"La Iglesia española no puede situarse en la dirección contraria  a la primavera de Francisco" A propósito de las elecciones en la CEE

Conferencia Episcopal Española
Conferencia Episcopal Española

El lunes por la tarde se abren las urnas en Añastro y el martes ya van en serio las elecciones a Presidente y Vice-Presidente de la CEE. Entiendo que la mayoría de prelados se estarán preguntando qué es lo mejor para a la Iglesia española en estos momentos y qué mensaje enviamos a los cristianos de la piel de toro, según quienes salgan elegidos.

Estoy convencido que el famoso sector conservador, bien disciplinado como siempre, mantendrá sus candidaturas hasta el final. Y dejémonos de tonterías, si hay política hasta en la elección de la abadesa de un convento de clausura, cómo no va haberla en la elección del liderazgo de la Conferencia Episcopal. Las mistificaciones cuantas menos mejor…

De los nombres publicados personalmente, y de entrada, no me gustaría que aparecieran, por muchas razones que no vienen al caso, ni Sanz, ni Rodriguez Carballo…No aportarían nada, y no estamos para veleidades y trepanaciones. Al buen entendedor basta…

En cualquier caso, lo más importante es la narrativa posterior a la elección. La Iglesia española no puede situarse en la dirección contraria  a la primavera de Francisco. Cobo, Joseba, Meneses, Prieto, Benavent, Gil Tamayo…tienen que tener responsabilidades sólidas en esta nueva etapa.

El lunes por la tarde se abren las urnas en Añastro y el martes ya van en serio las elecciones a Presidente y Vice-Presidente de la CEE. Entiendo que la mayoría de prelados se estarán preguntando qué es lo mejor para a la Iglesia española en estos momentos y qué mensaje enviamos a los cristianos de la piel de toro, según quienes salgan elegidos. Alguno me insinúa que soy muy optimista pensando esto o al menos inocente. Quiero creer, como decía Omella en este digital, en el Espiritu Santo, sea que intervenga a priori o a posteriori.

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Vivimos tiempos tan convulsos en la sociedad española y también en la Iglesia que la tentación de refugiarnos en aquellos que nos ofrecen seguridades y doctrina segura es muy apetecible para muchos obispos que no son capaces de tener una visión más global de la Iglesia en estos momentos. Estoy convencido que el famoso sector conservador, bien disciplinado como siempre, mantendrá sus candidaturas hasta el final. Y dejémonos de tonterías, si hay política hasta en la elección de la abadesa de un convento de clausura, cómo no va haberla en la elección del liderazgo de la Conferencia Episcopal. Las mistificaciones cuantas menos mejor…

Argüello y Gil Tamayo
Argüello y Gil Tamayo

De los nombres publicados personalmente, y de entrada, no me gustaría que aparecieran, por muchas razones que no vienen al caso, ni Sanz, ni Rodriguez Carballo…No aportarían nada, y no estamos para veleidades y trepanaciones. Al buen entendedor basta…

Entiendo que Cobo esté en la posición de que no es su momento. Además de ser muy joven y tendrá tiempo, los tiburones podrían intentar comérselo, aunque me cuentan que tiene agallas. Argüello me gusta menos que Gil Tamayo, pero todo dependerá de los teléfonos móviles y las cuitas. Pero me va que algún tapado tiene que haber hasta que más adelante Cobo pueda asumir la presidencia. Prieto, Saiz Meneses son nombres que suenan, y Benavent es cierto que ya tiene bastante con la macroarchidiócesis de Valencia, pero está en la edad de merecer, y capacidad para asumir lo que sea la tiene; y, además, si no le conceden los obispos auxiliares en breve se le juntará en Valencia casi una conferencia episcopal de eméritos, que le pueden descargar de muchas actividades.

Asamblea Plenaria de la CEE
Asamblea Plenaria de la CEE CEE

En cualquier caso, lo más importante es la narrativa posterior a la elección. La Iglesia española no puede situarse en la dirección contraria  a la primavera de Francisco. Cobo, Joseba, Meneses, Prieto, Benavent, Gil Tamayo…tienen que tener responsabilidades sólidas en esta nueva etapa. Este equipo podría relanzar a una Iglesia que hasta ahora con Omella y algunos pocos más ha caminado al compás de Roma, a pesar de la rémoras todavía presentes. La Iglesia española necesita una profunda oxigenación. Necesitamos obispos creíbles y significativamente, no estratégicamente o coyunturalmente,  alineados con Francisco.

Esperemos que los obispos piensen no solamente en sus intereses gregarios, sino sobre todo en el buen pueblo de Dios, que camina en nuestra patria. Inocente, inocente!!!

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