"Ustedes nos recuerdan que todos somos hijos y hermanos, y que nadie puede existir sin alguien que lo traiga al mundo, ni crecer sin tener otras personas para amar y sentirse amado"
"Les aconsejo que escuchen siempre con atención los relatos de los mayores: de sus mamás y de sus papás, de sus abuelos y de sus bisabuelos. Y al mismo tiempo no olviden a cuántos de entre ustedes que, aun siendo tan pequeños, ya están luchando contra enfermedades y dificultades, en el hospital o en su casa, a quienes son víctimas de la guerra y de la violencia, a quienes sufren el hambre y la sed, a quienes viven en la calle, a quienes se ven obligados a ser soldados o a huir como refugiados, separados de sus padres, a quienes no pueden ir a la escuela, a quienes son víctimas de bandas criminales, de las drogas o de otras formas de esclavitud y de abusos"
"Quiero confiarles un secreto importante: para ser realmente felices es necesario rezar, rezar mucho, todos los días, porque la oración nos conecta directamente con Dios, nos llena el corazón de luz y de calor y nos ayuda a hacer todo con confianza y serenidad"