Religiosa vedruna en la comunidad de l'Eixample y miembro de 'Alcem la Veu' Carme Molist: "La revuelta de mujeres en la Iglesia es imparable"

Carme Molist, hermana Vedruna e integrante de 'Alcem la veu'.
Carme Molist, hermana Vedruna e integrante de 'Alcem la veu'.

"Como mujeres creyentes y feministas denunciamos la discriminación y la vulneración de nuestros derechos en la Iglesia católica, y abogamos por una institución donde las voces de las mujeres cuenten, participen y lideren en las condiciones que los hombres”

"El papa Francisco está dando pequeños pasos en esta línea de inclusión de la mujer. Creo que no hace más por la oposición que recibe de tantas bandas, de tanto machismo como tiene en el entorno. Valoramos estos gestos pero hay que dar pasos más atrevidos y más rápidamente"

"Somos Iglesia, ¡es nuestra casa! Tristemente muchas se han ido, pero es desde dentro, sin parar y sin cansarnos, que debemos ir consiguiendo lo justo, urgente y necesario que cambie ya"

Foc Nou - Carme Molist es religiosa Vedruna y está convencida de que “acompañar el crecimiento integral de niños y jóvenes es la tarea más bonita del mundo”. Por eso se ha dedicado de siempre y con gran entusiasmo a la educación ya la pastoral de adolescentes y jóvenes. Su trayectoria es larga (Plana de Vic, Vallès, Barcelonés, entre otros) con paréntesis de dos años en Roma, otros dos en Kivu del Norte (RD Congo); pero la etapa más reciente y significativa le ha llevado a vivir 21 años en el barrio de la Florida de L'Hospitalet, desarrollando paralelamente la labor educativa en la escuela Vedruna del Raval durante 18 años. “Creo firmemente que el sitio que pisas te configura, y a mí tantos años en el Raval y en la Florida me han tocado y cambiado profundamente”, reconoce.

Carme explica “con mucha pena”, que hace 4 años se cerró la comunidad de L'Hospitalet, por falta de relevo y por el envejecimiento y la enfermedad de las hermanas que estaban allí. Actualmente vive en una comunidad en el Eixample (“toda otra realidad”), pero sigue colaborando y manteniendo la relación con la parroquia y tanta gente conocida y querida de Hospitalet. El pasado domingo 5 de marzo fue una de las numerosas mujeres que se reunieron ante la Catedral de Barcelona convocadas por 'Alcem la veu' para reivindicar la igualdad y la dignidad de la mujer en la Iglesia.

¿Desde cuándo pertenece a mujeres Alcem la veu y por qué forma parte?

Ya había participado en algunos actos del Colectivo de Mujeres en la Iglesia que durante tantos años ha sido la gota constante para intentar ir agujereando la piedra dura de la discriminación de la mujer en la Iglesia. Conocí a Alcem la Veu en la primera concentración ante la catedral en marzo del 2020, unos días antes del confinamiento por la pandemia. Junto con una compañera de comunidad decidimos formar parte de ella, convencidas de la necesidad de colaborar con ellas. El objetivo lo valía. Nos definimos como "mujeres creyentes y feministas de diferentes diócesis catalanas que denunciamos la discriminación y la vulneración de nuestros derechos en la Iglesia católica, y abogamos por una institución donde las voces de las mujeres cuenten, participen y lideren en las condiciones que los hombres”.

¿Se van uniendo más mujeres al movimiento? ¿Tienen interés las jóvenes?

Sí, cada año se unen más. ¡Hay unas cuantas jóvenes bien implicadas y queremos que sean muchas más! Hay un rasgo muy simpático: Pilar, Isabel y Gloria, son tres generaciones de una misma familia: abuela, madre e hija que están a todas, bien convencidas e involucradas. ¡Es fantástico!

¿Cuáles son las principales reivindicaciones de este año?

