La situación de la mujer en la sociedad desde Venezuela, puede ser que e vaya dando con más rapidez y coherencia que en otros lugares
En la Iglesia, que no nos parece una excepción, hay que decir dos cosas: la primera que, de hecho, la alimentación cotidiana de la vida cristiana la llevan predominantemente las mujeres y la segunda, que no hay un reconocimiento institucional
Mientras no cambie estructuralmente el desempeño del presbítero, no se debe plantear el presbiterado femenino porque se induce a las mujeres a que se adapten al paradigma establecido y entonces, además de lo que pierden en calidad cristiana las mujeres, se retrasará hasta casi impedirse la recuperación evangélica de la Iglesia
En lo que disentimos radicalmente del feminismo establecido y beligerante es en su insistencia al derecho al aborto como derecho sobre su propio cuerpo