¿TESTIMONIO O ANTI TESTIMONIO DEL REINO?
#Feliz2026
En cada MUJER habita la Ruah divina
"En el templo estaba también una mujer muy anciana, que era profetisa. Se llamaba Ana, era hija de Penuel y pertenecía a la tribu de Aser. Cuando Ana era joven, estuvo casada durante siete años, pero ahora era viuda y tenía ochenta y cuatro años de edad. Se pasaba noche y día en el templo ayunando, orando y adorando a Dios.
Cuando Simeón terminó de hablar, Ana se acercó y comenzó a alabar a Dios, y a hablar acerca del niño Jesús a todos los que esperaban que Dios liberara a Jerusalén". Lc 2, 36-38
Ana una mujer reconocida como profetisa, al igual que otras pocas en el Antiguo Testamento lo son. No obstante, hay que recordar que es notoria esta distinción no porque no la pueda ejercer tanto una mujer como un hombre, llenos de la Ruah divina, sino que estamos en una cultura patriarcal y machista de manera notoria como lo es la judía, donde a las mujeres no se les reconocía fácilmente cualquier logro. Hay dos interpretaciones, una que tenía 84 años, siendo ya una anciana o que tenía esos años siendo viuda y sumados a los años con que se acostumbraban casar las mujeres en ese entonces tendría un poco más de 100 años. Pero en cualquiera de los dos casos, era MUJER, anciana, profeta y su actuar era de una continua comunicación con la Madre/Padre creador, a través de la oración y el ayuno.
Fuere la situación que fuere, también si se suma 8+4=12, siendo que en la Biblia este número significa totalidad.
Por lo que, si en cada MUJER habita la Ruah divina entonces cada una somos capaces de actuar de tal forma que invitemos a otras y otros a tener esa cercanía con la Creadora/Creador porque estamos en comunión con su Hijo Jesucristo, a través de la oración y, por tanto, tenemos la capacidad de actuar de acuerdo a los designios sagrados.
En estos tiempos con tanta tecnología como herramienta, con tantas ideas productos de la IA, es muy difícil mantener la constante de la escucha atenta de la Palabra de la Diosa/Dios, porque en el frenesí de buscar la igualdad de género, se olvida algo que es vital, la escucha y la oración, ya que solo la cercanía continua con la divinidad, es la que da la capacidad para hacer valer los derechos en igualdad. Cómo mostrarnos como buscadoras de la justicia y la verdad, sino sabemos cómo fundamentar las actuaciones necesarias, para hacerlas de forma adecuada, no desde la perspectiva humana, sino desde lo que la Madre/Padre celestial quiere con las herramientas y capacidades que se nos han dado. Tomando en cuenta, que a través de la historia sagrada, muchos testimonios han sido fundamentados en la oración para lograr sus objetivos.
Por tanto, Ana la profetisa, nos recuerda que la perseverancia, la cercanía y la comunicación cotidiana con la Creadora/Creador celestial, nos permite reconocer en cualquier prójima o prójimo necesitado, a alguien imagen de Jesús, para hacerle llegar el mensaje que es templo de la Ruah, y que el testimonio que ve en nosotros, le permita aprender a vivir con la dignidad de creatura de Diosa/Dios y a su vez promueva a este Salvador para ir fomentando un mundo de justicia y paz.