Seguimos reivindicando la igualdad y la dignidad de la mujer en la Iglesia "hasta que la igualdad se haga costumbre", como dice el eslogan. Este año pedimos a la institución que “caminen con los zapatos de las mujeres”, que se pongan en nuestra piel. Les decimos que tenemos propuestas para hacer juntos, en igualdad, ir haciendo realidad una Iglesia plenamente acogedora, que escuche y reconozca todas las voces. El símbolo de los zapatos de mujer, varios, en las escaleras de la catedral, ha tenido un peso específico en la concentración.

Dentro de sus reivindicaciones, ¿qué papel juega la posibilidad de sacerdocio femenino?

Pedimos la igualdad en la Iglesia en todos los ámbitos, juntos hombres y mujeres construyendo la Iglesia de Jesús, más pobre, más sencilla, más evangélica, más acogedora de todos y todas. Iglesia en salida de la que tanto habla el papa Francisco, Iglesia de mesa compartida donde no existan diferencias por razón de género. ¡Ya toca! ¡Basta de patriarcalismo y de argumentos que hoy, en pleno siglo XXI, no tienen sentido de ser, no se aguantan! Las mujeres deben poder acceder a cualquier ministerio.

¿Es la Iglesia actual misógina?

La definición de misógina según el diccionario es "que tiene aversión, odio a las mujeres". La encuentro un calificativo muy fuerte que no podría atribuir tal cual a la Iglesia. No es aversión, ya que estamos y se nos necesita. Si por misógina entendemos que no tiene confianza suficiente en las mujeres, que se nos discrimina, entonces sí puedo afirmar que en general es así. Cómo les cuesta acogernos en plan de igualdad en los órganos de decisión, acoger nuestras propuestas y nuestras críticas, creer que muchas cosas, todas, las podemos hacer igual de bien o mejor que los hombres.

¿Considera insuficientes los nombramientos de mujeres hechos por el papa Francisco en los últimos tiempos?

Nos hemos alegrado mucho de estos nombramientos. Francisco está dando pequeños pasos en esta línea de inclusión de la mujer. Creo que no hace más por la oposición que recibe de tantas bandas, de tanto machismo como tiene en el entorno. ¡Valoramos estos pequeños pasos pero son totalmente insuficientes! Morirá y moriremos en el intento si no se dan pasos más atrevidos y más rápidamente. Yo quiero verlo.

¿Cree que esta revuelta de mujeres en la Iglesia es imparable?

Creo que sí. ¡Será imparable! No daremos marcha atrás. La revuelta se va extendiendo como una mancha de aceite. El acto reivindicativo del pasado 5 de marzo se ha llevado a cabo en 21 diócesis del Estado y cada año se añaden más.

¿Tienen complicidad con feministas ajenas al ámbito católico?

Los colectivos Catholic Women Council, Voices of faith, Revuelta de Mujeres..., con quienes nos relacionamos, coordinamos y participamos en sus propuestas, mantienen relación con colectivos feministas de otras Iglesias cristianas y confesiones. También participamos en debates y jornadas con mujeres de otras confesiones. A nivel individual, muchas de nosotros nos relacionamos con mujeres creyentes y con no creyentes y debatimos sobre este tema. Sabemos cómo en la inclusión de la mujer, otras Iglesias cristianas van más avanzadas que la católica y las miramos con cierta envidia. Sin embargo, también tienen sus problemas.

Hay quien se pregunta por qué las mujeres se empeñan en seguir formando parte de una institución en la que se sienten discriminadas. ¿Qué opina?

Somos Iglesia, ¡es nuestra casa! Tristemente muchas se han ido, pero es desde dentro, sin parar y sin cansarnos, que debemos ir consiguiendo lo justo, urgente y necesario que cambie ya. Cuántos pueblecitos donde no hay presbíteros hombres, las mujeres mantienen la puerta de la parroquia abierta, se reúnen y mantienen vivo el rescoldo de la fe en aquellos lugares.

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