VIII aniversario de la renuncia de Benedicto XVI, "algo que le agradeceremos siempre" Gabriel Mª Otalora: "Ratzinger tuvo la humildad de reconocer que no podía contrarrestar la corrupción y las luchas de poder en el Vaticano"

La renuncia de Benedicto XVI
La renuncia de Benedicto XVI

"El 28 de febrero de 2013 quedó vacante la sede papal en Roma. Benedicto XVI renunciaba por sorpresa, un hecho que no se producía en un Papa desde 1294, con Celestino V"

"El papado de Benedicto XVI estuvo  marcado por las luchas de la curia, la pederastia y la corrupción económica. Sin olvidar el caso 'Vaticanleaks'"

"Su conservadurismo a ultranza en otros temas no puede empañar el acto valeroso de su renuncia que hubiese sido perfecta dejando de revestirse de blanco, como si siguiera en activo"

"La actitud humilde de Benedicto XVI en la renuncia ha permitido un chorro de aire fresco en el Vaticano más turbio y esto es algo que se lo agradeceremos siempre"

El 28 de febrero de 2013 quedó vacante la sede papal en Roma. Benedicto XVI renunciaba por sorpresa, un hecho que no se producía en un Papa desde 1294, cuando Celestino V después de un pontificado convulso. Lo cierto es que solamente ha ocurrido esto en cuatro ocasiones a lo largo de la historia del papado. En el caso de Benedicto XVI, su renuncia se produjo con casi 86 años y la explicación que dio fue que ya no tenía fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino.

Atrás quedaron la intensa colaboración con Henri de Lubac Hans Urs von Balthasar,así comosu encíclica Caritas in veritate (2009), que merece una reflexión por su innegable actualidad: relaciona el amor con  la verdad y la economía. Y esta, a su vez, con la ecología. Denuncia la actual redistribución de la riqueza, reclama la justicia y el bien común dejando claro que el ser humano está por encima del beneficio económico. Denuncia el capitalismo salvaje, la codicia y la avaricia financiera y el egoísmo neocolonial que reclaman una globalización solidaria y un nuevo orden económico con un papel más activo de los Estados.

La razón es clara: la crisis nace de un déficit de ética en las estructuras económicas.  La pena es que su valiente alegato pastoral haya quedado sepultado por el alejamiento que tuvo de algunas cuestiones clave del Concilio Vaticano II recordando a veces su paso por la Congregación para la Doctrina de la Fe, conocida como la Inquisición, lo que le sigue granjeando las simpatías del ala más ultramontana de la Iglesia.

Renuncia de Benedicto

Joseph Ratzinger tuvo la humildad de reconocer que no podía contrarrestar la corrupción y las luchas de poder internas en el Vaticano al tiempo que entregaba a su sucesor, Francisco, un verdadero “libro negro” sobre la realidad institucional eclesial que Juan Pablo II tampoco fue capaz de encarar ni enderezar.

Recordemos el antecedente cercano del Banco Ambrosiano y sus estrechos lazos financieros con el Instituto para las Obras de Religión (IOR), al borde de la insolvencia e incapaz de explicar la procedencia de casi 1300 millones de dólares cuando el Banco Vaticano se había convertido en su accionista mayoritario. Sindona, relacionado con la mafia (logia P2) que llegó a ser consejero financiero del Vaticano, fue asesinado. Calvi, “el banquero de Dios”, apareció colgado en el Támesis. Sin olvidarnos de la sombra alargada del temible cardenal Marzinkus, acusado de liderar gravísimas irregularidades económicas, entre otras cosas peores, en medio de todas las tramas.

Si lo menciono, es para ponernos en situación sobre lo que Benedicto XVI se encontró, corregido y aumentado por la pederastia, que no tardaría en eclosionar con las resistencias que todavía vemos en las investigaciones que siguen saliendo junto a las resistencias feroces a las reformas impulsadas por Francisco. El papado de Benedicto XVI estuvo  marcado por las luchas de la curia, la pederastia y la corrupción económica. Sin olvidar el caso “Vaticanleaks” con el robo y filtración masiva de documentos privados, que salpicó al cardenal español Julián Herranz y al mayordomo personal del Papa. El diario L'Osservatore Romano describió entonces al Papa como “un pastor rodeado de lobos”.

Su conservadurismo a ultranza en otros temas no puede empañar el acto valeroso de su renuncia que hubiese sido perfecta dejando de revestirse de blanco, como si siguiera en activo prescindiendo del título de su santidad y retirado en su Baviera natal; se habría evitado quizá muchas presiones que ha soportado por los que siguen en su empeño de desestabilizar a su sucesor.

Los ataques directos que sufre el Papa Francisco iluminan el calvario que tuvo que pasar Benedicto XVI en su intento de  limpiar el IOR y las finanzas vaticanas de la criminalidad económica que ha caracterizado los últimos tiempos vaticanos, donde la institución eclesial no es que fuera más importante que el Mensaje, sino que ha sido convertida en un problema penal. La actitud humilde de Benedicto XVI en la renuncia ha permitido un chorro de aire fresco en el Vaticano más turbio y esto es algo que se lo agradeceremos siempre.

Gracias a que ha dejado el paso libre a otro pontífice, tenemos un profeta revestido de Papa Francisco que trata de completar lo que ya iniciara Juan Pablo I al más puro ejemplo de Jesús de Nazaret. Joseph Ratzinger puede celebrar el aniversario de su renuncia con los deberes hechos y un sucesor a la altura del problema. Laus Deo

Renuncia de Ratzinger
Renuncia de Ratzinger

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