"El hombre de rodillas es un muerto andante, apartado de toda consideración, de todo afecto. También se le considera impuro legal y religiosamente"
"Hay un momento de suspensión. ¿Qué sucederá? ¿Pronunciará Jesús una fórmula? Marcos entra por un momento en la psicología de Jesús y constata que está conmovido, es decir, literalmente: 'se le mueven las entrañas'"
"El leproso había quebrantado la ley al acercarse a Jesús. Jesús había violado la ley al tocarlo. Ahora son dos ilegales, ambos en el mismo bando"
"Ella se levanta e inmediatamente va a ofrecer algo a los presentes. No se toma tiempo para convalecer, ni siquiera hay tiempo para sorprenderse, para asombrarse por esa repentina recuperación"
"Y Jesús salió corriendo de la sinagoga. Es sensible al dolor. Pero también es sensible a la amistad"
"A Jesús le basta con revelar su identidad para curar, sanar, liberar. No le importa ningún reconocimiento, ninguna prueba pública de su grandeza"
"Jesús seguía siendo el Señor Nadie. Sin embargo, sus palabras parecen creíbles, no como las de 'otros'. Hay una diferencia. El asombro atonta a la gente"
"No basta con decir la verdad, ni siquiera sobre Dios. Los que dicen cosas correctas pueden ser impostores. Y desacreditar no basta para merecer la corona de la autenticidad"
"Marcos (1,14-20) enlaza los dos destinos, el del hombre encarcelado y el del hombre libre, como si alguien en este mundo tuviera que pagar para que otros puedan disfrutar de la libertad de expresión"
"Al pasar, ve a Simón y Andrés, el hermano de Simón. Hacen un amplio gesto con los brazos: echan las redes al mar"
"Aquellos dos estaban trabajando, y la invitación de Jesús les llega por detrás, de sopetón, mientras ellos están empeñados en hacer otra cosa, algo que necesitan para ganarse la vida"
"Luego Jesús va un poco más lejos. Ve a otros dos hermanos: Santiago, hijo de Zebedeo, y Juan. Estaban en sus barcas arreglando sus redes, pescadores también. En cuanto los ve, los llama inmediatamente"
"El mensajero prepara el camino a los que vendrán en una historia que nos implica, en la que estamos dentro. Vemos más allá de él caminos que se deshacen y se enderezan en sus giros, que se redibujan. Son nuestros"
"Su sobriedad es escasa, salvaje. Tiene el hedor del solitario que repele a la sociedad civilizada"
"Los dioses paganos también salían del agua, pero Jesús no es Neptuno, no tiene tridente ni carro tirado por caballos marinos. No tiene corona ni atuendo real. Está desnudo"
"Juan se precipita, adelanta a Pedro y llega el primero con el corazón en la garganta. Se agacha. Mira. Sin duda, el alba debe de haber iluminado el cielo. Desde el agujero ve las sábanas tendidas en el suelo. Vacías"
"Nos encontramos, pues, con personas en la frontera entre la fe y la no fe, que no hablan la lengua del pueblo elegido, pero que buscan, que desean adorar a Dios sinceramente después de haberlo encontrado"
"¿Qué hacer cuando los que quieren encontrarse con Jesús no parecen tener una identidad clara y precisa? ¿Qué hacer con los que escapan a las categorías clásicas que nos hacen juzgar a las personas?"
"Permanecer intacta, intangible, cerrada en la pequeña perfección de la semilla, es morir, agriarse por dentro, secarse íntimamente"
"Jesús está fabricando con sus divinas manos humanas un látigo. Y rápidamente vemos ese azote de Dios cayendo sobre todo"
"Tendría que realizar un milagro capaz de demostrar que no se trataba del arrebato de un loco, sino de una acción que revelara que actuaba en nombre de Dios, como él afirma, al actuar dentro del recinto del templo"
"Y Jesús, como siempre, evita la exigencia de un triunfo descarado. El suyo es un poder diferente, desnudo precisamente porque es absoluto"
"Y allí en el desierto -lugar de prueba y de oración- Jesús permanece cuarenta largos días. Huye del pueblo y de todo posible triunfalismo mesiánico. Y está solo"
"No hay ningún ser amaestrado que le acompañe. No hay gatito, ni perro fiel: sólo fieras salvajes y presencias angélicas"
"Su precursor había sido enjaulado: era, pues, su turno. El tiempo de espera había terminado"
"En 'La pagina che illumina', Spadaro recoge esta larga experiencia de lector, o mejor dicho: de quien durante décadas ha entablado un verdadero combate cuerpo a cuerpo con escritores de todo el mundo, volviéndolos a proponer a los lectores italianos bajo una luz tan inédita como precisa y a menudo sorprendente"
"Spadaro busca al hombre porque para él vida y literatura están estrechamente entrelazadas y es mortal separarlas, deshacer o cortar el nudo"
"En el simple acto de leer un libro está en juego la libertad y, por tanto, el destino de los dos protagonistas: escritor y lector"