Tal día como hoy, hace 42 años, Albino Luciani era elegido Papa de Roma, en sustitución del fallecido Pablo VI. El "Papa de la sonrisa", apenas estuvo 33 días en el solio pontificio.
Ahora, todo parece indicar que el anuncio de su beatificación será inminente, a la falta del reconocimiento de un milagro atribuido a su intercesión. Coronavirus mediante, el futuro beato Luciani sería una gran noticia para una Iglesia necesitada de esperanza en tiempos de pandemia.
Los pequeños detalles hacen pensar que el anuncio podría darse de forma inminente. El propio Osservatore Romano, en su edición de ayer, dedicaba dos artículos a la figura de Luciani, uno de ellos repasando el proceso de canonización, y anunciando que se ha llegado al "examen final" en la Congregación para las Causas de los Santos de una supuesta curación extraordinaria que tuvo lugar en 2011 en Argentina, en la diócesis de Buenos Aires. En aquel momento, Jorge Mario Bergoglio, hoy Papa Francisco, era arzobispo de la capital porteña.
De llevarse a cabo, todos los Papas del Concilio y posteriores (Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo II) estarían en los altares. Con la excepción, claro está, de los dos pontífices vivos: el emérito (Benedicto XVI) y el actual, Francisco.