El obispo dominico preside en Caleruega la eucaristía del segundo día del Capítulo Provincial de Hispania Xabier Gómez: "Vivir y madurar juntos no es una desgracia, sino una gracia que predica la gracia"

Xabier El obispo Gómez, durante la eucaristía el Caleruega
Xabier El obispo Gómez, durante la eucaristía el Caleruega David Naval

Gómez recordó que este tercer Capítulo Provincial se celebra en un contexto de jubileo en la Iglesia universal, invitando a los dominicos a reconocerse como peregrinos de la esperanza

 Subrayó que «el mayor signo de esperanza sois cada uno de vosotros y las comunidades en las que vivís», animando a los frailes a volver a lo esencial del Evangelio y a cultivar la lucidez en el discernimiento

(dominicos.org).- El Monasterio de Santo Domingo de Guzmán de Caleruega, donde nació santo Domingo de Guzmán, acogió en la mañana del segundo día del tercer Capítulo Provincial de la Provincia de Hispania la celebración de la eucaristía presidida por el obispo dominico Fr. Xabier Gómez, actual pastor de la diócesis de Sant Feliu de Llobregat. La liturgia reunió a los frailes capitulares, a la comunidad de frailes de Caleruega y a las monjas dominicas del monasterio.

El obispo estuvo acompañado por Fr. Jesús Díaz Sariego, vicario de la Provincia de Hispania, quien concelebró junto a él esta jornada de oración en medio de los trabajos capitulares.

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En su homilía, Mons. Gómez recordó que este tercer Capítulo Provincial se celebra en un contexto de jubileo en la Iglesia universal, invitando a los dominicos a reconocerse como peregrinos de la esperanza. Subrayó que «el mayor signo de esperanza sois cada uno de vosotros y las comunidades en las que vivís», animando a los frailes a volver a lo esencial del Evangelio y a cultivar la lucidez en el discernimiento.

Ponerse al servicio de los demás

El obispo destacó que la madurez humana y espiritual es la base de toda vocación y de todo proyecto comunitario. Esta madurez se manifiesta, según indicó, en la generosidad y la disponibilidad para ponerse al servicio de los demás, frente al riesgo del individualismo que puede afectar también a la vida consagrada.

Asimismo, invitó a los frailes a vivir este Capítulo como una oportunidad para redactar, más allá de actas administrativas, una verdadera «carta del Espíritu a las comunidades», semejante a las que aparecen en el libro del Apocalipsis. «Es la hora de la esperanza, una esperanza que viene de Cristo resucitado», insistió, alentando a los capitulares a que su discernimiento comunitario se convierta en testimonio de esperanza para toda la Provincia.

Cinco actitudes para el el camino 

Por último, Mons. Gómez propuso cinco actitudes para este camino: la sinceridad, la compasión, la delicadeza, la entrega y el sentido del humor, recordando que «vivir y madurar juntos no es una desgracia, sino una gracia que predica la gracia».

De este modo, la eucaristía del segundo día del Capítulo se convirtió en un momento de oración y de comunión fraterna, que preparó a los capitulares para las deliberaciones y elecciones que marcarán el futuro de la Provincia de Hispania.

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