¿Qué pasó realmente para que se produjera el retraso en la primera 'fumata negra'? El 'pecado' de los electores: una votación de dos horas y el retraso del predicador Cantalamessa

El retraso en la salida del humo provocó toda clase de rumores: enfermedad de un cardenal, la decisión de no votar, la elección de un candidato no presente en la sala, un error en el escrutinio o en la combustión...

¿La verdad? Más prosaica: los cardenales escucharon el Extra Omnes en torno a las 17,45, y quien fuera predicador pontificio, Raniero Cantalamessa, que debía ofrecer una reflexión de unos 15 minutos, se extendió por más de 50. Si a ello le sumamos que el sorteo de puestos, el proceso de caminar hacia la presidencia, entregar el voto y regresar a su sitio por parte de 133 cardenales puede llevar más de un minuto (sumaríamos dos horas más), el recuento e hilado de los votos, la comprobación final y su quema, no es de extrañar que nos fuéramos a las 21,01

Los 133 cardenales electores no lo saben (o, al menos, no deberían saberlo), pero ayer mantuvieron en vilo al mundo durante dos horas. Dos horas en las que se desataron toda clase de rumores, al ver que no salía humo alguno de la chimenea de la Sixtina. No sólo entre los 45.000 fieles que, según la Policía, llenaban la plaza de San Pedro y aledaños. No sólo entre los periodistas que, confusos, buscábamos explicaciones sin poder obtenerlas. En absolutamente todo el mundo.

Especial Papa Francisco y Cónclave

Porque, ¿qué pasó realmente para que la fumata negra saliera a las 21,01, cuando estaba previsto lo hiciera dos horas antes? Nunca lo sabremos a ciencia cierta, a no ser que algún cardenal (o el mismo Papa) rompa el secreto. Se habló de que se había decidido no hacer votación, algo posible, pero improbable. Se dijo que se habían producido errores en el voto, por lo que debió repetirse el escrutinio. Se comentó la posibilidad de un problema de combustión en la chimenea.

Cardenales en cónclave

Se llegó a fantasear con la enfermedad súbita de alguno de los presentes en la sala, lo que hubiera motivado la presencia de médicos junto a los frescos de Miguel Ángel. Se dijo, también, que se había elegido a alguien que no estaba en la Capilla y que, hasta que no se le encontró y se preguntó (entendemos que se negaría a aceptar el puesto), no se quemó la paja con productos químicos.

La verdad, con todo, parece ser mucho más prosaica. Los cardenales escucharon el Extra Omnes en torno a las 17,45, con casi una hora de retraso  respecto al horario apuntado por la Sala Stampa, y quien fuera predicador pontificio, Raniero Cantalamessa, que debía ofrecer una reflexión de unos 15 minutos, se extendió por más de 50. Si a ello le sumamos que el sorteo de puestos, el proceso de caminar hacia la presidencia, entregar el voto y regresar a su sitio por parte de 133 cardenales puede llevar más de un minuto (sumaríamos dos horas más), el recuento e hilado de los votos, la comprobación final y su quema, no es de extrañar que nos fuéramos a las 21,01.

Con todo, hoy, que se prevén (si no hay Papa antes) cuatro votaciones y dos fumatas, sin sorteos ni meditaciones, los cardenal serán bastante más rápidos. Y tendrán las ideas más claras, pues esta noche, sin lugar a dudas, ha sido una noche de negociaciones. Se acerca el momento.

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