"La gravedad de la situación de la Tierra y la humanidad hace imprescindible cambios en las mentes" La urgencia de un pacto social planetario

El Impacto de la mano del hombre  en el planeta
El Impacto de la mano del hombre en el planeta Kyle Glenn

El hecho es que estamos en una nueva fase de la Tierra y de la humanidad: la fase de la irrupción de la Casa Común. La Covid-19 nos dio una lección que todavía no hemos aprendido: no respetó los límites ni las soberanías de las naciones. Mostró que hay una única Casa Común y que toda ella puede verse afectada, pero no hemos sacado ninguna lección de este hecho

Los pueblos dispersos por los continentes están volviendo de su exilio milenario y creando la Casa Común, en la cual todos caben dentro (con sus mundos culturales particulares)

Es imperativo un centro plural, democrático, que represente a los pueblos de la Tierra para administrar los problemas planetarios y de la naturaleza y encontrar, democráticamente, una solución para nosotros y para la naturaleza

Reina demasiada inconsciencia y profundo negacionismo en el mundo, tan graves que pueden costarnos la vida en este planeta. El hecho es que estamos en una nueva fase de la Tierra y de la humanidad: la fase de la irrupción de la Casa Común. La Covid-19 nos dio una lección que todavía no hemos aprendido: no respetó los límites ni las soberanías de las naciones. Mostró que hay una única Casa Común y que toda ella puede verse afectada, pero no hemos sacado ninguna lección de este hecho. Bien dijo el italiano Antonio Gramsci, el gran teórico de la política: la historia nos da lecciones, pero casi no tiene alumnos. Poquísimos han asistido a esta escuela y los que menos la frecuentaron han sido y son los poderosos de este mundo, que piensan más en sus economías que en salvar la vida humana y la de la naturaleza.

Venimos de un tiempo ya pasado y obsoleto, el del Tratado de Westfalia de 1648 que creó la soberanía de los Estados. Después de él, la Tierra y la humanidad cambiaron considerablemente. Los pueblos dispersos por los continentes están volviendo de su exilio milenario y creando la Casa Común, en la cual todos caben dentro (con sus mundos culturales particulares). Gran parte de las tensiones y guerras actuales se hacen dentro de este marco superado de las soberanías nacionales. No hemos despertado al nuevo tiempo de la unificación del mundo y de la especie humana junto con la naturaleza para que podamos salvarnos.

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Es urgentísimo que hagamos un pacto social mundial planetario, así como hicimos el pacto social de nuestras sociedades y el de Westfalia: un pacto cuyo fin es la salvaguarda de la vida y de la biosfera, amenazadísimas por la razón enloquecida, pues ha creado los instrumentos para su propia destrucción. Es imperativo un centro plural, democrático, que represente a los pueblos de la Tierra para administrar los problemas planetarios y de la naturaleza y encontrar, democráticamente, una solución para nosotros y para la naturaleza.

Tierra y humanidad son parte de un vasto universo en evolución y tienen el mismo destino. La Tierra forma con la humanidad una única entidad compleja y sagrada, que se ve claramente cuando es observada desde el espacio exterior, como han testimoniado los astronautas. Además, la Tierra está viva y se comporta como un único sistema autorregulado formado por componentes físicos, químicos, biológicos y humanos que la hacen propicia a la producción y reproducción de la vida y por eso es nuestra Gran Madre y nuestro Hogar Común.

La Madre Tierra
La Madre Tierra

La ciencia nos ha mostrado que la Madre Tierra está compuesta por un conjunto de ecosistemas en los cuales ha generado una multiplicidad magnífica de formas de vida, todas ellas interdependientes y complementarias, formando la gran comunidad de la vida. Existe un lazo de parentesco entre todos los seres vivos porque todos somos portadores del mismo código genético de base que funda la unidad compleja de la vida en sus múltiples formas. Por tanto, reina una real hermandad entre todos los seres, especialmente entre los humanos, cosa bellamente descrita por el Papa Francisco en  su encíclica Fratelli tutti (2025): todos, naturaleza y seres humanos como hermanos y hermanas. La humanidad como un todo es parte de la comunidad de vida y el momento de conciencia y de inteligencia de la propia Tierra, haciendo que a través del ser humano, hombre y mujer, ella contemple el universo y nosotros seamos la propia Tierra que habla, piensa, siente, ama, cuida y venera.

Es importante, sin embargo, observar que elcontrato social actual ha adquirido un papel inflacionario y exclusivista. Ha propiciado el antropocentrismo, denunciado por la encíclica Laudato sí del Papa Francisco. Ha instaurado estrategias de apropiación y de dominación de la naturaleza y de la Madre Tierra creando una inmensa riqueza para pocos y una humillante pobreza para la mayoría. El modo de producción vigente en los últimos siglos, actualmente globalizado, ha escindido a la humanidad entre los que tienen y comen y los que no tienen y no comen, es decir, no ha conseguido responder a las demandas vitales de los pueblos, dividiendo en dos a la humanidad. Este es un motivo más para establecer un contrato social planetario que englobe a todos, permitiéndoles una vida decente y rica en virtualidades creativas.

Una llamada de atención sobre el futuro del planeta
Una llamada de atención sobre el futuro del planeta Pixabay

La conciencia de la gravedad de la situación crítica de la Tierra y de la humanidad hace imprescindible cambios en las mentes (cuidar de la Tierra como Gaia) y en los corazones (establecer un lazo afectuoso y cordial con todos los seres) y la forja de una coalición de fuerzas en torno a valores comunes y principios inspiradores que sirvan de fundamento ético y de estímulo para prácticas que busquen un modo de vida sostenible. Con este objeto se elaboró La Carta de la Tierra, bajo la coordinación de M. Gorbachov y un grupo de cerca de 20 personas de distintos saberes, en la cual tuve el honor de participar.

Durante años se realizó una consulta en todos los estratos sociales para definir tales principios y valores. Resultó un documento de gran belleza y profundidad que puede ser leído en internet. Asumida por la UNESCO en 2003 se propone, además de otros fines pedagógicos, crear las bases de un contrato social planetario. Hoy está siendo divulgada y estudiada en no pocos países, creando un nuevo espíritu con respecto a la Tierra y a la vida. Llegará el día en que podrá ser el fundamento de lo que estamos buscando urgentemente: un contrato social planetario que garantice a todos un buen vivir y convivir dentro de la Casa Común.

Consulte: https://cartadaterrainternacional.org; véasetambién El Bien Común de la Tierra y de la Humanidad, elaborado por Miguel d’Escoto Brockmann, cuando era Presidente de la Asamblea de la ONU 2008-2009, y Leonardo Boff en: https://mst.org.br, como base para una nueva configuración de la ONU.

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