Sembrador de paz y esperanza en Madagascar Padre Bustinza: "Francisco nos ha recordado que los que son muy rigurosos ocultan un problema personal grave"

Francisco, rodeado por jóvenes en Antananarivo
Francisco, rodeado por jóvenes en Antananarivo

El Papa alabó la labor de los sacerdotes que trabajan en lugares difíciles, donde no hay ni luz ni agua y hay que hacer muchas caminatas a pie

El Padre Pedro pidió a sus Superiores que nombrasen un nuevo Maestro para los Estudiantes y que a él le diesen permiso para ocuparse de los pobres

Francisco ha orado en las canteras de piedra por los trabajadores de todo el mundo

Lugares a los que entonces se llegaba con un 2CV ahora no se llega con un LAND-ROVER. Madagascar ha ido para atrás a pasos agigantados

Sembrar paz y esperanza ha sido el lema del Papa Francisco para su visita a Madagascar y podemos decir con toda la razón que lo ha cumplido al pie de la letra. No voy a comentar los nueve discursos-homilías que ha pronuncuiado durante su visita a Madagascar.

En el rezo de la Hora Menor, Sexta, con los religiosos contemplativos en la capilla de las Carmelitas de Ampasanimalo, Antananarivo, entre otras cosas les dijo que sean verdaderamente contemplativos, que el demonio es muy astuto, que hay dificultades entre las diversas generaciones y, también, que no a todas las Prioras se les puede dar el premio Nobel de la simpatía

En el encuentro con los obispos subrayó las tres cercanías que deben tener presentes los Obispos: Cercanía de Dios, cercanía de los sacerdotes y cercanía del pueblo de Dios. Hizo hincapié también en que los obispos no deben ser muy rígidos, muy rigurosos. Es frase textual suya: "Los que son muy rigurosos ocultan algún problema suyo grave".

En el encuentro con los jóvenes contestó a los dos jóvenes que intervinieron y que él ya conocía el contenido. En la primera intervención el joven dijo que trabajaba en la Pastoral Penitenciaria y que su trabajo no era apreciado por sus parientes hasta que uno de ellos fue encarcelado. La joven por su parte dijo que sus padres no eran cristianos y que ella misma había sido bautizada teniendo uso de razón. El Papa contestó demostrando el dicho latino «ex abundantia cordis os loquitur», de la abundancia del corazón habla la boca. Que hay que tener un amor especial a los pobres, los encarcelados, los oprimidos, los necesitados…

Cuando llegué a Madagascar, la sanidad era gratuita y a los enfermos hospitalizados y los parientes acompañantes el Gobierno les daba de comer

El principal acto de la visita papal fue la misa celebrada el domingo 8 de septiembre con la asistencia de un millón de fieles, según los medios. Fue una misa celebrada en francés con cantos malgaches y el CREDO en latín. Una misa muy recogida y vivida intensamente por toda la multitud… El Papa insistió en que todo el mundo debe cooperar para que Madagascar tenga un porvenir mejor.

En el encuentro con los sacerdotes, religiosos(as), novicios (as), seminaristas, alabó la labor de los sacerdotes que trabajan en lugares difíciles, donde no hay ni luz ni agua y hay que hacer muchas caminatas a pie. Les recordó la frase de Jesús : "El que no ama a su hermano no es mi discípulo". Y también les dijo: "Predicad el Reino de de Dios y no el vuestro. Amad los pobres, los emigrantes, los marginados y necesitados…

Dejo para el final la visita al Centro del P.Pedro OPEKA, sacerdote argentino paúl, el Centro de AKAMASOA. Me permito decir quién es el P.Pedro OPEKA. Sus padres dejaron su nación de Eslovenia por la persecución comunista y llegaron a Argentina. El P.Pedro OPEKA nació en Argentina. Sintió la vocación religiosa y entró en la Congregacion de los Paúles, en francés Lazaristes. Una vez ordenado sacerdote y después de seguir un curso de francés en París llegó a Madagascar, a la Misión de los Paúles de la Diócesis de Farafangana. El P.Pedro trabajó en el Distrito de Vangaindrano donde, entre otras construcciones, construyó una hermosa y grande iglesia.  Entonces sus Superiores le nombraron Maestro de los Estudiantes Paúles que en aquel entonces estudiaban en Antananarivo. Es aquí donde encuentra su verdadera vocación. Caminando por la ciudad y viendo los basureros llenos de gente buscando alguna cosa aprovechabe, se le partió el corazón. Pidió a sus Superiores que nombrasen un nuevo Maestro para los Estudiantes y que a él le diesen permiso para ocuparse de los pobres. No en vano es hijo de San Vicente de Paúl.

El misionero argentino Pedro Opeka, entre su gente en Akamasoa, Madagascar
El misionero argentino Pedro Opeka, entre su gente en Akamasoa, Madagascar

Obtenidas ambas cosas por parte de sus Superiores el P.Pedro comienza su labor. Hoy día, después de treinta años de intenso trabajo su Centro, Akamasoa, es un modelo para todos. Todo el mundo trabaja, la mayoría picando piedra, pero todo el mundo come con el sudor de su frente. El encuentro del Papa con el P.Pedro fue muy emocionante. Se dieron un abrazo inolvidable. Resulta que allá por el año 1967 el Papa Francisco fue Profesor del P.Pedro en Argentina. Hoy día el Centro del P.Pedro acoge a más de 25.000 habitantes y de ellos 14.000 estudian en las Escuela. Había un grupo de 10.000 niños y adolescentes animando con sus cantos. Al Papa y al P.Pedro se les veía muy emocionados. En su discurso, entre otras cosas, el Papa dijo que «la pobreza no es una fatalidad». Después se acercó a la cantera donde la mayoría de los habitantes pica la piedra y el Papa hizo una larga oración pidiendo por los trabajadores del lugar y los trabajadores de todo el mundo.

Se me olvidaba decir que en su encuentro con el Papa el Presidente de la República ha renovado sus promesas electorales de que hará todo lo posible para que Madagascar y los malgaches tenga un futuro feliz.

Entre paréntesis digo que yo llegué a Madagascar el 1 de Febrero del ano 1961, siete meses después de la independencia (26 de junio 1960). A Madagascar entonces se le llamaba «NOSY SAMBATRA», la Isla Feliz, y verdaderamente lo era. La sanidad era gratuita y a los enfermos hospitalizados y los parientes acompañantes el Gobierno les daba de comer. Nosotros los misioneros no teníamos que pedir ayudar al exterior para la construcción de nuestras y escuela porque los malgaches son muy generosos y entonces podían cooperar… Siguiendo el ejemplo del tiempo de la colonia francesa todo el mundo tenía que barrer su casa y los alrededores todos los días. Los de más de 18 años tenían que pagar un pequeño impuesto y los que no pagaban tenían que hacerlo arreglando caminos… Apenas se terminaba la época de lluvias, marzo-abril, todo el mundo tenía que arreglar los caminos… Lugares a los que entonces se llegaba con un 2CV ahora no se llega con un LAND-ROVER. Madagascar ha ido para atrás a pasos agigantados… Parece que los nuevos dirigentes quieren hacer un esfuerzo por el bien del pueblo. Les ayudaremos con nuestras oraciones y nuestro esfuerzo. Se lo merecen los malgaches.

El Papa, en la 'Ciudad de la Amistad' en Madagascar
El Papa, en la 'Ciudad de la Amistad' en Madagascar

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