Los sectores ultraconservadores presionan a Prevost para revertir las limitaciones impuestas por Bergoglio ¿Reactivará León XIV los permisos para las misas en latín?

¿Habrá marcha atrás en las restricciones a las misas en latín? Todo parece indicar que no, pero también que este pontífice ha puesto en la unidad y la comunión los ejes de su pontificado, y que es más que previsible algún gesto a los sectores más conservadores, muy contentos al ver cómo se recuperan algunas liturgias o vestimentas, apartadas al olvido durante el pontificado de Francisco
Por el momento, León XIV no se ha pronunciado, aunque sí pidió a los obispos franceses (el país vecino es una de las cunas del tradicionalismo) que "no evoquen simplemente la nostalgia de un pasado que podría parecer pasado, sino que despierten esperanza y den lugar a un nuevo impulso misionero"
“Con la llegada del Papa Prevost la música ha cambiado”. La tesis planteada por Il Messaggero parece ser la misma que sucriben, al menos en lo que a ellos se refiere, algunos de los más fervientes defensores de las misas en latín, que esperan que la llegada de León XIV al solio pontificio acabe con lo que consideraban "persecuciiones" del Papa Francisco. Y lo cierto es que Prevost ha lanzado algún mensaje conciliador, como un saludo al encuentro de sacerdotes tradicionalistas de Chartres. El obispo diocesano aseguró que "el Papa León reza por cada peregrino que vive un personal encuentro con Cristo”.
¿Habrá marcha atrás en las restricciones a las misas en latín? Todo parece indicar que no, pero también que este pontífice ha puesto en la unidad y la comunión los ejes de su pontificado, y que es más que previsible algún gesto a los sectores más conservadores, muy contentos al ver cómo se recuperan algunas liturgias o vestimentas, apartadas al olvido durante el pontificado de Francisco.
De hecho, dichos sectores confían en que, al menos, León XIV flexibilice las normas que, en la práctica, les impiden crear comunidades tradicionalistas sin control, apelando al necesario restablecimiento de la unidad en la Iglesia. Desde 2023, los obispos debían obtener la aprobación expresa del Vaticano para permitir las misas en latín en sus respectivas diócesis.

Curiosamente, Francisco tomó esta medida para frenar la división que, en opinión de muchos, estaban fomentando estos sectores ultraconservadores, utilizando la liturgia como un modo de atacar las reformas implantadas desde el Concilio Vaticano II. El mismo que consagró el Evangelio y la liturgia en lenguas vernáculas.
Müller, por la restitución
Poco después de su elección, el cardenal Müller, uno de los adalides del movimiento anti-Francisco, ya sugirió a León XIV la urgencia de abordar Traditionis Custodes, que en su opinión resultaba "dañina e innecesaria" para la Iglesia y reclamando el levantamiento de las restricciones.
“No podemos condenar absolutamente ni prohibir el derecho y la forma legítima de la liturgia latina”, señaló Müller, quien sostuvo que Prevost "es capaz de hablar con la gente y encontrar una muy buena solución que sea buena para todos”. Una declaración similar a la que dio el cardenal de Singapur, monseñor Goh, quien recalcó que no hay "nada malo o pecaminoso" en las misas tridentinas.

Por el momento, León XIV no se ha pronunciado, aunque sí pidió a los obispos franceses (el país vecino es una de las cunas del tradicionalismo) que "no evoquen simplemente la nostalgia de un pasado que podría parecer pasado, sino que despierten esperanza y den lugar a un nuevo impulso misionero".