Presenté el otro día el tema del nombramiento de un obispo para Ciudad Rodrigo. La problemática de hoy es más compleja. No se trata de un posible obispo para una diócesis pequeña, en riesgo de extinción, sino de un obispo católico para una institución muy específica del Estado como es el Ejército.
Estos días se viene discutiendo mucho sobre el tema, tras la muerte del obispo anterior. Se trata no sólo de su nombramiento, con intervención del rey de España, sino de la conveniencia militar, religiosa y evangélica de un obispo católico para el ejército, con todo lo que ello implica, dentro de un Estado laico como es el español (con la herencia episcopal de la guerra 1936-1939).
Éste es un problema vinculado al Concordato entre el Estado Español y la Santa Sede, de manera que un cambio exigiría un cambio del Concordato y, en general, de las relaciones entre el Estado Español y “religión católica”. No quiero ofrecer aquí una respuesta concreta, que el lector atento podrá deducir de lo que sigue. Pero quiero decir desde el principio que tengo muchísimas dudas (reservas) sobre el articulado concreto del Concordato, y más dudas sobre la conveniencia de una diócesis castrense, con su obispo, su clero y sus “fieles”.
No se trata de negar la historia, que ha sido en España la que ha sido, con sus sombras y sus luces. No quiero opinar sobre ellas, sino replantear el tema desde mi experiencia y conocimiento de la Biblia. Estoy convencido de que es absolutamente necesario “mover ficha”, y que la primera que ha de hacerlo es la Iglesia católica no sólo por respeto a la “supra-confesionalidad y laicidad” del Estado, sino por ecumenismo y fidelidad al evangelio.
No quiero opinar sobre el posible modo de actuar del Rey, del episcopado católico español, ni del Sr. Nuncio, con el Vaticano. Pero creo que todos, empezando por la Iglesia deben mover ficha. Quizá lo mejor sería no nombrar obispo Castrense, venga de Valladolid, de Oviedo o de Madrid, para estudiar a fondo el tema y actuar en consecuencia, como intentaré mostrar en lo que sigue.