Dos manos










DOS MANOS

Ahorradme las palabras, habría dicho.

¿Puede el fuego guardarse en una arqueta?

Despojad de artificio este milagro

de Hombre en despedida.

Y quedaron sus manos en un gesto

de cascadas y mar en precipicio,

un cosmos encerrado en una hogaza

que se parte en silencio.

Dos manos que aún estaban casi intactas.


Pedro Miguel Lamet
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