"El Rostro de Dios, cuya compasión resplandece en el Maestro de Nazaret, no puede ser encontrado si primero no reconocemos la acción de Su Dedo, en medio de la bochornosa escena condenatoria de una mujer"
"Los contrastes: el 'rostro avergonzado' de la adúltera, que se encuentra con el 'rostro misericordioso' del Señor; y 'el dedo condenatorio' de los hombres, que declinan ante 'el dedo escribiente del perdón' en la tierra, son motivos de meditación y posterior contemplación"
"En la dramática escena en que esta mujer es expuesta en medio del grupo, y delante del Maestro, para que sea juzgada y condenada, emerge con peso ‘el dedo de los hombres’, que señalan, juzgan y toman piedras dispuestas a dar muerte"
"Mientras el dedo de los fariseos señala a la mujer, el dedo de Jesús escribe en la tierra; diseña una obra renovadora. Mientras los hombres optan por la muerte, Jesús opta por un acto creador"