en Canarias
Protocolo de reinicio de catequesis en Canarias

Estamos seguros de que, como Obispo, le anima la capacidad de escucha y la voluntad de cercanía, para, en sintonía con el Papa Francisco, impregnarse de nuestro “olor a oveja”. Queremos contribuir a ello con nuestro compromiso, desde una actitud de diálogo leal y fraterno.

Urgencias, preocupaciones y esperanzas

Permítanos que, como modo de entender y hacer visible la comunión en nuestra comunidad diocesana, compartamos algunas de nuestras urgencias, preocupaciones y esperanzas, en las que nos sentimos comprometidos.

Quisiéramos ahondar en:

 El abandono masivo de los “fieles”, que aquí, como en todas las viejas iglesias de occidente, hace tiempo que se viene produciendo: las clases trabajadoras e intelectuales, muchas mujeres  y ahora, las nuevas generaciones jóvenes. 

La Iglesia ha dejado de ser, para una gran mayoría, referente ético y moral, e incluso espiritual. Bautizos, primeras comuniones y funerales, son casi las únicas ocasiones que justifican la asistencia a la iglesia. Lo más potente todavía es la religiosidad popular, que se agrupa en torno a la Patrona de cada isla.

 Pese a los esfuerzos e iniciativas de formación y compromiso, del clero, laicado, religiosos y religiosas, de las parroquias, movimientos y asociaciones religiosas, no conseguimos transmitir “la alegría del evangelio” y son muchas las personas que buscan satisfacer su vacío en otras tradiciones religiosas y espirituales porque no encuentran en la Iglesia respuesta a sus aspiraciones y problemas. 

Acusamos un distanciamiento progresivo de las personas jóvenes respecto a la Iglesia y el Evangelio de Jesús. Desde la exhortación Christus Vivit nos sentimos especialmente urgidos a la escucha y acompañamiento de la juventud, independientemente de sus ideas, valores, actitudes o sentimientos.

Percibimos que, como Iglesia nos persigue un cierto pesimismo.  Se tiende a hacer una lectura negativa de la situación de la sociedad: crisis de valores, hedonismo, relativismo moral, indiferencia… La imagen que se proyecta es la de una Iglesia autorreferencial, replegada sobre sí misma y muchas veces desconectada de la realidad de la gente. 

El clero ha envejecido y es escaso para afrontar las necesidades pastorales de esta hora. Pensamos, sin embargo, que hay un laicado cada vez más formado y maduro. Es sugerente lo que escribía hace unos años el Arzobispo de Poitiers, “Nosotros ya no tenemos el personal suficiente para una división territorial de muchas parroquias. O bien lo consideramos una desgracia y resacralizamos al cura, o bien, apoyamos a los bautizados para que sean adultos en la fe, formados y capacitados para asumir la responsabilidad de las comunidades.   Estoy convencido de que, si los laicos siguen siendo menores de edad, la Iglesia no tendrá credibilidad” (Mons. A. Rouet).

La estructura eclesiástica se acomoda con frecuencia a las estructuras sociopolíticas, incorporando modos de ser y expresiones en los que resulta difícil reconocer el estilo de Jesús de Nazaret. En el espíritu del Vaticano II, queremos reforzar el discernimiento de los signos de los tiempos, la capacidad para entender y dialogar con la sociedad de la que formamos parte y, desde luego, volver a las fuentes para nutrirnos de ellas. 

Imagen de la Virgen del Pino, patrona de Canarias
Imagen de la Virgen del Pino, patrona de Canarias

Nos sentimos comprometidos en la nueva evangelización; pero queremos hacer juntos una profunda autocrítica, con la conversión de personas y estructuras. Queremos entender que lo nuevo de la evangelización   no se reduce al empleo de nuevas técnicas y recursos. Ojalá que podamos realizar juntos la difícil escucha para detectar los valores y perspectivas nuevas emergentes en la historia, no solo para comunicar sino también para entender la Buena Noticia.

