23 sep 2019
Los curas que cuelguen la sotana podrán servir a sus comunidades y dar clases en colegios y universidades de la Iglesia
El primer cambio sustancial es el del lenguaje utilizado por el nuevo rescripto. Ya no se habla de “secularización” del sacerdote o de su “reducción al estado laical”
Si antes, al cura que colgaba los hábitos no se le permitía ni siquiera seguir en contacto con su parroquia, ahora se pide que se le facilite el desempeño de “servicio útiles” a la comunidad
También se ha eliminado totalmente la obligación que prescribía el anterior rescripto de imponer al cura dispensado una penitencia
También hay un cambio sustancial en las funciones que un sacerdote secularizado puede desempeñar en instituciones dependientes o no de la autoridad eclesiástica
El sacerdote dispensado puede enseñar, no solo religión en colegios, sino también teología o materias similares en centros superiores