El Observador Permanente de la Santa Sede ante la FAO, el FIDA y el PMA Chica Arellano: "Ni el hambre es inevitable, ni la guerra. No podemos permanecer indiferentes"

Discurso del Observador Permanente de la Santa Sede ante la FAO, el FIDA y el PMA, en la Mesa Redonda de Alto Nivel sobre la Transformación de los Sistemas Alimentarios, durante la tercera edición del Encuentro Mundial sobre la Fraternidad Humana en Roma
«Ante la grave paradoja que vivimos —la existencia de una amenaza global causada por el hambre y el aumento inconsistente de la inversión en armas que matan en lugar de alimentos que nutren —dijo Chica Arellano—, necesitamos urgentemente iniciativas concretas, incisivas y prudentes que produzcan resultados positivos a largo plazo».
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Puntos críticos de hambre
Tan solo cinco años después del Objetivo Hambre Cero 2030, «es necesaria la colaboración leal y solidaria entre los actores públicos y privados». De hecho, la falta de una nutrición adecuada en algunos contextos se traduce en la carencia incluso de lo mínimo necesario para la supervivencia, como lo demuestran las últimas estadísticas de la FAO y el PMA, publicadas en el Informe bianual sobre Puntos Críticos del Hambre el pasado mes de junio.

La publicación identificó cinco zonas críticas en el mundo: Sudán, Palestina, Sudán del Sur, Haití y Malí,«en riesgo de hambre extrema, incluso de inanición», declaró Monseñor Chica Arellano. Al mismo tiempo, asistimos a un progresivo deterioro de los conflictos en diversos territorios como Ucrania, Gaza, Myanmar, Yemen, Siria y Sudán del Sur, tierras atormentadas por cuya paz el Papa León XIV ha hecho apasionados llamamientos.
La fraternidad es el único elemento irreductible
«Sin embargo, no debemos rendirnos a la idea de que la guerra es inevitable, ni podemos permanecer indiferentes ante quienes padecen hambre», añadió el representante de la Santa Sede. En cambio, debemos trabajar para «garantizar que todo ser humano en el mundo pueda disfrutar de una nutrición adecuada». El problema del hambre, cabe recordar, «no reside en absoluto en la falta de producción suficiente, sino en la desigualdad y otros obstáculos sistémicos para el acceso a una nutrición de calidad».
"El hambre no reside en absoluto en la falta de producción suficiente, sino en la desigualdad y otros obstáculos sistémicos para el acceso a una nutrición de calidad"
En un contexto de multicrisis como el actual, donde la Iglesia se esfuerza a diario por «ofrecer claves interpretativas que permitan el diálogo entre ciencia y conciencia», «no es posible separar la reflexión sobre la tecnología de la reflexión sobre la humanidad», observó Monseñor Chica Arellano. En la era de la inteligencia artificial, donde todo parece reducible a datos, concluyó el representante papal, «la fraternidad es el único elemento irreductible e inigualable. Y así, quizás, la verdadera innovación de hoy no sea una tecnología, sino una virtud».
"Quizás a verdadera innovación de hoy no sea una tecnología, sino una virtud"

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