Los últimos acontecimientos de Gaza están poniendo de manifiesto la incapacidad de los líderes religiosos de Tierra Santa, solos o en su conjunto, para denunciar de manera clara y sin paliativos el genocidio del gobierno de Netanyahou
Cuando en Semana Santa todo el mundo mira a Jerusalén, también Pierbatista el mundo mira la pasión y muerte del pueblo palestino en Gaza y Cisjordania, y espera por supuesto una palabra de esperanza, pero también de claridad en torno a lo que esta sucediendo
Evidentemente, los líderes religiosos de Tierra Santa, sea musulmanes o cristianos, tienen mucho miedo de pronunciarse en torno al conflicto. Con la boca pequeña, y tomándose un te, dicen que hacen cosas y que intentar mediar, pero su eficacia es nula, ya que probablemente están muy controlados por los servicio de información.
Evidentemente no compartimos la barbaridad de Hamas de tomar como rehenes a la gente palestina, pero la violencia y la desproporción del gobierno de Netanyahou alguien tiene que denunciarlo y pararla. Y, por supuesto los rehenes israelíes deberían estar ya en sus casas, disfrutando de sus familias.