El cardenal Robert McElroy tomó posesión el 11 de marzo como octavo arzobispo de la Arquidiócesis Católica Romana de Washington, durante una liturgia de casi dos horas en la que alentó a los fieles de su nueva arquidiócesis a ser “peregrinos de esperanza en un mundo herido”
Recordó a los fieles que “es Dios quien nos concede misericordia y nos llama a nuestra vez a convertirnos en otorgadores de misericordia a los demás”, y como tal, “la misericordia y la compasión deben ser nuestro primer impulso cuando nos enfrentamos al pecado y al fracaso humano”
Lamentó que "las divisiones de raza, género, ideología y nacionalidad prosperan en el mundo de la política, la religión, la vida familiar y la educación. Los pobres y los migrantes son desposeídos a diario, y se niega la dignidad de los no nacidos"