Reconocemos la riqueza que tiene nuestra Diócesis con el Instituto Superior de Teología (ISTIC) que cuenta, además, con un aula abierta, la Escuela de Formación Sociopolítica y Fe Cristiana, nacida del IX Sínodo Diocesano. La Escuela tiene el compromiso de ser un ámbito formativo de análisis de la realidad y encuentro con otras corrientes de pensamiento, animada por   la DSI. Por otra parte, Cáritas Diocesana mueve alrededor de unas 1.128 personas voluntarias repartidas en arciprestazgos y parroquias. El apostolado seglar organizado tiene un papel destacado y el Plan Diocesano de Pastoral, que fomenta la espiritualidad y el compromiso laical, viene animando desde hace cinco años grupos y comunidades parroquiales

Retos para la Iglesia de Canarias

Con todo, ya que podemos dirigirnos a usted personalmente, hablemos de algunos retos para nuestra Iglesia diocesana, que constituyen signos de los tiempos, o llamadas de Dios:

La reforma de la estructura ministerial de la Iglesia: hacerla más colegial y fraterna, más sinodal, donde los ministerios se entiendan desde la pluralidad de dones y carismas, como ejercicio de corresponsabilidad (1Co 12, 4-6); que se haga patente la dimensión sociopolítica de la fe y la conciencia de que los laicos y laicas también son la iglesia. Creemos que la misión es siempre misión compartida, tanto en la ejecución, como en su discernimiento y las decisiones que se tomen para llevarla a cabo.  Ojalá reforcemos las grandes intuiciones, objetivos y acciones del IX Sínodo Diocesano (1992).

Nos parece que estamos ante una apremiante llamada a entender que la presencia, cada vez más cualificada de la mujer en la sociedad y en la Iglesia es una buena noticia y no una amenaza. Las mujeres – pese a ocupar lugares destacados en la evangelización- continúan siendo “invisibilizadas”.  Urge el ejercicio de la corresponsabilidad, sin discriminación. “Si pierde a las mujeres, la Iglesia se expone a la esterilidad”, ha dicho el Papa Francisco (Revista Civiltà Cattolica)

Deseamos analizar juntos las propuestas de las Ciencias Sociales, de la Antropología, de la Psicología, etc. para la recuperación del sentido positivo del cuerpo en coherencia con el sentido de la creación (Gn 1,26-31) y de la encarnación (Jn 1,14). Revisar la sexualidad y las distintas formas en que puede ser vivida, así como los modelos de organización familiar que de ellas se derivan.

Mazuelos, con las monjas, en Viernes Santo
Mazuelos, con las monjas, en Viernes Santo

Queremos dialogar sobre la mutua interdependencia de todos los elementos del sistema de la vida en la tierra.  La pandemia nos lo ha vuelto a recordar. Creemos que el Plan Pastoral debe recoger el grito de la tierra y recuperar el sentido de la creación y la comunión con ella y su cuidado, en la línea señalada en la encíclica Laudato si. 

Son muchos los problemas socioeconómicos y culturales que aquejan a nuestra tierra y ante los que esperamos buscar salidas juntos.  Las desigualdades y la precariedad laboral, o la grave situación que representa la llegada de migrantes y las muertes frecuentes en el mar, nos hablan de causas estructurales que, lejos de resolverse se acentúan. No somos indiferentes ni neutrales. La fe nos llama al compromiso sociopolítico por la transformación de esta sociedad injusta. Los profetas de Israel y el propio Jesús nos enseñaron a tomar partido por los más empobrecidos, los descartados, víctimas de injusticias casi siempre estructurales. 

Somos conscientes de que estos retos y otros muchos más, plantean problemas muy complejos; pero pensamos, que el mejor instrumento para afrontarlos es el discernimiento permanente en el diálogo fraterno (un auténtico proceso sinodal) que le tocará presidir y animar. Tenemos mucha esperanza. 

 Oramos a Dios pidiendo que crezca en esta comunidad diocesana la compasión de Jesús. Confiamos en que, siguiendo la voz del Papa Francisco, fomente la comunión misionera en nuestra Iglesia diocesana, siguiendo el ideal de las primeras comunidades cristianas (cf. Hch 4,32). Esperamos que nos anime en    la comunión dinámica, abierta y misionera; que aliente y procure la maduración de los mecanismos de participación que propone el IX Sínodo Diocesano (1992) y otras formas de diálogo pastoral, con el deseo de escuchar a todos y generar procesos participativos.

Confiamos en que unas veces caminará delante para indicar el camino y cuidar la esperanza del pueblo. Que otras, estará en medio de todos con su cercanía, sencilla y misericordiosa. Sin perder de vista que, en ocasiones, su lugar estará caminando detrás del pueblo para ayudar a los rezagados y, sobre todo, escuchar, porque el Pueblo de Dios también tiene su olfato para encontrar nuevos caminos (EG n. 31).

Cuente con nosotros y nosotras. El Espíritu de Jesús no nos fallará: “son tiempos para escuchar, contemplar la realidad y orar juntos” (Papa Francisco).

Bienvenido, hermano José, obispo de Canarias.

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