En el encuentro virtual 'Transformar la Iglesia', organizado por Factor Francisco María Luisa Berzosa anima a transformar la Iglesia "sin miedo y sin aferrarse a los roles"

Hermana Mª Luisa Berzosa, consultora del Sínodo
Hermana Mª Luisa Berzosa, consultora del Sínodo

Por iniciativa de Factor Francisco, el 2 de noviembre se llevó a cabo el encuentro virtual "Transformar la Iglesia", con la participación de la hermana María Luisa Berzosa, consultora del Sínodo

La hermana analizó el camino que hoy recorre la Iglesia católica para profundizar, conocer y poner en perspectiva el proceso de escucha que sigue avanzando de la mano de Francisco

Cuestionó el clericalismo y advirtió sobre la necesidad de una participación más amplia y plural, sin miedo y sin aferrarse a los roles

Animó a un nuevo modo de ser Iglesia, sin miedo a la libertad y sin aferrarse a los roles, apuntando más al desarrollo de cada persona; a buscar lo esencial y dejar de lado lo secundario

(AICA).- Con el título "Transformar la Iglesia. Sínodo, escucha y misión en salida", el martes 2 de noviembre se llevó a cabo un encuentro virtual convocado por Factor Francisco, que contó con la presencia de la religiosa española María Luisa Berzosa FI, nombrada consultora del Sínodo por el papa Francisco.

En este "caminar juntos" de la Iglesia universal animado por el Santo Padre, la hermana María Luisa analizó el camino que hoy recorre la Iglesia católica para profundizar, conocer y poner en perspectiva el proceso de escucha que sigue avanzando de la mano de Francisco.

Sínodo de 2023
Sínodo de 2023

En su intervención, la religiosa cuestionó el clericalismo y advirtió sobre la necesidad de una participación más amplia y plural: "La Eucaristía es el centro de la comunidad cristiana, pero hoy todo depende de una vocación sacerdotal que existe cada vez menos. ¿Cuáles son los ministerios no ordenados que tienen que aparecer en la Iglesia por la urgencia pastoral de las personas?".

Además, animó a un nuevo modo de ser Iglesia, sin miedo a la libertad y sin aferrarse a los roles, apuntando más al desarrollo de cada persona: "La pastoral debe cuidar que la persona tenga pensamiento propio, que se ponga de pie, que no viva doblado. Que la persona sea persona, es una tarea de la Iglesia. Más allá de la misa y la comunión, se trata de compartir la vida y la fe al nivel más cotidiano", consideró.

En ese sentido, exhortó a buscar lo esencial y dejar de lado lo secundario: los ropajes, los títulos, los modos, el rol, el poder, el estatus, son secundarios, destacó. "Si no has cuidado tu persona y solo has vivido de la apariencia de lo que tu rol demanda, evidentemente la vas a pasar mal", alertó.

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