Francisco no leyó, ni delegó en nadie, para leer la homilía. En cambio, optó por un largo minuto de silencio, para que los fieles pudieran reflexionar, con hondura, cada una de las palabras del relato de la Pasión y Muerte de Cristo, que arranca este Domingo de Ramos. Hasta el momento, no se ha informado de las razones del Pontífice
Y eso que se vio a un Francisco bastante mejorado, en una plaza colorida como en las mejores ocasiones, y repleta de decenas de miles de fieles que aprovecharon los pocos rayos de sol que se escapaban tras las nubes, antes de una Semana Santa que se prevé pasada por agua
“Jesús entró en Jerusalén como rey humilde y pacífico. Abramos nuestros corazones. Solo Él nos puede librar de la enemistad, del odio, de la violencia, él es la misericordia y el perdón de los pecados”, añadió el Pontífice, quien pidió oraciones “por todos los hermanos y hermanas que sufren a causa de la guerra” dijo en el Angelus
"Pensemos también en Gaza, que sufre tanto, y en tantos lugares de conflictos y guerras”